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Inicio / Cuenteros Locales / yuukoichihara / \"Las espinas de la rosa-La rosa y la declaracion de amor en la noche-.\" Capitulo 2

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“Las espinas de la rosa”
-La rosa y la declaración de amor en la noche-
II

El viejo Ignacio suspiro calmadamente y me miro para decirme su versión de la historia, aunque después pensando analíticamente faltaban algunos detalles.
-La verdad no se que paso con certeza solo lo que he logrado pensar además de lo que los maestros me comentaron. Hace un año, justamente como usted señorita Natalia, la señorita Mónica entro en esta escuela, para ese entonces la señorita Judith ya había pasado a segundo grado, resulta ser que en las compañeras de la señorita Judith había dos chicas de nombre Rebeca Ruiz de la Garza si no mal recuerdo y la otra que se llama Irais Herrera Gracia, la primera tenia la fama de ser……pues creo usted debe de saberlo….algo rara con los gustos por las personas.
-En ese caso la señorita rebeca se la pasaba pretendiendo a la joven Mónica al igual que la señorita Irais y aquí es donde no se que paso ya que en las primeras semanas eran muy enemigas y después pues era pareja de la señorita rebeca si se puede decir o al menos era lo que podía ver, se les podía ver juntas todo el tiempo y mas porque la señorita Rebeca como la Judith se encontraban en el consejo estudiantil. Así pasaron muchas cosas ya que Mónica junto a su compañera de habitación quiero decir la señorita Brenda fueron elegidas para que ocuparan el cargo de las representantes de primer grado.
-Lo que paso entre ellas, le vuelvo a repetir no lo se, pero al entrar a segundo semestre o sea hace seis meses parecía como si Mónica se hubiera sumido en una gran depresión ya que no se le veía mas con la joven Rebeca lo cual causo muchos rumores de que ella la había engañado y la señorita Mónica las había descubierto en la capilla que esta enfrente del kiosco en pleno día de san Valentín.
-Y aunque la señorita Mónica seguía cumpliendo con sus tareas y de no bajar sus notas, a mediados de febrero de este año cuando me dirigía a limpiar la capilla y el kiosco ella estaba tirada enfrente del Cristo que esta dentro del sagrario con las venas abiertas y a su lado un cuchillo con el que se las había cortado, yo la lleve a la dirección donde hay un pequeño botiquín de emergencia, al parecer cuando al encontré acababa de tratar de suicidarse.
-La directora mando a llamar una ambulancia y yo trate de comunicarme con sus padres, pero, no contestaban en su lugar la persona que me atendió el teléfono era un chico que decía ser el prometido de Mónica, yo la verdad no interrogue nada de esto y le dije a que hospital la llevarían.
-También parecía que se supo rápidamente ya que cuando volví a al dirección la señoritas Judith, Brenda e Irais estaban ahí. Afortunadamente le lograron salvar la vida. Ese mismo día, recuerdo la señorita directora fue hasta los dormitorios a investigar lo que había pasado y se dice que encontró una nota que le había mandado la joven rebeca a Mónica diciéndole que terminaban y que no quería volver a verla. Cuando la directora trato de hablar con la señorita Rebeca, esta negó todo y llamo a sus padres, de inmediato la trasladaron de esta escuela, no se si al extranjero o a otra escuela privada, pero claramente que los padres de la señorita Mónica no lo iban a dejar así, trataron de cambiarla a otro lugar cuando ella se recupero a las dios semanas, pero ella se rehusó y regreso a cumplir su trabajo, desde ese entonces la señorita Brenda y la señorita Irais siempre están tratando de protegerla al igual que la representante Judith, aunque ella la otra vez que platique lo niega.
-Este incidente el padre de Mónica lo trató de ocultar ya que no quería meter en disgustos a su hija con varios rumores, a las chicas que eran internas que estaban a punto de graduarse se les dijo estrictamente trataran de hacer desaparecer los rumores y dijeran que ella se había marchado por dos semanas a su casa por una enfermedad y se trato de no hacer publico a las chicas que son alumnas normales. Por consiguiente la directora recomendó que seria mejor derrumbar la capilla o mejor cerrarla por un tiempo, la joven Mónica se opuso a que destruyera la capilla y acepto se cerrara hasta que fuera mejor, aun la capilla sigue cerrada y no se cuando la volverán a abrir.
-Y después de que la señorita regreso se le trataba de ver feliz y la joven Irais lo consiguió ya que también la pretendía desde un principio, pero al parecer ella fue rechazada por Mónica.
