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“Las espinas de la rosa”
-Lo que Mónica ve -
VII
-Dicen que nuestro pecados son causados por nuestros instintos y que las tentaciones n os hacen actuar de forma irracional a la que solemos actuar, la verdad no creo en estas cosas, pero al verla bajar por la escalera mi corazón se detuvo y por ese instante sentí que su mirada al verme acompañada por Irais que sujetaba mi mano me llenaba de culpa, no me sentía mal como otras veces, ahora me sentía culpable.
-Buenos días,-dijo seriamente aproximándose a Judith para decirle- ya estoy lista, si quieres podemos irnos.
-Nos quedamos calladas sin nada que decir, y más yo cuando escucho la respuesta de Judit a la pregunta de Irais.
-¿Van a algún lado ustedes dos?
-Si, así es, invite a Natalia a la feria.
-Entonces……. ¿es una cita?-continuo Irais-ya que se van muy temprano y tú normalmente te vas los días viernes.
-Si, exacto, es una cita………excepto por la parte de la cita. Bien, es hora de irnos, Natalia-dijo dirigiéndose a la chica de ojos azules.
Un si tímido sale de sus labios.
Judith abre la puerta por donde sale acompañada de Natalia, a la cual nos sumamos Irais y yo, caminando lentamente detrás de ellas, hasta que nos emparejamos para que Irais siga su conversación con Judith. Yo por mi parte me quedo a una distancia viendo la espalda de Natalia y su cuerpo arropado por el vestido ceñido a ella. Su paso se hace un poco mal lento mientras avanzamos; ella queda a mi lado y no puedo evitar que mi corazón empiece a ir un poco deprisa a lo cual se suma mi suposición de que el palpitar de ella también es anormal.
-Es bueno que salgas de vez en cuando, ¿no lo crees?-dije abriendo la conversación.
-Mmmmmm, creo que si……..
-Ojala te diviertas, te lo mereces por esforzarte tanto.
-No creo que sea para tanto-responde mientras su mirada se perturba por la vergüenza o timidez que salió de mi comentario.
Una sonrisa se dibuja en su cara, dejándome ver sus dientes blancos y por encima de éstos los delineados labios con un labial que los hacia brillar.
No digo nada mas, me quedo callada a esperar que ella haga el siguiente movimiento, en si, estoy también preparada por si ella no se animara a decirme nada. Mi subconsciente sabe que si no logro decir algo que pueda perdurar en la cita metido dentro del pensamiento de Natalia antes de que ella cruce la reja de la salida con Judith posiblemente la habré perdido. Es obvio que Judith trataría de que sucediera en esa cita, algo que la separara de mí. Ella me lo había advertido-ya que no me trago el hecho de que ella disfrazara su advertencia como una promesa- el que me quería fuera de la vida de Natalia.
Reviso mis palabras una a una, conectando las oraciones hasta formar una frase que salga por mi boca, sin embargo antes de que pudiera decir “¿Por qué vas con ella y no conmigo?” la chica al lado mío habla.
-¿te molesta que salga con Judith?
“Demonios, eso fue………repentino”, pienso cuando termina de decir la frase que sale con un tono algo callado como queriendo evitar que las chicas de enfrente se enteren. Esto no solo me sorprende por el hecho de que no lo esperaba, si no que deduciéndolo parte por parte podía indicar que Natalia no quería ir con Judith, aunque no lo había confirmado, eso era una posibilidad. “Lo siguiente que diga puede ser un factor que ella analizara, si muestro interés por una parte ella podría mantenerse a la defensiva, pero si no lo hago, ella puede preguntarse el porque no la detengo”, vuelvo a cavilar y decidiéndome entre una y otra opto por la segunda opción.
-No, la verdad no me tiene que molestar, es decir, no somos nada, creo que tu tienes derecho de hacer con tu vida lo que quieras, yo no tengo que decirte si estas bien o mal. Pero…. ¿porque me preguntaste eso?
-Por nada en especial, solo que te quedaste callada cuando Judith le respondió a Irais. Y……
El comentario inconcluso de ella se abría a una pregunta.
-¿Y?-pregunte.
