Y amaneció ese día y el cielo era del color de la ceniza.

Y sobre ese mar de cabezas de muertos y no muertos volaban nubes cargadas de odio con gotas de lluvia acida que se condensa por la gracia y ventura de aquellos que están bendecidos por el Dios que se compra con cifras de seis dígitos, “Because the Lord is in our side” dice el “arbusto” de mente necrófaga que con sus palabras escupe y baña de carroña a todos aquellos que lloran la brutalidad del terror, con ojos de terminales nerviosas calcinadas por el fuego de su ignorancia.

Pero eso ocurre a cientos de años luz de aquí, aquí donde el tiempo corre despavorido para alejarse de nosotros, donde los días son grises por el polvo y el dolor de la destrucción programada y las noches son del color de la visión nocturna.

Han pasado dos minutos desde que vine el mes pasado, y dos siglos desde que esperamos la orden de batalla. Levanto la cabeza por encima del muladar de sangre y lodo en el que me encuentro y en las lejanías, sobresaliendo de una meseta lo veo por primera vez.

Al principio, aparenta ser una figura de papel, recortada contra el cielo oscuro de nuestras vidas, entonces comienza a moverse hacia nosotros con una velocidad impresionante, viene hablando el idioma universal de la humanidad:

-¡Comunista!- -¡Infiel!-
-¡Terrorist!- -¡Jew!-
-¡Abajo Fidel!- -¡imperialista!...
-Ateo…

Miles de voces gritando, brazos de furia se golpean unos a otros, navajas con el filo del prejuicio cortan cientos de gargantas, bombas de racismo estallan y destrozan las cabezas esparciendo los sesos a cientos de metros a la redonda.


Por fin lo miro claramente, llora mientras cabalga en su corcel amarillo fiebre, lo siguen los más débiles y persigue a los valientes, sosteniendo su guadaña en su esquelética mano derecha acabando con todo lo que una vez fue bueno.

Se detiene un momento antes de descargarme el golpe mortal, lo veo directo a su cadavérico rostro, y comprendo su angustia…

…y comprendo su tristeza, porque la muerte ahora le trabaja a los gobiernos y las trasnacionales.

Y no al creador.