El candado viejo, con olor a dolor
Tras la puerta había un abismo
Por un pequeño agujero entraba el sol en forma de cenital
Ni siquiera alcanzaba para alumbras hasta el fondo

Las voces que salían de adentros no se distinguían
Podrían ser niños, niñas, todos hundidos en sus frustraciones
¿Adolescentes? O quien sabe adultos
¿Castigados? ¿Por qué?

Encerrados tras una puerta negra, llena de agujeros
Y nosotros allí, siempre
Para culparlos, para ayudarlos, o simplemente ver qué pasa
Y dentro unos se atacaban con otros, se ven todos perdidos

Algunos ya han tomado su rumbo
Son los que ya están afuera
Supieron encontrar la salida

Mientras que los de adentro
Cada uno busca liberarse
Se arrancaba los cabellos
Se arañaban el rostro
Se burlaban de los demás


Otros se ven lastimados, tristes
Con lágrimas en los ojos
Llenos de dolor en el alma
Cohibidos en los rincones,
Buscando la partes más oscuras
Para no ser vistos por los de afuera

Llego un gran ángel
De magnificas alas
Que se llevó a algunos
Pero sólo se llevaba el alma
Y su cuerpo quedaba allí desvaneciéndose

Los más fuertes descubrían la llave
Y así podían salir de aquel cuarto

Los de adentro al ver salir a uno
Se burlan y lo apuntan

Sólo la fortaleza del individuo
Puede más que los indignantes estigmatizados
Que aun están dentro de la jaula.

Algunos salen de a dos
Porque se encontraron dentro
Y descubrieron la llave, juntos
Porque esa llave es la felicidad.