| SOLEDADES
 Era una tarde de
 septiembre, soleada,
 nuestras miradas
 se encontraron,
 bajo el cielo azul.
 
 La brisa suave y
 cálida desordenaba
 nuestros cabellos,
 y besaba nuestros
 rostros sonrientes.
 
 Hablamos de cosas
 triviales y sencillas,
 pero los corazones
 ya se conocÃan,
 las mentes ya soñaban.
 
 Caminamos lento
 por la playa solitaria,
 oyendo el ruido del
 mar con su majestuosidad.
 
 Dos soledades se
 encontraron aquella
 tarde, se abrazaron,
 se besaron, se miraron.
 
 Dos soledades se
 unÃan en un sendero,
 dos vidas vacÃas,
 tristes y melancolicas.
 
 Dos soledades se
 entrelazaban en el
 laberinto de la vida,
 sonriendo y felices.
 
 Dos soledades en
 una tarde luminosa,
 nada prometieron,
 nada juraron, solo
 decidieron emprender
 un camino nuevo,
 sembrandolo de flores
 aromaticas y multicolores.
 
 Dos soledades, eso
 somos tu y yo, por
 siempre......
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