-Luego hubo una metamorfosis en el carácter de Mónica y siempre la encontraba en el kiosco o en los alrededores a altas horas de la noche con algunas alumnas de tercero o de su mismo grado en circunstancias algo extremas, trate de hablar con ella ya que no quería acusarla, pero ella siempre me respondía que era su problema.
-Y eso es todo lo que se, la verdad creo no fui de mucha ayuda, o ¿me equivoco?, sinceramente esa chica tiene un fortaleza implacable, opero creo que en el fondo ella esta muy herida por lo que paso ese día.
Al terminar su relato no podía creer lo que estaba escuchando de la boca del viejo Ignacio, ciertamente parecía sacado de una novela o de un libro pero era muy triste el que ella hubiera tenido un trauma así, es mas no se lo desearía a nadie.
Me quede callada mientras el sonido del reloj que tenia el viejo Ignacio arriba en el umbral de su puerta principal.
-Bien, creo que he holgazaneado mucho, ojala no le preste atención a este viejo señorita, pero le diré que debe de mantenerse alejada de ella ya que sus amigas harían cualquier cosa para protegerla, y creo que sus amigas harían lo mismo por usted, y no creo quiera que se arme un alboroto.
-Si, si, tiene razón, je, je, pero….yo solo preguntaba por curiosidad, así que no hay de que preocuparse.-eso fue lo que le respondí, pero claramente sentía un cierto bochorno o una extraña sensación que recorría mi cuerpo y me daba un escalofrió en mi interior.
-Bueno, me retiro, gracias por el te, espero pueda volver a invitarme, ¿de acuerdo?-le dije.
-Claro señorita Natalia, siempre es un honor tener en su casa a una jovencita tan hermosa como usted, siéntase libre de venir a visitarme cuando guste, aquí la estaré esperando.-contesto.
Y me levante de la silla y camine hacia la puerta por donde salí, el viejo Ignacio me acompaño hasta la salida y cerró la puerta apenas cruce el umbral. Suspire y mire al cielo, un claro día se dejaba ver, mire mi reloj de pulsera, la hora que marcaba en ese entonces era las 12:15 de la tarde, no podía creer que me hubiera pasado platicando por casi dos horas lo cual me sorprendió, me estire los brazos y decidí y a dar una vuelta por la escuela solitaria, pero primero quería ir al edificio de los dormitorios para dejar mi sweater que ya me estaba acalorando, así que me lo saque y lo sostuve en mi mano y comencé a caminar.
Para cuando llegue a los dormitorios el calor pegaba a tope, abrí la puerta y en la zona de descanso había unas chicas que reconocí de inmediato, les di las buenas tardes y me disponía a subir al tercer piso hasta que debajo de las escaleras en una mesilla alta sonó el teléfono.
Un de las chicas de nombre Jimena de tercer curso se dirigió a coger el teléfono y contestar, yo por mi parte no hice caso hasta que la chica que había levantado el teléfono me dijo:
-Natalia, me parece que es para ti, dijo que te comunicara, parece ser que es tu hermano Juan.
Baje rápido los pocos escalones que había subido, lo primero que me vino a la mente fue que algo malo le había pasado a mi padre o alguno de mis hermanos, cogí el teléfono de la mano de Jimena, le agradecí y esta volvió a platicar con sus amigas en la sala.
-Bueno-conteste- ¿eres tu Juan?, ¿Qué paso?, ¿están todos bien?
-¡Calma, calma!, pero que ruidosa Natalia, no se te puede hablar para nada cierto…..no pasa nada estamos bien.
-Y, ¿Cómo no quieres que no me preocupe tonto si me hablas?
-Perdón, no sabia que hablarte era malo, ya no lo vuelvo a hacer.-me replico.
-Pero, dime ¿están todos bien?, ¿Qué ha pasado por allá?
-No mucho, la verdad me obligaron a llamarte, así que da gracias porque me doy el lujo de marcarte, y si estamos bien así que no te preocupes, per ojala tu no estés causando problemas y platícame, ¿hay tías buenas en tu escuela?, ¿ya te tiraste a alguna?
Normalmente le habría contestado algo muy grosero a mi hermano, pero dado a las circunstancias no me atrevía a dejar que notara por mi enojo que algo había pasado, así que lleve la conversación a otro punto.
-No te preocupes estoy bien, así que no necesitan marcarme a cada rato, de todas formas yo lo iba a hacer mañana, pero, ¿esta mi papa ahí?
-No, no esta me dijeron que te marcara por si necesitabas algo, así que habla si necesitas dinero, ¿de acuerdo?
-Si, así lo hare, por favor dile a Arturo que mañana voy a hablar que si puede contestar el, ¿puedes hacer eso por mi?- le pregunte.
