Inicio / Cuenteros Locales / marxxiana / Tres años
TRES AÑOS
Torta de cumpleaños. Pegote de dulce. Domingo corriendo. Gritos enanos. Tres años ya pasaron.
Cesárea. (¿el primer nacido por la panza se llamaría César?¿o César sería el médico?) Quirófano aséptico. Papá espere afuera. Enfermeras riendo, comentando no sé qué acerca del lindo doctor residente. Quieta señora, tengo que ponerle la epidural (¿o era peridural?). Me muerdo los labios tratando de frenar las cosquillas que me hace con la aguja en la columna. Listo, acuéstese. Se duermen las piernas. Las mueven y las acomodan como si fueran de otro.
Me plantan una lona verde enfrente. El mundo ahora existe del otro lado de la tela. Me quedé sin plata para pagar la entrada al circo. Habrá que conformarse viendo las sombras chinas y escuchar al maestro de ceremonias, para adivinar lo que pasa (don Julio, 72 hace 3 años, ¿llegará vivo al nacimiento? dijiste en la primer consulta). De vez en cuando se asoma una enfermera con cara de sueño y ganas de pucho para ver si mi cabeza sigue ahí.
Es un varón (ya sabía, las manchas blanquinegras de la ecografía eran las bolitas y el pito, eso me dijeron), robusto y sano, respira normal. Berrido de vida. Ya llegó.
Pasa la enfermera con un paquete blanco que me deposita en el pecho. Unos ojos hinchados parpadean y me miran (¿me miran o me imagino que me miran?). Olorcito a útero tiene todavía. Una mano la tengo atada con el suero, la otra está acalambrada y fría, pero me acomodo en cámara lenta para sostenerte. Hola hijo. Las lágrimas se resbalan gordas y calientes, van a parar a mis orejas. Lo llevo a limpiarlo y vestirlo. Te vas a upa de la bruja que no me dejó contarte los dedos de los pies.
Atrás de la carpa hay ruidos de aspiradora mezclados con batidora. La radio dice que afuera hace 5 grados y que se esperan lluvias por la noche. Acá adentro mis ojos llueven sin parar con una garúa mansa y feliz. Listo piba, quedaste para la biquini otra vez. (¿otra vez? ¿cuándo usé yo biquini?)
El camillero me pone la bolsa del suero adentro del camisón y empuja la camilla para salir. Esto parecen adoquines. Me dejan en la puerta mirando el techo y contando lámparas. Ahí viene la bruja con él, perfumado y limpito como un dandi. Vamos gordi, en la habitación lo hacemos prender a la teta.
Tres años ya pasaron. Qué viejito estás.
|
Texto agregado el 06-09-2002, y leído por 554
visitantes. (2 votos)
|
|
|
Lectores Opinan |
|
|
|
|
|
|
11-01-2006 |
|
Todo lo que me conto mi mujer,y después mi hija.
Claro,tu narración es más,a la sutilidad de las letras.Que El Eterno te bendiga. Mis 5 para ti ,con mucho gusto marxxiana. Continua, si?. Shalom. Bohemio5 |
|
| |
|
|
11-01-2006 |
|
Todo lo que me conto mi mujer,y después mi hija.
Claro,tu narración es más,a la sutilidad de las letras.Que El Eterno te bendiga. Mis 5 para ti ,con mucho gusto marxxiana. Continua, si?. Shalom. Bohemio5 |
|
| |
|
|
19-03-2003 |
|
Excelente..me encantó. Tierno, muy tierno
Anngiels simplemente mujer
Anngiels |
|
| |
|
|
|
|
|
|
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|