A mi pueblo herido




Natura ebria de furia
que has llegado a reclamar lo ajeno,
has quebrado con tu ira
la tranquilidad descalza de mi pueblo.

Éstas no son tus riberas
aleja tu humedad triste de este suelo,
lleva los tormentos de tus saltos
a los desiertos inhóspitos no florecidos.

Compadécete de las mujeres de mi patria
de corazones mutilados y heridos,
que derraman por los surcos de sus ojos
lágrimas de sangre y de dolor,
que se desbordan como olas de tus aguas
por las tristezas de los amados hoy perdidos.

La noche no encuentra en su nido
la mesa colmada de sonrisas,
se han quebrado los cristales
se han caído las cobijas,
sólo encuentra tristes fogatas
bajo el cielo mudo de las estrellas,
que se preguntan consternadas
qué ha pasado en esta tierra.

Las miradas se pierden en el horizonte
buscando las presencias que no llegan,
el frío cala duro en los huesos
como el dolor perfora el recuerdo.

Pero no creas que mi pueblo herido
no renacerá entre los escombros,
emergerá la sangre indoamericana
como emergen los volcanes y los vientos.

Levantaremos otras ilusiones
para nuestros hermanos desvalidos,
verán como se levanta un guerrero,
y verán como pronto revive,
mi querido pueblo Chileno.





Valentino Malatesta