| Ella era una periquita,las más graciosa del bosque
 de plumaje verde claro
 de carmesí coronado.
 Ojos brillantes e inquietos
 y cuando su pico encorvado
 abría la periquita ¡Que dulzura!
 Además de articulada era
 de la elocuencia innata,
 ella en realidad no hablaba
 su parlar era como un canto
 ¿Un canto? ¡Un encanto!
 Visitaba muy a menudo
 la gran biblioteca del búho
 y leía, leía más, re-leía
 leyendo se pasaba el día
 pues todo lo que aprendía
 lo enseñaba a sus pupilos,
 la periquita de este cuento,
 entre árboles era maestra.
 Ella le enseñaba a todos
 los animales del bosque.
 Tenía entre sus alumnos
 uno grande, negro y viejo
 que al no saber conversar
 abriendo el pico: graznaba.
 era el feo pajarraco: un grajo,
 duro de cabeza y pico
 mas debajo del plumaje
 tenía un corazón que latía
 no sin una cierta locura
 si entre el ramaje veía
 a esa amada periquita.
 No es que ella lo ignorara
 mas vivía tan ocupada
 enseñando a animalitos,
 escribiendo lindos cuentos,
 o en la biblioteca leyendo.
 Una vez que la periquita fue
 a volar por un rincón del bosque
 por casualidad vio al grajo
 que estaba muy ocupado
 escribiendo algo en la arena
 por donde el arroyo pasaba.
 Despacito y con cuidado
 la periquita se le acercó
 parándose sobre una rama
 El grajo con lentitud y esmero
 continuaba en su empeño
 Cual sería de ella el asombro
 Aquel grajo era...¡Un poeta!
 Sus versos escarabajeados
 tenían una cierta cadencia
 contando sueños de amores
 ¡Dios Santo, de una periquita!
 Pasaron talvez dos o tres días
 hasta que el grajo llegara
 a visitar la florida escuelita.
 Como quien no quiere la cosa
 y haciédolo con gran disimulo
 le pregunto ella casualmente:
 -Dime buen amigo grajo
 ¿Has escrito alguna vez algo?-
 -Si- respondió con timidez el grajo
 -De vez en cuando lo hago.-
 -¿Y tienes ahora contigo, digo,
 algo de éso que has escrito?
 -No...yo lo escribo en la arena
 que pronto las aguas se llevan.-
 ¿Sabes algo, amigo grajo?
 se me ha ocurrido una idea,
 aunque te duela un poquito
 arráncate una pluma larga
 usa  tinta roja de granada
 y toma estas hojas, anda
 escribe poemas, quizás prosa,
 escribe lo que tu quieras.
 En esta forma el escribía
 y ella con gusto le corregía
 Los animales del bosque
 los poemas se aprendían.
 Desde ese día periquita y grajo
 son inseparables amigos,
 ella porque enseñar le encanta
 y él...porque por élla muere.
 
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 (Dedicado con cariño a una de mis tutoras, a Flop.
 Gracias por tu paciencia, Flopita.)
 
 
 
 
 
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