-Se que no debo preguntarte ya que a mi no me debe de importar-dijo queriéndome dar una probada de mi mismo chocolate-pero te puedo preguntar si, bueno tu sabes, ¿Irais durmió en tu habitación?........ ¡No es que me tengas que responder!, ¡la verdad, no tienes!, olvídalo, olvida lo que he dicho. Es decir, es obvio ya que ella esta aquí.
El nerviosismo de su respuesta enmarañada y confundida me divertían y me eran interesantes además de que me agradaban, el punto central de su comentario eran los celos; sentía celos de que Irais se quedara en mi habitación. Después de meditarlo sabia perfectamente que no le podía decir la verdad, la verdad obvia de que Irais si se había quedado en mi habitación y había dormido conmigo en otros planos, planos que supongo pasaron por la cabeza de Natalia cuando me lo pregunto.
En esos momentos tenia que esconderle la verdad, sin embargo sabia que mas tarde ella se podía enterar y esto podría ser más contraproducente.
Cada vez más nos acercamos al primer edificio con esas entradas de arco de piedra para después ver la reja de la salida.
-Dime una cosa Natalia……..
-Si.
-¿Te molesta que Irais se quedara a dormir en mi habitación?
Vuelvo la mirada hacia ella, no hay respuesta alguna, solo se digna a mirar hacia enfrente donde Judit a unos pasos de nosotras sigue platicando con Irais. Me siento como una completa idiota, ya que no debía de haberlo mencionado.
-Perdona que te lo haya preguntado, no fue mi intención……
-Un poco.
-¿Un poco?
-Si, un poco es la respuesta a tu pregunta-dijo sin quitar su mirada del camino que tenia delante suyo-ya que me volví a hacer ideas tontas.
“¿Ideas tontas?”, tal ves se refería a lo que en verdad paso entre Irais y yo, aunque eso me hace inferir que ella con algo de inocencia sigue confiando en mi, esto ahora sumado a lo anterior hace que me sienta totalmente pésima, como si un kilo de plomo me cayera en la espalda; pero también podía referirse a una idea errónea entre nosotras, al beso en el invernadero y a mi disculpa toda cursi que le proferí dejándola ahí sola. Claro que en esos momentos había pasado por mi cabeza la fantasía en que ella se volvía rápidamente apenas dejaba el invernadero para que se abrazara conmigo…….claro que esto no ocurrió, pero la verdad no consideraba que fuera malo soñar.
-Puedes ser un poco mas especifica, ¿a que te refieres con lo de “ideas tontas”?.
-Mmmmmm la verdad, ahora no quiero hablar de eso.
Y finalmente llegamos a la reja donde el vigilante nos dio los buenos días. Natalia al verlo se adelanto y le saludo de cerca. Tenia algo de aversión por ese señor, no era que me hubiera hecho algo malo, pero siempre me lo encontraba cuando estaba acompañada por otras personas y una vez trato de hablar conmigo respecto a mi comportamiento, fuera de eso era una persona de lo mas normal y a Natalia parecía agradarle.
Fuera de la reja había dos trasportes esperando, una camioneta de color rojo que pertenencia a la hermana de Irais que le toco el clacson apenas la vio y el otro un auto deportivo del cual descendió un hombre que es el chofer de Judith. El viejo Ignacio abrió la reja por donde saldríamos, al parecer tendría que esperar un poco ahí parada a que me vinieran a recoger, pero me pareció que era bueno el esperar.
Irais camina hacia mi y se despide con un tierno beso en la mejilla, deseándome feliz fin de semana, algo que nos se si pueda tener, Judith se aleja deseándome lo mismo caminando hacia la puerta que su chofer abre para que ingrese a el auto. Natalia se queda parada observándome.
-Que tengas un buen fin de semana Mónica.
-Si, gracias, espero que te diviertas y también te deseo un buen fin de semana, claro aunque vayas a regresar dentro de unas horas.
-Si, bien, nos vemos-responde con una sonrisa y una leve carcajada.
Se da la vuelta al momento en que Judith le grita después de haber bajado nuevamente del auto esperando a la chica de vestido verde en la puerta. Apenas da unos pasos con esos pies delicados, me viene a la cabeza que le puedo decir.
-¡Natalia!
Ella se vuelve repentinamente algo sorprendida.
-¡Eh!, ¡veras!, podemos hablar luego acerca de……..
