Ni Bécquer ni yo sabemos, lo que daríamos por un beso.
Talvez él daría su poesía y yo la mía.
Talvez por ello un millón de sublimes versos escribiría
Y yo pintaría amaneceres y crepúsculos por toda la tierra.
Talvez, ambos navegaríamos por la barca de Caronte
Para satisfacer el más extravagante capricho de nuestras musas,
Con tal de recibir un solo beso.

Yo me convertiría en mendigo o abogado
O en juez o en verdugo o en cualquier otro ignominioso ser;
Él se sometería a la soez burla de los hombres
O al trabajo sudoroso y esforzado de la plebe.

Ambos le sacaríamos el corazón a la poesía,
Ambos así extirparíamos la vida a nuestra amorosa madre.

Lo cierto, lo trágicamente cierto,
Es que ni Bécquer ni yo sabemos,
Lo que daríamos por un beso.