EL FANTASMA.

Algo anda mal, vaya si lo sé, por más que intento razonar no lo logro, de alguna manera me escapo y me evado a la respuesta que me pido. Debería calificar lo que me ocurre como una chifladura. Claro, eso mismo es lo que dicen que tienen algunos locos-sanos, o menos cuerdos que los demás, o bien los que no hallando qué hacer con su porquería de vida estresada, se van por la tangente y logran escapar de las presiones diarias con un hobbie o con algún gusto poco normal.
Lo mío no es una evasión de ese tipo, más bien es invasión... ¿cómo lo explico? Si es tan difícil hacerlo, es casi una locura que no me ha causado el estrés ni el trabajo en exceso: la verdad es que veo visiones... Sí, algo así le llaman a esas cosas inexplicables como figuras que pocos ven y que muchos aseguran que no son reales salvo que se esté frente al televisor viendo una película sobre el tema. Para mal de mis pecados - presentes y futuros - eso que me ocurre está casi al alcance de mis manos, que más que atraparlo quieren acariciarlo, porque lo que veo…. es... un fantasma que se hace presente al atardecer y en especial por las noches. Es algo increíble, él reposa su cabeza en mi almohada y deja allí su huella tibia. Es bastante guapo, tiene una intensa y misteriosa mirada, que me hace desear sumergirme en ella. Sus manos de largos y finos dedos son hermosas, no sé por qué las asocio a las de un pianista, y las imagino suaves a la hora de las caricias y fuertes cuando la pasión sobrepasa los límites. Su boca no puedo describirla, está oculta como sus labios por un poblado bigote cano, nunca sé sí sonríe o si está serio, sólo lo supongo, e imagino que se hace dueña de la mía. Su barbilla es tan atractiva como su boca oculta y sus sienes tienen nieve del paso del tiempo; su cuerpo ¡oh su cuerpo!...es como para recorrerlo con un largo y sostenido beso, que lentamente dibuje toda su anatomía.
A sabiendas que aseguran que no existen los fantasmas y que esto que me está sucediendo bien puede ser sólo un cortocircuito en mi cabeza y que no será posible encontrarlo en ningún lugar del mundo, menos aún a la vuelta de la esquina, siento que se ha enraizado en mi corazón y como si fuera un camafeo lo abro cada tanto y hasta lo amo en silencio. Él, coquetamente se deja querer y sonríe...con ese suave movimiento de sus labios que son un misterio para mí.
Sospecho que es muy inteligente porque se ha dado maña para conquistarme en silencio, sin utilizar promesas que no se cumplen ni frases que parecen pertenecer al guión de una película; me ha conquistado hasta el punto que siento que me tiene hipnotizada y siendo así garantizo no ser responsable de ver lo que nadie puede ver: un fantasma tan adorable que… ni aunque me diagnostiquen locura incurable, lo dejo escapar de mi vida!