Cuando papá dios creo el mundo, a cada animal le dio su gracia y bendicion, al tigre su fuerza, al elefante su tamaño, a las aves el canto, el bello color de sus plumas y la habilidad para volar, al león lo nombro rey de la selva, a las aguilas les dio su magestad y a las hormiguitas, aungue muy pequeñitas, juntas por miles pueden formar un gran ejército de incansables trabajadoras. Lo cual quiere decir que todos los animales del bosque son importantes e iguales ante dios. Sucedio que un día, dos grandes aquilas conversaban sobre la rama de un árbol, una le decia a la otra: ¡Mirame, dios me hizo grande y fuerte, mi pico y mis garras son una amenaza y todos los animales del bosque me temen!. La otra águila respondio: ¡Yo soy tan fuerte como tu y puedo volar por el mundo!. En esos momentos se acerco a ellas, la reina de las hormigas y saludándolas les dijo: ¡Hola cómo están ustedes!. ¿Podemos conversar?. ¡Quiero ser su amiga!.las dos águilas se mirarón sorprendidas y una de ellas le respondió a la hormiga: ¡Cómo te atreves a interrumpir nuestra conversación, que te has creído, tu una insignificante hormiga pretendiendo ser nuestra amiga, vete de aquí, anda a comer hojas por el bosque, antes de que te mate con mis garras!. La reina de las hormigas se sintió despreciada y humillada, antes de retirarse llorando del lugar les respondió: ¡Que malvadas son ustedes!. ¿Creen que por ser grandes y fuertes, son las unicas dueñas del bosque?. ¡Pero sepan una cosa, el gran dios que esta en el cielo, algún día las castigará y se arrepentirán de las palabras que me han dicho!. LLorando la pobre hormiguita se retiró a la cueva. Al llegar sus otras compañeritas se le acercaron y le preguntaron por que lloraba y ella les conto lo que le habia sucedido, todas las hormiguitas consolaron a su reina y la cargaron y pasearón por toda la cueva. Pasarón los meses y un día una de las majestuosas águilas, puso un huevo, en un nido que habia construido, en la rama de un inmenzo árbol, que media más de cien metros de altura, orgullosa pensaba que ningún animal del bosque podría subir tan alto y hacerle daño a su huevo, además ella estaría allí, día y noche para cuidarlo. Pero una noche, la reina de las hormigas tuvo un sueño, en donde un sabio anciano le indicaba que al día siguiente se fuera al bosque y buscara un árbol de ceiba muy alto y sin que nadie la viera, abriera un pequeño hueco en la corteza y comenzaran a construir un caminito por el centro del árbol hasta llegar a la última rama en donde estaba el nido del águila y se comieran su huevo,, eso si, debían trabajar día y noche para construir el caminito y no descanzar hasta terminar la misión. la mañana siguiente la reina de las hormigas llamó a todas sus trabajadoras y les contó el sueño, inmediatamente miles de ellas viajaron por el bosque y cuando por fin encontraron el árbol se pusieron a trabajar. Pasaron los días, semanas y las hormigas trabajaban sin descanso, mientras tanto, en la última rama del inmenso árbol, el águila continuaba sentada sobre su nido, cuidando su hermoso huevo, altiva miraba el bosque y el cielo, desde esa altura, se sentía muy superior al resto de los demás animales, segura de que ninguno de ellos podría subir tan alto y hacerle daño a su huevo, se levantó del nido y estirando sus grandes alas, se lanzó por los aires a volar un rato. en esos momentos, las hormiguitas terminaron de construir el caminito y llegaron al nido y encontrándolo sólo, se comieron el huevo, tal y como se los habia indicado la reina. No habian transcurrido veinte minutos cuando el águila regresó al nido, pero al llegar observó con asombro el cascarón vacio del huevo, no podía creerlo, ¿Que animal del bosque había podido llegar a esa altura?. Llena de rabia comenzó a lanzar maldiciones, voló por el bosque y le preguntó a otros animales, si habian visto a alguien subir al árbol y comerse su huevo, se peleo con las otras águilas, pero no obtuvo respuestas. Pasó varias semanas triste por lo ocurrido, hasta que un día decidió subir al cielo y consultarle a dios. Sollozando le narró al gran sabio lo que le habia sucedido y este le preguntó: ¿águila dime una cosa, te has portado bien con los demás animales del bosque cómo te lo recomendé, no has hecho últimamente ninguna maldad, ni te has burlado de nadie?. Al escuchar aquella palabras, el águila recordó la humillación que le habia hecho pasar a la reina de las hormigas, arrepentida le pidió perdón al creador, quien observando sinceridad en sus palabras le dijo: ¡He sentido arrepentimiento en tus palabras y sinceridad en tu corazón, en vista de eso te voy a dar otra oportunidad para que sugas viviendo y reinando en el bosque pero a cambio debes regresar y pedirle perdón a la reina de las hormigas, no te pido que seas su amiga, sólo que no te metas con ellas, vive tu vida y deja que ellas vivan en paz!. Con mucha humildad y arrepentida, el águila se despidió del gran sabio y regresando al bosque buscó a la reina de las hormigas y le pidió perdón por las palabras que le habia dicho, la reina de las hormigas aceptó las disculpas y cada quien volvió a su vida en el bosque. Al año siguiente el águila puso un nuevo huevo en otro nido y a los pocos meses le nació un hermoso pichón.