-Si, por supuesto-responde al momento sin dejarme terminar mi frase y se hecha de nuevo a andar hasta llegar al auto donde ella se sube primero y Judith la sigue no sin antes mandarme una mirada y una sonrisa. Se sube y cierra la puerta. Ambos autos maniobran para salir, la camioneta de la hermana de Irais se encamina primero por el camino seguido del auto. Lentamente vi como ella se iba……..como Natalia se iba.
-Es una buena chica, ¿no lo cree señorita Mónica?-dijo, la voz del viejo Ignacio que ahora estaba mi lado con una escoba en las manos.
-Si, así lo creo.
-Va a esperar aquí dentro o fuera ya que cerrare la reja y…….
-No hay problema, ya están aquí-interrumpí apenas vi el auto que vendría a recogerme acercarse.
-Bien, señorita Mónica espero que tenga un buen sábado y domingo.
-Gracias.
Y así, camino hacia la reja que aun permanece abierta, el auto se estaciona frente y de el baja el conductor de este apresurándose a abrir la puerta de atrás para que yo entre y dirigiéndose a mi para cargar mis cosas.
-¡Perdone señorita!, no pude llegar a tiempo, espero no haberla hecho esperar.
-No hay problema, solo vámonos ya.
Entro por la puerta abierta y el chofer introduce mis cosas en la parte trasera cerrando la puerta y dirigiéndose a su lugar. Hecha a andar el motor y me dice mirándome sin voltearse.
-¿va a querer que la lleve a algún sitio antes de ir a su casa?
-No, no me siento con ganas de nada, así que llévame a mi casa.
Después de una hora de camino llego a la casa de mis padres, entrando el auto por la reja que abre el jardinero de pelo cano al que le saludo cuando me ve; el amablemente y en señal de aprecio se quita su sombrero y hace una pequeña reverencia que me saca una risa. El auto se detiene y yo salgo del auto, el chofer por su parte saca las cosas que llevaba y se las pido con un ademan que rápidamente entiende. La puerta de la mansión se abre, de ella el ama de llaves sale a recibirme.
-¡Buenos días señorita Mónica!
-¡Buenos días Georgina!, ¿Cómo has estado?
-Bien, muchas gracias señorita, por favor permítame ayudarle con sus cosas.
-No, no es necesario yo lo hago; dime, ¿están mis padres?
-No, no se encuentran en casa señorita, ambos salieron hace unas horas con su hermana.
-Ya veo, entonces estaré en mi alcoba.
Subo despacio las escaleras y antes de que suba de más el ama de llaves me pregunta.
-Señorita Mónica, ¿quiere que le prepare algo para comer?
-No, Geo, la verdad estoy bien gracias no tengo hambre.
-Por cierto señorita hace unos minutos hablo su prima Barenca y dijo que vendría a visitarla.
-Mmmmmm, pues-medito la respuesta antes de hablar ya que no me sentía de ganas como para ver a nadie y mucho menos a mi prima mayor, pero finalmente se que ella es mas terca que yo-cuando llegue dile que pase.
Llego hasta mi habitación donde en sui interior dos chicas de la servidumbre están aseando mi alcoba, al verme estas saludan y les regreso el saludo con una sonrisa, después amabas salen y me dejan sola. Miro a mí alrededor, una habitación amplia con ese matiz claro de las paredes y la luz que entra por la ventana corrediza de mi habitación que da a la terraza. En un buro se encuentran las flores que el jardinero siempre corta para mi cuando regreso a casa los fines de semana. Me aproximo a ellas y las toco, los pétalos de estas son suaves como la piel de ellas, tomo una y la llevo cerca de mi nariz y aspiro dejando que su olor natural me embriague del todo. Salgo a la terraza deslizando la ventana y veo desde arriba todo el jardín con los arbustos casi secos y las hojas de los follajes en el suelo siendo rastrilladas por el jardinero.
Entro de nuevo a mi habitación y el recuerdo de ese beso en el invernadero me viene a la mente, atormentándome y la molestia de Natalia referente a la presencia de Irais; además sumando que me empezaba a deprimir lentamente por causa de que Natalia estaba en una cita en esos momento estaba con Judith, las palabras clave para que yo me imaginase cualquier escenario eran “Judith” y “cita”. Así que me aviento a mi cama y me recuesto boca abajo colocándome la almohada por encima de mi cabeza y empiezo a entrar en negación, un paso normal en cualquier momento de un arranque de…………………. ¡celos!, estaba sintiendo celos, me molestaba tener ese sentimiento unido a mi ser que se me encajaba cada vez que tenia que sentirlo.
