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Inicio / Cuenteros Locales / raulexilu / De la Lengua y Cómo Pervertirla

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Michael Ende, célebre escritor alemán, autor entre otras genialidades, de obras como La Historia Interminable y Momo, suele hacer referencia a los nombres de los objetos y los personajes de su obra. Así, tenemos que Fantasía se encuentra enferma, debido a que su soberana necesita ser nombrada por una criatura humana, la cual ha de darle un nuevo nombre, a condición de que este sea el verdadero. Asimismo, Bastian tiene que nombrar varias de las herramientas que va encontrando durante sus aventuras por la tierra de Fantasía, siempre con la misma condición de dotarlas de un nombre verdadero y único.
Creo que más que una especie de manía con los nombres, lo que Ende quiere denotar con esta casi obsesión por el asunto, es un profundo respeto por el lenguaje, lo cual es primordial para un escritor, pero también para la gente en general. Como él mismo lo dice en una pequeña reflexión contenida en el espléndido libro Carpeta de Apuntes, aquello que no se llama por su verdadero nombre es en esencia, una mentira.
México, mi país, atraviesa en estos momentos por una gravísima crisis política, económica y moral. Dicha situación es evidente en cada ámbito de la vida nacional, y por desgracia una de las áreas en las que la situación se vuelve más obvia, es en el lenguaje: las sociedades civiles, los medios masivos y los políticos han pervertido el lenguaje, de tal forma que la gente se ha acostumbrado a temer, odiar y prostituir nuestro hermoso idioma español.
Una lengua es, evidentemente, un ente vivo. Como tal, no está exento de influencias y variaciones, puesto que el cambio es sinónimo de vida, de movimiento y enriquecimiento. Así, encontramos que nuestro lenguaje acepta de buen grado influencias sajonas, romances, latinas, e incluso ha sido sensible a las lenguas orientales. Al no haber un equivalente en español de ciertas palabras ó términos, me parece válido y necesario que se adopten palabras extranjeras en nuestro vocabulario. Lo que no me parece válido es utilizar términos extranjeros, si existe un equivalente en español. Personalmente me parece en extremo aberrante el lenguaje de “yuppie”, que se vale de los anglicismos para darse a entender. Así, tenemos que la palabra “objetivo”, ha sido reemplazada por el “target”, mercadotecnia por “marketing”, administración por “management”, y en fin: la lista es interminable.
Pero si bien los anglicismos han invadido y aguijoneado nuestro idioma, empobreciendo a quienes los han adoptado como términos “verdaderos”, creo que lo más aberrante en términos de prostitución del lenguaje es lo que yo llamo el “idioma de asociación civil”. Estas aberraciones lingüísticas no son otra cosa que un uso poco práctico, condescendiente e hipócrita del lenguaje, en aras de una igualdad de forma –que no de fondo-, y un síntoma más del miedo que se nos ha inculcado a nuestro propio idioma. Así pues, a manera de despedida, les dejo algo de lo más granado de este dialecto de la condescendencia, con una explicación de lo que significa, a qué palabras sustituye, y por qué considero que está mal utilizado:
PERSONAS CON CAPACIDADES DIFERENTES: Dícese de aquellas personas que han perdido alguna facultad como caminar ó ver, y pretende reemplazar vocablos como “inválido” ó “discapacitado”. De entrada es una estupidez, pues todas las personas tenemos “capacidades diferentes”, pues si bien es cierto que yo por ejemplo, comparto con Usain Bolt la capacidad de correr, en ningún modo comparto la capacidad de hacerlo a la velocidad que él lo hace. Es cierto que la palabra “inválido”, si nos ponemos exigentes, es un tanto dura, pues una persona que no se puede mover sigue siendo tan “válida” como una que goza de cabal salud. Discapacitado, por otra parte, no me parece en absoluto peyorativa: es una realidad que una persona que ha perdido el uso de alguna parte de su cuerpo está incapacitada para utilizarlo en toda su plenitud; pero simplemente es poco práctico decir “discapacitado para caminar/ver/ etc.
PERSONAS ADULTAS MAYORES Ó ADULTOS EN PLENITUD. Otro término sencillamente idiota: “adulto mayor” no tiene sentido, pues se sobreentiende que una persona adulta ya es mayor, lo cual hace de esta estupidez una cosa redundante. “Adultos en plenitud” es todavía más idiota, pues un anciano –término correcto- evidentemente dejó atrás su plenitud hace un rato. Y no tiene por qué ser una vergüenza ó un insulto, simplemente se trata del ciclo vital de todos los seres.
EL USO DE LOS ARTÍCULOS “LAS” Y “LOS” EN LA MISMA FRASE. Sé que a muchas y muchos feministas y feministos les voy a caer gordo, pero simplemente es poco práctico utilizar ambos y ambas artículas y artículos en una misma frase. “Los”, señoras y señores, es un artículo neutro, porque así está conformada nuestra lengua, así de simple. Que se trata de las y los rescoldos de una sociedad machista es muy cierto, pero ni hablar, las y los cosas son así. Por otro lado, cuando uno se refiere a “la gente”, no se está excluyendo al género masculino… y sin embargo, nadie dice “el y la gente”. (Y cómo acabo de demostrar en la práctica, utilizar ambos artículos es chocante, de mal gusto, y completamente innecesario…)
GENTE EN SITUACIÓN DE CALLE. Sencillamente es más rápido decir Indigente, y no se está insultando, sino describiendo. Por si fuera poco, el término “en situación de calle” no me dice nada: al salir de mi casa, estoy “en situación de calle”, lo mismo que los vehículos y todo lo que se encuentre en ella. Por tanto, puedo decir que aparte de ser poco práctico, el uso de esta frase para describir a un indigente es sencillamente muy vaga y general como para definir cualquier cosa.
SEXOSERVIDOR. Otro ejemplo del miedo al lenguaje: por más que se quiera “maquillar” la palabra, “prostitución” seguirá definiendo un oficio que a la gran mayoría le parecerá poco honorable, pero que se ha ejercido desde que la humanidad se asentó en poblados, y seguirá hasta que nuestra especie de extinga. Ablandar el término correcto no va a darle mayor crédito a las meretrices y efebos que la ejercen, y mucho menos va a terminar con dicha actividad.
Esos son pues, mis ejemplos de la deformación del lenguaje. Creo que como gente que tiene una relación especial con las letras y el lenguaje en general, es importante respetarlo, cultivarlo debidamente, y admirarlo. No se trata de que hablemos en “buen romance”, o que cada miembro de la sociedad sepa latín ó español antiguo, ni siquiera de adoptar un “castellano universal”, pues nuestro idioma es tan rico (en cuanto a su variedad y su “sabrosura”) que cada lugar en donde se ha adoptado el lenguaje español, este tiene su especial entonación e identidad. Sin embargo, estos eufemismos grotescos lo deforman, se convierten, como dice Ende, en vulgares mentiras.
Cuídense mucho, colegas de la palabra, y por aquí seguiremos con el reporte de la Isla de Yuram, y con cuantos escritos vomite mi cerebro. Muchas gracias por leerme, y muchos saludos a todos.

Texto agregado el 13-03-2010, y leído por 81 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
09-04-2010 Cierto y válido tu análisis. Buena y correcta aportación en contra de la contaminación linguística. Te felicito. peco
 
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