Doy una vuelta más. Giro en repeticiones constantes y monotemáticas. Me pierdo entre lo que debo ser y lo que fui. El presente se me esfuma de entre las manos sudadas. Trastabillo y me reincorporo temeroso. Las figuras desfilan mientras me invitan a un abrazo moribundo. Todo al rojo, último cartucho. Las pintadas me orientan en la oscuridad de la ciudad que se desangra a cada inhalación.

Alguna vez tan simple, tan transparente. Sensación de fluidez extrema. Deambulando entre casilleros metálicos. Me muerdo la lengua con las encías anestesiadas. Salando viejas melodías que retumban entre mis hemisferios. Creo en poder desenredar mis intestinos irritados por los vaivenes del sendero. Mientras, capturas mi esencia con tus extrañas magias y retratás la sensibilidad que me sobrepasa.