Lentamente mis parpados se empiezan a cerrar, siento descansar mi cuerpo sobre el colchón acurrucada por la brisa que entra de la ventana abierta.
Los sonidos de un golpe seco contra el piso del corredor fuera de mi habitación me despiertan tres horas después de que empecé a descansar. Reconozco el golpe del bastón de Barenca que se aproxima lentamente hacia mi habitación para terminar golpeando, como es su mala costumbre la puerta con su bastón.
-Se que eres tu…….reconozco tu manera de tocar, así que no pienso a levantarme a abrirte, entra por ti misma.
La puerta se abre mientras sigo en la posición en la que me encontraba al empezar a dormir.
-¡Vaya!, la verdad estas hecha un desastre Mónica, ¿Qué te pasa, porque esa actitud de no saludar a tu prima favorita?
-No eres mi prima favorita Barenca, ¿que es lo que quieres?-respondo sin quitar mi almohada de encima de mi cabeza.
El peso extra se siente en mi colchón y la mano recia de ella me quita la almohada y me hace voltear, mis ojos están algo cerrados, debido al sueño que me estaba domando, su cara con la tez morena clara y ojos verdes de ella me miran. Deja apoyado su bastón en el colchón y ayuda con su mano a su pierna derecha a descansar sobre este. No me quita la mirada de encima, hasta que esta acción me desespera.

-¡¿Qué?! ¡¿Tengo algo en la cara?!

-No se, pero puedo asegurar que algo te paso, tienes esa cara de culpa que siempre tienes cuando algo te pasa………..¡si!, ya lo tengo, ¿es esa chica verdad?, no hay duda, hiciste algo y ahora te sientes terrible. ¿Cómo se me dijiste que se llamaba?

-¡Natalia!, ¡te dije que se llama Natalia!, además no me siento mal por eso.

-Entonces, ¿Qué es?, sabes que puedes contar conmigo.

Barenca Díaz Macedo era la única persona en mi familia que podía comprender abiertamente lo que yo sentía, es decir que a mi me gustan personas de mi mismo sexo, ella lo comprendía como si fuera algo normal y no me despreciaba por ello, así que si podía contarle lo que me pasaba.
-Si, si es por ella.
-¿Y ahora que paso entre ustedes?
-Ella salió con Judith-respondí mientras me levanto poco a poco.
-Espera, ¿quieres decir que la chica de la cual estas enamorada esta ahora en una cita?.........-guardo silencio hasta que asentí con la cabeza para continuar-…. ¿y que haces aquí? No se supone que tratarías de interponerte entre ellas para que Natalia se quedara contigo, o algo así.
-No es tan fácil; lo que quiero decir es que pasaron cosas que no tenía planeadas.
-¿cosas?, ¿Qué clase de cosas?
-Irais.-respondo mientras muerdo mis labios haciendo una mueca que le da entender a Barenca lo que quiero decir.
-¡Dios mío!, eso quiere decir que………. ¿ella las encontró……tu sabes?
-No, no lo hizo de esa manera, pero esta mañana ella bajo e Irais estaba conmigo, y como ambas nos acabábamos de bañar, pues supongo que……..
-¡detente ahí!, no tienes pruebas de que ella pensó eso, porque puede caber la posibilidad de que no necesariamente lo pensara.
-Si lo pensó. Después de que me entere de que Judith la llevaría a la feria, ella y yo íbamos platicando y prácticamente por como me hablo sentí que tenia celos.
-Si, y ahora los tienes tu. ¿Por qué no le dijiste que cancelara?, digo, puede hacerlo si en verdad te quiere.
-No se que hacer Barenca, la quiero y busco pretextos para alejarme, por lo menos cuando no debo de pensar en ella, pero sigo pensando en ella, no me siento así desde……
-Si, lo se, pero eso es bueno, quiere decir que estas dejando atrás lo que paso.
-Quisiera decir lo mismo-le digo mientras me agarro las muñecas-ya que hay cosas que no puedo dejar atrás por mis errores.
