Después de mucho pensar al fin me decidí, la única forma de perdonar al estúpido de Felipe era pagándole con la misma moneda. Acostándome con su asistente… nunca se lo imaginaría… así, como yo no imagine nunca, su traición con mi mejor amiga.
Ahora podré volver a la casa y cada vez que piense en su traición también pensaré en la mía… continuaremos viviendo como si nada hubiera pasado…ahora estamos a mano…