-Si, yo se lo digo, bueno monstrua yo me despido, mañana hablas para que te comuniques con mi papa, así que adiós.
-Adiós, Juan, nos vemos.
El sonido del teléfono se dejo de escuchar y solo los tonos cuando la llamada termina aparecieron, necesitaba a mi familia aunque fuer muy pronto, pero queria platicar con Arturo ya que era el que mas me comprendía de los otros dos hermanos que tengo.
Baje la bocina del teléfono y me quede pensando, después de volver a la realidad subí hasta el tercer piso para entrar en mi habitación solo usada por mi. Avente mi sweater a mi cama y me avente hacia el colchón, estando boca abajo seguí pensando en ellas dos y lo que había pasado. Por encima de mi almohada dirigí la mirada hacia el cajón de mi escritorio, me levante y lo abrí. Saque de su interior la rosa marchita que coloque ahí trate de percibir su aroma, pero este se había esfumado, de repente un sonido en la parte de arriba me distrajo, mire al techo, se oían pisadas en la habitación de arriba, en la habitación de Mónica y de Brenda, lo primero que pensé fue que la señora encargada del aseo estaba ahí, así que no le di importancia aunque mi mente también pensó que todo se trataba de una mentira de Vanesa y que Mónica no se había retirado para su casa, ya que recordaba la expresión de Ivonne cuando le había dicho lo que la prima de Leí me conto. Metí de nueva cuenta la rosa al cajón Y me avente de nueva cuenta a la cama y lentamente me empecé a quedar dormida hasta que el sonido de mi puerta me despertó.
Me talle los ojos cuando me despabile por el sonido de quien tocaba. Me levante a abrir la puerta, la persona que me había despertado era la señora del aseo que me pedía saliera de la habitación por un tiempo mientras ella arreglaba el lugar, yo le respondí que si y la deje en la habitación mientras yo iba al baño para verme al espejo, cuando termine de observarme, Salí de la habitación.
Mire mi reloj al andar por el pasillo mi reloj marcaba ahora las 3:35 de la tarde. Baje a la sala, no había nadie en ella así que camine fuera de los dormitorios. No se si fue por hipnosis que mire al lado que tenia a mi derecha a como estaba situada, el camino que llevaba al invernadero me parecía estar llamando, como aun faltaba para una hora para la comida decidió dar el paseo que tenía en mente, paseando por el trayecto de adoquines hasta el conjunto de arboles donde vi el invernadero.
Igualmente estaba cerrado como la vez anterior en que Leí y yo habíamos cruzado por ese sitio, empero había alguien fuera que estaba regando las plantas que estaban fuera del cobertizo, no alcance a distinguirla ya que todavía estaba lago somnolienta y los rayos del sol me daban en la cara, y me acerque.
La persona que estaba regando las plantas tenia unos pantalones pescadores de manta de color morado y una blusa de manga larga también del mismo color, grande fue mi sorpresa cuando esa persona se volvió a mí y logre reconocerla.
Me quede atónita, era nada mas y nada menos que Mónica la que sostenía una regadera de metal y que estaba rociando las plantas con agua; cuando me vio se detuvo y me saludo, yo estaba de pie en el lugar en donde alcance a apreciar que se trataba de ella.
“Se suponía que según la información de Vanesa, ella se había ido con Judith a su casa, entonces, me había mentido”, esto era lo que me vino de repente a mi cabeza, eso significaba que el ruido que escuche cuando estaba en mi habitación era ella. La pregunta que quería contestarme era el porque Vanesa me había mentido.
Algunas nubes se encontraban en el cielo y una particularmente grande cubrió la luz del sol, así que trate de irme ya que mi corazón comenzó a latir rápidamente y lo hizo cuando comencé a verla, trate de irme, pero al darme la vuelta su voz me dijo.
-Hola Natalia, ¿hace mucho que no te veía?, pareciera que me estas evitando, ¿no?
Y ahí me quede dándole la espalda tratando de que cuando yo me volteara mi corazón no se saliera de mi pecho y claro que mis mejillas dejaran de estar ruborizadas, pero al tratar de volverme y contestarle, sentí su presencia detrás mío, el calor de su cuerpo que se rozaba al mío y el susurro de su voz en mis oídos al decirme, “te extrañe”.
En ese momento sentí que mi cuerpo se iba a desvanecer, sin embargo saque fuerzas de flaqueza y me di la vuelta tratándome de retirarme un poco de ella cuando lo hice mis ojos se clavaron en los suyos, o no se si fue al revés ya que su mirada reflejaba algo angelical mientras su sonrisa se dejaba ver.

Texto agregado el 11-12-2009, y leído por 96 visitantes. (0 votos)


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