-Las cicatrices sirven para que al verlas recordemos de donde y porque salieron, pero son solo eso recordatorios. Mónica si no sueltas aquello que te hace mal no podrás ver hacia adelante, además tienes problemas mas grandes que este como el decirle a esa chica acerca de tu compromiso que mi tío formo con ese muchacho, además de que tienes que hablar con tus padres acerca de ti. Pero sabes una cosa……..
-¿Qué?
-Que ese día, afortunadamente no tiene que ser hoy, ¿y sabes porque?
-No, porque.
-Mónica, Mónica, se ve que el ser tres años menor que yo afecta la diferencia de objetividad y no me refiero a que a ti te gusten las mujeres.
-¿Y eso que tiene que ver?
-A que ahora mismo te voy a llevar de regreso a tu escuela y esperaras a esa chica y hablaras con ella, le dirás lo que sientes por ella y también le dirás que quieres esperar a que ella se decida y que no te importara verla con Judith, aunque claro estaría bien que te hicieras del rogar un poco y no te preocupes, cuando eso pase sea cual sea su respuesta yo estaré ahí para escucharte. Así que vamos, no perdamos mas tiempo.
-Sin decir nada me comienzo a mover, como si las palabras de Barenca me regresaran la tranquilidad que había perdido al ver a Natalia subir en el auto de Judith, así que tomo un abrigo y mi monedero y ambas salimos de la habitación. Ella camina apoyada de su bastón con ese renguear que tenia desde nacimiento debido a que sus piernas no eran simétricas, bajamos las escaleras, ella con cierto grado de dificultad pero sin quejarse de ello. No me imagino cuanto dolo debe de sentir al subir o bajar loas peldaños de las escaleras de su casa o de las mías cuando viene a visitarme, tal vez por eso era que la admiraba mucho, por ese estoicismo que ella mostraba de no dejar ver ninguna expresión quela hiciera ver débil ante las demás y aunque yo trato de hacer lo mismo aun hay grietas donde se puede acceder a mi; Natalia lo había hecho, me había quitado la mascara, ella y Barenca y posiblemente Brenda eran las únicas personas con las que podía ser una persona sensible.
Georgina nos intercepto en la entrada.
-Señorita Barenca, señorita Mónica, ¿A dónde van? no pensaran en irse asi como asi.
-No te preocupes Geo, la traeré antes de que mis tíos regresen.
-Pero……..-el ama de llaves aun tenía ciertas dudas de las palabras de Barenca.
-No te preocupes Georgina, regresare antes de que mis padres regresen, además cuando llegue ellos no estaban aquí, por lo que no creo que les importe, así que dile a Jaime que prepare el auto-respondí para tranquilizar a la persona frente a nosotras.
-No hace falta, yo traje mi camioneta, así que vámonos.
Y salimos para que en la entrada la camioneta de mi prima que obtuvo de sus padre por cumplir veinte años estaba aparcada, subo por la puerta del copiloto y ella subió por la otra puerta para acomodarse y dejar en los asientos de atrás el bastón de madera, se coloca el cinturón de seguridad y cierra la puerta, saca las llaves de la bolsa de su chaqueta de cuero y se pone unos lentes oscuros que tenia en una bolsa al lado de su asiento, prende el motor de su auto y comenzamos a andar para salir de la mansión de mis padres. Prende el estéreo y la música de una radioemisora de la música que esta de moda se deja escuchar.
El viento entra por la ventana y me revuelve el cabello y veo pasar otros autos.de repente la luz roja del semáforo se prende y Barenca se detiene. En el cruce hay unos niños realizando malabares con unas naranjas con sus caras pintadas de payasos. Con su show tienen la esperanza de que al momento en que terminen y de que las luces vuelvan a ser verdes, tengan una mano que les estire unas monedas, siempre me daban algo de lastima cuando veo a esos niños. El verde se enciende y los autos comienzan a avanzar, la camioneta de Barenca se mueve lentamente y de mi monedero saco unas monedas que le doy a ese niño de cabello enmarañado que escasamente supongo tiene unos diez años, el me agradece y siento como si mis ojos dejaran escapar unas lagrimas que escondo con una sonrisa que al niño le maravilla y este sigue su camino.
