Querido diario:
Hace mucho tiempo que no te escribo y de verdad necesito contarte algo muy importante e impactante.
Todo comenzó un día viernes como cualquiera, iba camino a la universidad a entregar un trabajo y después de eso tenía que estudiar para los exámenes.
Al llegar a la universidad me encontré con mi mejor amigo, Felipe, y lo vi un poco afligido, me saludo y me dijo que quería hablar conmigo algo muy importante, que nos juntáramos después de clases.
Al salir de clases lo llamé al celular y le dije que nos encontremos en la plaza cerca de su casa.
Cuando llegué a la plaza diviso a Felipe sonriéndome con un ramo de rosas en las manos. Me abraza y me dice que me quiere, que quiere estar conmigo como algo más que amigos.
No sabia que responderle, siempre fuimos amigos, nunca pensé en él como pareja, y lo peor de todo era que yo estaba saliendo con un hombre mayor que yo y no le había contado a Felipe. Al fin me salio una palabra de la boca y fue un “no entiendo que quieres decir, siempre hemos sido amigos y no quiero que eso cambie”, al terminar de decir eso a Felipe se le llenaron los ojos de lagrimas y no me quiso seguir hablando, se fue sin decir nada.
Llegue a mi casa después del encuentro con Felipe, pensé en lo que me había dicho y no entendía nada. Se me vinieron unas dudas a la cabeza, ¿desde cuando que a Felipe le gustaba yo?, ¿porqué decidió declararme su amor justo ahora?, ¿Cuál fue el echo de que cambio su cariño de amigo a un cariño de pareja?.
Al día siguiente cuando llegue a la universidad, divisé a Felipe a lo lejos y cuando él me vio se retiro del grupo de amigos donde él estaba.
Me acerque a ese grupo de amigos a saludar y todos me preguntaron que pasaba con Felipe, y yo obviamente me hice la tonta, les respondí que no sabia nada.
No quería que las cosas con Felipe cambiaran y por eso no le respondí con un si a su petición del día anterior pero sin embargo la relación de nosotros dos cambio igual.
Pasaron los día y Felipe aún no me hablaba, no me miraba, no me saludaba y a esta altura del año todos se dieron cuenta de que a nosotros si nos había pasado algo.
Mis amigos no quisieron involucrarse en los problemas de nosotros pero Felipe ya estaba muy mal y yo no sabia. El lunes en la mañana una amiga en común de Felipe y mía se me acerco y me dijo que ella no quería saber lo que pasaba entre él y yo pero que ojalá arregláramos las cosas pronto por que Felipe estaba tomando alcohol la mayor parte del día, ya no estaba interesado en estudiar para los exámenes, pasaba en fiestas y lo pero de todo es que estaba consumiendo drogas. Cuando mi amiga me dijo eso mi mundo se derrumbo, me sentí tan culpable de que Felipe estuviera así. Yo era la única que sabia que a nadie de su casa le importaba si el llegaba, si estaba bien, si le estaba yendo bien en la universidad, yo era la única que siempre lo estaba apoyando, dando ánimos y nunca lo dejaba solo.
Al terminar nuestra amistad él ya no tenía a nadie, estaba solo, porque si bien teníamos amigos en común yo era la única que sabia lo que realmente le pasaba y su verdadera historia.
No sabia que hacer, cómo me iba a acercar a Felipe después de lo sucedido, no sabia que decirle ni como mirarlo y mucho menos pedirle que dejara el pasado en el pasado y que nuestra relación siguiera igual que siempre.

Pasó un mes desde que Felipe me declarara su amor y como yo estaba saliendo con un hombre, después del mes ya estaba pololeando con este hombre. Yo estaba feliz con él pero muy triste a la ves porque no podía compartir mi alegría con Felipe. Al pasar algunas semanas me di cuenta de que en realidad pensaba mucho más en Felipe que en mi pololo, entonces decidí arreglar las cosas con Felipe y me fui a su casa. Al llegar aya su nana me abrió la puerta y le pedí que no le avisara a Felipe que era yo, entre en la casa y camine directo a su la pieza, cuando me vio entrar quedo paralizado, no sabia que hacer, pasaron unos segundos y me pregunto que hacia en su casa. Lo mire y lo abrase como nunca lo había abrazado y simplemente al verlo a los ojos me di cuenta que lo quiero mucho, entonces le di un beso en la boca. Felipe quedo sin habla, no sabia que estaba pasando, en ese momento le dije “Felipe todo este tiempo que estuvimos separados, pensé mucho lo que me dijiste ese día y me di cuenta que yo siento lo mismo por ti”.
Al salir de su casa fui directo a terminar mi relación con el otro hombre.
Yo estaba feliz porque pensaba que Felipe iba a ser un gran amor para mí aunque todavía lo veía solo como un amigo, pero pensé que al pasar el tiempo eso iba cambiar.
Pasaron algunas semanas y ese sentimiento no cambiaba, yo seguía viéndolo como un amigo pero él estaba tan feliz que no quise terminar nuestra relación. Es aquí donde cometo la tontería más grande del mundo, fui a la casa del otro hombre y decidí volver con él pero sin terminar mi relación con Felipe, estaba llevando una doble relación y mi amante al final de todo era Felipe.
