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Inicio / Cuenteros Locales / juanfran / La Higuera (Premiado en Reto 3 Prosa)

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Juan alias “el Figa” (el higo), era el perfecto perfil de su alias, por
eso se lo pusieron. Popularmente en el pueblo “un figa” era sinónimo
de persona desangelada, ignorante, poco despierta. A todo esto, le sumaba Juan, una mente enrevesada, de instintos brutales, era lo que la gente llama “un mal bicho”.
Marieta, era muy joven cuando conoció a Juan. Era la bondad personificada, un poco lerda, eso si. Físicamente, mejor no comentar. Pero su carácter hacia que todos la quisieran, sobre todo su padre.
Ramonet, enviudó cuando nació Marieta. Era agricultor.
Introvertido, serio, leal, honesto. Respetado por todos sus conciudadanos.

Marieta se enamoró perdidamente del Figa. A pesar de los comentarios negativos de su padre y de todos aquellos bienintencionados que le dieron datos y explicaciones peyorativas del personaje. Nada valió. Como se dice, cayó en sus brazos.
Por supuesto el Figa ni la quería ni la deseaba, pero su padre tenía tierras y ella era hija única. Buen partido. Seguro que sumisa como un perro –pensaba él.
Se casaron rápidamente, pues ya se encargó el Figa de preñarla convenientemente. Fue casarse y empezaron los malos tratos. Insultos, bofetadas, gritos, golpes. Marieta resignada, a nadie contaba nada y al que menos a su padre. Nació una niña y ese fue su consuelo. A ella se dedicó en cuerpo y alma. El Figa a lo suyo. A su hija ni la miraba. Total era una hembra. Era un machista empedernido. Un lujo de tío.
Un mal día, el Figa llegó a casa o más bebido o más encabronado con la vida que otras veces. La emprendió a gritos y golpes con Marieta. Ella como siempre, solo lloraba y como él necesitaba mas bronca, la emprendió con la niña, pues sabia que a Marieta eso la molestaría más. Agarró a la niña pegándole un fuerte bofetón en su pequeña carita. Marieta dio un grito y como una leona le quito la niña. Corriendo salió de casa.
-¡Cómo no me has contado lo que te hacia ese mal nacido! –se explayaba Ramonet ante su hija.
-¡Pero mira lo que le ha hecho a la niña!. Esto se va a acabar. Ya lo arreglo yo.
Al Figa ya no se le vio más desde ese día.
Desapareció. Marieta fue feliz criando a la niña, nunca lo hecho de menos. Llegó la paz.
Cuándo le preguntaban a Ramonet sus vecinos ¿Dónde esta el Figa?
El siempre contestaba con un refrán:
-No hay mal pájaro que siempre vuele.
Mas o menos por las fechas de la desaparición del Figa, Ramonet había plantado en uno de sus mejores campos una higuera, que crecía frondosa. Sus frutos, los higos, no los habían mejores.
Cuando llegaba el calor, Ramonet invariablemente se sentaba debajo de la sombra de la higuera, recostándose en su tronco. Cerraba los ojos y musitaba un refrán:
-No hay mal que por bien no venga.
Una sonrisa iluminaba su cara. ¿En que estaría pensando?

Texto agregado el 25-03-2010, y leído por 337 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
05-05-2013 Cómo es que yo no había leído eto? Un gran relato, un gusto inmenso leerte! galadrielle
30-09-2011 Y el pobre de Figa que decía: "Quien a buen árbol se arrima, buena sobra lo cobija". Newen
02-06-2010 Ah, este lo disfruté durante el reto. Gran texto, un tema escabroso muy bien tratado, sin explicar demasiado, pero dejando entrever mucho; permitiendo al lector completar a placer "los vacíos". Aplausos y estrellas, me encanta haberlo releído nayru
14-04-2010 Se hizo justicia. Ameno tu relato, felicitaciones. galadrielle
28-03-2010 Buen feliz, si es que a cada cerdo algún día le llega su San Martín....Bien Contado, Ok. churruka
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