Seguimos nosotras el nuestro; el locutor del programa de radio da la hora, las tres y media de la tarde, el trafico se empieza a volver un poco denso por lo cual y haciendo cálculos mentales se que estaríamos en ala academia Lillian dentro de una hora y cuarto aproximadamente.
En mi cabeza sigo pensando que puedo decir cuando la vea, me imagino mil escenarios posibles, pero todos tienen un único final, el final obvio en el veo a Natalia besándose con Judit o el escenario en el cual ella me dice que me olvide de ella, si ese era el caso todo lo que Barenca hizo para que yo viniera seria un fracaso, así que tenia que tratar de pensar positivamente.
“¿Qué es lo que estará haciendo?” me viene a la mente, se estará divirtiendo, no es que no quisiera que Natalia no fuera feliz, pero me purgaba y carcomía el alma saber que estaba con ella.
-Deja de pensar en ella o en lo que le vas a decir o terminara en un completo desastre.
-¿a que te refieres?, yo no estaba pensando en ella.
-Eres tan obvia Mónica, a mi no me engañas y lo sabes perfectamente-Barenca distrae su mirada del camino y me mira a través de sus lentes oscuros-estas pensando en ella. Si sigues haciendo mecánicamente lo que tratas de decir no significara nada ya que solo estas grabándote lo que le quieres decir y esas palabras son vacías que carecen de sentimiento. Si vas a declararle tus verdaderos sentimientos, estos deben ser sin planeamiento tal vez suene algo tonto decir improvisados, pero así son mas románticos.
Después de esto dejo de pensar. Pero mi corazón se acelera, esta situación era como aquellas en donde te late el corazón demasiado rápido por algo importante que vas a hacer pero no lo has hecho aun y ocurre ese fenómeno, como si me estuviera inconscientemente preparando para que no mostrara ningún signo de nerviosismo cuando la viera.
Al final llegamos al sitio. Barenca aparca la camioneta a unos metros de la reja y al apagar el motor mira su reloj y me dice.
-Bien, ahora te toca a ti Mónica, así que camina hacia los dormitorios y búscala y habla con ella, ¿de acuerdo?, yo te espero aquí.
Asiento con la cabeza y me quito el cinturón de seguridad, abro la puerta y camino hacia la reja en donde el viejo Ignacio la abre, y al pasar me pregunta acerca del porque volví. Había planeado la excusa, se me había olvidado un cuaderno que recogería rápidamente, así que paso ante la mirada del vigilante y al caminar unos paso miro atrás hacia la camioneta de Barenca que me hace un ademan diciéndome que me valla, sigo caminando y mis manos extrañamente empiezan a sudar, me las limpio contra si mismas y llego a los dormitorios, abro la puerta y en la sala de la planta baja se encuentran algunas alumnas entere las cuales esta Jimena y otras compañeras de Judith. Todas ellas me saludan y yo subo por las escaleras con el destino de llegar al tercer piso.
Cuando estoy en la orilla del cruce del corredor y la escalera, suspiro y me dirijo hacia la ultima puerta, la toco y detrás de esta se oye la voz de la compañera de Natalia que dice: “¡Natalia que bueno que llegas!, ¿Cómo te fue?”. La puerta se abre y la cara feliz de la prima de Vanesa se desvanece al verme de pie ante su puerta.
-Emmmm, vaya, perdón por confundirte, si buscas a Nat, pues ella….
-Si, lo supongo, aun no ha regresado.
-Si, se supone que ella estaría aquí a las cinco, pero…….si quieres le digo que estuviste aquí, ¿te parece bien?
-Claro, me parece bien.
La chica se despide con una sonrisa y cierra lentamente la puerta, yo me doy la media vuelta y camino de regreso por el corredor, sabiendo que aun esta con ella y pensando que tal vez si había sido una mala idea el haber venido hasta aquí. Pero no se si las persona están unidas por el destino o algo misterioso que nos hace sentir a otra. Ya que al bajar por la escalera al llegar al segundo piso, ella estaba ahí algo agitada tomando aire a la fuerza, para después decirme: “sabia que estarías aquí”.

Texto agregado el 20-02-2010, y leído por 106 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
20-02-2010 ...regresé y, ¿sabes qué? Será mejor que regreses al Capítulo 1 e inicies otra vez. 1* Arpegio
20-02-2010 Espera un instante. Leeré otros trabajos y regreso. Ya va... Arpegio
 
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