Llegaron la vacaciones de verano, ya habían terminado todos los exámenes y como estaba con Felipe lo ayude a que aprobara todos los ramos del semestre y por agradecimiento me invito a Viña del Mar con su familia de vacaciones. Yo no quería ir porque en Santiago estaba el otro hombre, el que me hacia feliz como pareja, y no sabia como decirle. Al final de todo Felipe se fue de vacaciones con su familia y yo me quede en Santiago con mi otra pareja, la cual obviamente tampoco sabía que yo estaba con Felipe.
Un día, yo estaba en mi casa sola con el otro hombre, cuando tocaron el timbre, era Felipe que me extrañaba y se vino de Viña del Mar a Santiago para estar conmigo, al entrar a mi casa se percato que no estaba sola y eso le molesto mucho. Me pregunto muchas cosas y no sabia que decirle así que cuando no recibió ninguna respuesta se fue.
Estaba muy desilusionado de mí, y yo lo entendía si al final la persona que estropeo la relación fui yo.
Al día siguiente llame a Felipe a su celular para que nos juntáramos a conversar lo que había pasado el día anterior, pero no me contesto el celular, entonces me dirigí a su casa y su mamá me abrió la puerta, la salude y fui directo a la pieza de él. Entre en su pieza y veo a Felipe a los ojos, me di cuenta de que estaba con ira y frustrado. Al conversar con él las cosas empeoraron y lo peor de todo era que el sentía celos del otro hombre, me pregunto que tenia el otro que él no tenia, porque estaba con el otro en ves de él y cosas similares. No le quise responder porque de todas maneras estaba muy resiente el hecho.
Antes de salir de su casa me pidió que no nos viéramos durante un tiempo o hasta que se le pasara el enojo.
Pasó todo lo que quedaba de verano y volvimos a la universidad en marzo y Felipe aún no me hablaba, no sabia que pasaba en su casa y mucho menos en su corazón.
Cuando lo vi en la universidad me puse muy feliz, siempre tuve el presentimiento de que algo le podía suceder en verano sin mi amistad, siempre me dijo que sin mi el simplemente se moría.
Nos saludamos pero fue algo extraño, no lo puedo describir, fue como darle un abrazo a un simple compañero de universidad.
Paso marzo y las cosas no cambiaban, nuestra amistad estaba muy rara.
Un día de abril me llamo a mi celular y me dijo que quería hablar conmigo de algo, no me mencionó el tema, y me dijo que nos juntáramos en la punta del cerro San Cristóbal.
Llegue ahí y no lo encontraba, espere unos minutos y a lo lejos lo divise un poco triste, desanimado y con una mirada fría. Le pregunte que le pasaba y me dijo “no vengo a pedirte explicaciones de lo sucedido en verano eso ya paso, ni vine a hablar de la vida, solo quería decirte que te amo, que eres la mejor amiga del mundo, que nunca te voy a olvidar y que aunque el tiempo que estuvimos juntos fue corto y el amor de pareja no fue reciproco pero ese tiempo fue el mejor de mi vida. Te amo que nunca se te olvide”, después de decirme eso se fue dándome la espalda, él con su autoestima por el suelo y yo con la preocupación por el cielo. Me quede unas horas pensando en el cerro, hasta que ya no daba más de la desesperación y me dirigí a su casa. En el camino estaba pensando lo peor, que tal vez ya era demasiado tarde como para detenerlo. Sin darme cuenta ya estaba en su casa tocando el timbre, su mamá me abrió la puerta y sin decirle nada subí a su pieza. Él me miró sin decirme nada, estaba lleno de sangre. Llegue tarde pienso, me toma la mano y me da las gracias, las gracias por estar ahí, por no dejarlo solo, me dijo que tenia mucho miedo de partir solo, sin mí.
Lo hago callar y le digo que todo va a estar bien, que desde ahora nada ni nadie nos va a separar.
Se levantó de la cama con sus últimas fuerzas, me dio un beso, me dijo que me amaba y lo último que hizo fue entregarme una carta.
Me fui muy mal de su casa, estaba desesperada, incluso me fui a una plaza, no podía llegar a mi casa a leer la carta.
Cuando abrí la carta lo primero que leí fue un gracias, después un te amo, y terminaba con un perdón.
Me sentí muy culpable por lo que hizo Felipe, su familia me odiaba, ya no querían verme, decían que por mí su hijo ya no estaba vivo, pero lo peor de todo es que su familia nunca se interesó por Felipe y recién ahora estaban entendiendo o dándose cuenta de lo que sentía él. En las noches soñaba todo el tiempo con su muerte, no me lo podía sacar de mi cabeza y de mi corazón, me percaté que realmente lo amaba, yo no podría vivir sin él.
Al pasar los meses entendí porque Felipe hizo lo que hizo, tenia tantos problemas en su casa que aunque él estuviera conmigo como pareja o simplemente como amigos, el amor de familia del que carecía era tan grande que eso lo hacía ver todo lo malo de la vida. Yo solo traté de ayudarlo siempre, en todo lo que podía y en su carta estipulo “Valentina muchas gracias por el apoyo incondicional, fuiste la mejor amiga de mi vida, siempre te voy a amar. Por favor no te culpes por lo que hice, esta fue una decisión personal y creeme que para mi va a ser lo mejor”. Me asombró que Felipe no me reprochara lo sucedido y por eso lo amo aún más.