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A menudo idealizamos figuras que nos parecen lo mejor,sin darnos cuenta de que lo mejor está justo delante de nosotros...




Dicen que a un hombre tan honrado y amado por Dios, se le entregó a una niña venida del cielo para que no se sintiera tan solo, ya que no había tenido oportunidad de conocer a mujer alguna.

Y el hombre encontró a la niña en el pie de la puerta de su casa al volver al hogar tras un agotador día de cultivo, y la aceptó y la cuidó lo mejor que pudo hasta que la niña se convirtió en
adulta, y quiso al fin ambicionar el matrimonio, mas no se conformaba
con cualquier cosa...

-Quiero un marido tal del que no haya par en riqueza y poder.
Y su padre le dijo :
-El único al que puedes optar es el príncipe, el mas noble y poderoso
de los jóvenes del reino, y pronto será también el mas rico.

Así que el agricultor, que siempre fue rico y, por tanto muy buen amigo
del rey, consiguió que el príncipe concediera una audiencia con
su hija.

-¡Oh, gran príncipe! Tú, que fuiste creado por la esperanza del orden y
justicia de tus siervos, te ruego aceptes el matrimonio con mi hija, pues
me pidió que le casara con el hombre más poderoso y rico de la mundo.

Y el príncipe honesto le respondió ;

-Ya te escuché, buen hombre. Y por la buena estima que mi padre y el reino
entero e incluso Dios te tiene, no te dejaré marchar sin aclararte que, si no
fuera por los condes y los duques, yo no sería nadie, pues ellos son quienes
poseen los señoríos que mi padre les regaló para poder permanecer holgadamente en el
poder. Si se rebelaran contra mí, acabaría muerto.

Así que sin más preámbulo tornose el religioso al lugar en donde se reunían los nobles, el parlamento de la nación, y allí fue donde ofreció a su hija al matrimonio .

Pero el Presidente del Consejo de Nobles le dijo :

- Te entendimos al detalle, buen hombre, pero, has de saber que, Dios nos hizo más fuertes que a muchas cosas, pero también es cierto que son los ejércitos que tenemos los que nos dan el poder, sin ellos, las guerras estarían perdidas, y nunca jamás podríamos poseer tierra alguna...

Y fue a la academia militar y les habló igual que a los otros, y el más alto oficial le dijo :

- Así es que somos muy poderosos, pero si no fuera por nuestros soldados, nuestra estrategia de nada en absoluto serviría, y entonces no seríamos nada, ni nada podrían ser los nobles, el parlamento, y el rey.

Así que, desesperado ya, el buen hombre se dirigió a los barracones, en donde estaban alojados todos los soldados que formaban el grueso del ejército, y a éstos les dijo lo mismo que a los anteriores, y los soldados le dijeron :

-Sí, todos tienen razón, pero lo que no sabes es que son los pobres ciudadanos que forman el grueso del ejército quienes hacen que seamos numerosos soldados rasos a quienes dirigir los estrategas. Si el pueblo no se apuntase al ejército, nosotros no seríamos nada, y por tanto nada serían los oficiales, ni los nobles, ni el rey, y por tanto, nadie tendría oportunidad ni tiempo para ofrecer a Dios sus respetos y sus templos.

Así que, finalmente, el buen hombre casó a su hija con el hijo de uno de sus empleados, quien, se iba en breve a meter en el ejército, con quien su hija, desde edad temprana, había compartido sus juegos, con el campesino, en fin. Con el trabajador.

Texto agregado el 17-06-2004, y leído por 196 visitantes. (0 votos)


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