Ya no aguantaba mas, me golpeaba día a día ese tipo, y lamento no poder haber hecho nada... En una de esas ocasiones, mi padre me pregunto al llegar a mi hogar, y al verme en tal estado;

-Supongo que le diste una paliza al chico que te golpeo, ¿cierto?

Y al agachar mi cabeza y decirle que no, me golpeo diciendo que lo avergonzaba, y que el nunca en su vida ha perdido una pelea.

Siempre me he sentido como el tipo que sobra de mi familia, por ejemplo, mi hermana, es una persona fría, inclusive he llegado a pensar que nos odia, pero creo que así demuestra su cariño. Ella tenia excelente calificaciones, por lo que a mi trataban de tonto e ignorante, que ganas de ser como ella.

Recuerdo que mi hermana cuando se gradúo de abogada, mi padre hizo una fiesta que duro días, y cuando saque mi carrera técnica, ni siquiera me felicito, no fue capaz de abrazarme.
Cuando mi hermana ya trabajaba, y tenía un buen sueldo, yo aun buscaba algún trabajo que me permitiera vivir.

Mis padres dia a dia me humillaron, fiel testigo de eso fue mi matrimonio, cuando al estar en el altar con mi esposa, el entro a la iglesia gritándole a mi esposa que no se casara conmigo, que conmigo no tendría futuro, que no servia para nada.
Han pasado 8 años desde que me case, y en estos momentos estamos en planes de divorcio, se aburrió de vivir al lado de alguien como yo y se va con alguien que la pueda hacer feliz. Soy rechazado, despreciado y engañado, soy un completo fracaso.

Ya no quiero vivir así, son 30 años aguantando el dolor de ser el hijo despreciado, el marido no querido, el tipo que sobra. En estos momentos, mi mirada esta puesta en aquel precipicio. Me encuentro a 30 metros de altura en el puente St Love, son 30 metros que me separan de aquella muerte segura. Ya no aguanto mas, gracias, Adiós.

Siento como caigo en el abismo de lo creíble y lo increíble, estoy en el fondo de aquel lago, pero es como si no estuviese ahí. Pero veo algo a lo lejos, veo una luz, me toma del brazo, me da su mano, me da alientos de vida, pero ya no quiero vivir, aunque algo me dice que ya nada es igual, es Dios quien no quiere que muera, veo sus ojos de llenos de sinceridad, su cara llena de bondad, su voz que como estruendo suenan en mi, el me explica que ya no es necesario morir por algo así, que el sacrificio de muerte lo hizo el hace muchos años, el ya murió por mi, y que todo lo que me pasa es solo una gran prueba. Es el sentido de nuestra vida resolver este problema. El me ama, soy su hijo, no puedo morir aquí, me da un último suspiro, y siento la presión en mi pecho.

Despierto, estoy en una camilla, mucha gente a mi alrededor, y yo conectado a muchos cables, me sorprendo, aun estoy vivo, y vivo gracias a Dios. Soy un triunfador, el me dio la vida, y el decidirá mi muerte, yo solo debo vivir.