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Inicio / Cuenteros Locales / YUUKOICHIHARA / \"Las espinas de la rosa-Mano izquierda, mano derecha-\". Capitulo 4

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“Las espinas de la rosa”
-Mano izquierda, mano derecha-
IV

-Pase el resto del día siguiente llena de pensamientos referentes a lo que Arturo me había dicho. Sabia de sobra por otras personas y por mi misma que debía de hacerlo, que debía saber que es lo que quería pero al final de todo encontraba miedo, lo sabia, era perceptible al tacto y solo me reconfortaba el saber que a la larga desaparecería, pero si era verdad que ninguna de las dos me veía como un objeto y yo no me decidía, podía perder la posibilidad de estar con cualquiera de las dos y eso era algo que no toleraba. No se si era por lo que tantos montones de problemas me había causado o por que había entrado en una empatía con ellas en un lazo especial que nos unía.
Aunque Ivonne se percato de que algo me ocurría no pregunto al respecto, sin embargo de lo único que fui cuestionada fue acerca de lo que Franchesca me había dicho antes de bajar de la camioneta. Como había prometido no decir nada me mantuve firme, pero olvide que hablaba con Ivonne quien rápidamente comenzó a inferir en varias hipótesis locas se acercaban mas a la verdad a medida que hablaba y yo me quedaba callada, era como si mi silencio le diera pauta a saber de que cada vez mas acercaba al punto.
-¡Vamos, quiero saberlo!, ella no se enterara de que nos lo contaste-decía.
-No, no puedo hacerlo, se lo prometí.
Había sentido que al decir la palabra “prometí” había hablado de más y desde este punto ella comenzó a fantasear.
-¿Prometer?, sabes que esa es una palabra fuerte. Y más cuando hablas conmigo. , lo único que me hace suponer es que es algo grande. Algo que te apena a ti también, si no, no te estarías poniendo colorada a medida que sigo hablando.
Me miro a los ojos y después se rio descaradamente.
-No, ¡No, no, no!, ¡no pude ser! A Franchesca le gusta alguien.
-No-dije seriamente.
-¡Si! El modo en que respondes lo dice. Dime quien es.
La mirada, el comportamiento y la forma en la cual la culpa se asoma en mi cara reflejándose en las mejillas coloradas y evadiendo la mirada de Ivonne ya habían confirmado lo que no quería que se supiera. Así que no tuve más remedio que decirles a las tres que estaban conmigo en la habitación que Ivonne tenia razón, pero oculte el hecho de que a ella le gustaba alguien del colegio por lo cual quería decir que ella es lesbiana y claramente omití la parte en la que me había dicho que pensara quien era ya que eso le daría ramas a Ivonne para concluir lo anterior y Franchesca ya de por si no me perdonaría el haberles contado-de manera indirecta- que ella gustaba de alguien y no creo que me quisiera hablar si yo les hubiera dado a entender acerca de las preferencias de ella así que continúe la historia como pude y que ni yo sabia quien era la persona que le gustaba a Franchesca-cosa que era verdad- así que me pareció que esto las tranquilizo aunque a Ivonne le parecía algo muy raro.
Con esta conversación y otras referentes al día del paseo terminamos ese domingo en paz, por lo menos lo seria para Ivonne y para mí ya que apenas empezara la semana siguiente, las tareas del consejo para el día viernes se multiplicarían.
Para el lunes todas llegamos al salón de clase después de un desayuno merecido y aunque le hable a Ivonne que no dijera nada, parecía que le había dicho lo contrario y quería restregárselo en la cara a Franchesca quien junto a otras alumnas estaban alrededor de Isabel una de nuestras compañeras del inicio de la primea fila. Nos preguntamos que pasaba, así que nos dirigimos a donde el grupo de chicas se arremolinaba. Al llegar Ivonne le pregunto a Franchesca que sucedía. Esta contesto que Isabel estaba leyendo la palma de las manos, esto nos intrigo, así que escuchamos como Isabel la chica morena clara con el cabello recogido tomaba la mano de otra compañera y la analizaba con sus ojos para después de un momento decirle su fortuna, amor, estudios, lo que quisiera saber. E l resultado, todas maravilladas algo que a mi me sorprendió no fue el hecho de que la mayoría se sorprendiera ya que la chica quien decía la fortuna también te decía ciertas cosas del pasado, algo que también maravillaba a las que estábamos ahí si no mas bien lo que pasaba era que tanto Franchesca como Ivonne quienes tenían la característica de la lógica también estaban absortas con esto-no es que fuera malo ya que yo también estaba ahí- que a lo mejor se podía entender como simples inferencias si lo pensaba de un modo muy estricto.
La profesora se tardaba en llegar así que no importaba. Algunas compañeras pasaron, pero Isabel al percatarse que estábamos ahí de pie nos dijo sonriendo.
-¿alguien de ustedes quiere que le lea la mano?
Nos miramos mutuamente y sin pensarlo dos veces la primera en pasar fue Franchesca quien se sentó en la silla de la banca que habían colocado enfrente de la butaca de Isabel quien con un ademan simple le pidió su mano. Franchesca la extendió dando el dorso de esta por delante e Isabel la volteo para que la palma quedara descubierta.
La vio de un lado a otro y con su dedo índice seguía las líneas de la palma derecha de Franchesca. Pude ver como ella parecía entusiasmada a lo que Isabel tenia que decirle la cual estaba en silencio e inmediatamente después de esto comenzó a decirle.
-Veo que esta enamorada de alguien.
Un dedo hincándose en mis costillas del lado derecho me hizo voltear para ver a Ivonne quien levantaba sus cejas para darme a entender que estaba totalmente en lo cierto. Aunque particularmente solo tenia que verle la cara a Franchesca para que cualquiera pudiera inferir eso, así que la expresión de victoria de Ivonne no la tome muy enserio.
-Pero-continuo-no sabes como reaccionara esa persona a tus sentimientos ya que no sabes si ella comparte tus mismos gustos. Por el momento el que quieres esperar a ver mas a esa persona para decidirte si declararas tus sentimientos o no. También veo que estas muy motivada en los estudios y que debido a esa persona quieres ser la mejor para que ella te tome en cuenta. Esta línea-dijo señalando una pequeña línea cerca de la muñeca- me dice que vas a apoyar a alguien cercano a ti en un proyecto que tiene entre manos. E tu futuro se ve que serás exitosa, pero lo que anhelas es solo estar con alguien que te quiera.
Franchesca se levanto de la silla con una cara casi iluminada después de lo que Isabel le dijo y con una sonrisa se puso a mi lado recargando su cabeza en mi hombro. Isabel hizo pasar a Ivonne quien se sentó rápidamente extendiendo la mano y acomodándose el cabello negro y rizado que le estorbaba la visión de sus anteojos.
Isabel sonrió y observo la mano.
-Eres especial. Aunque eso lo sabes y las personas que están a tu alrededor lo saben sueles alardear demasiado, cosa que quisieras cambiar peo no te atreves porque tienes miedo a que perderás algo único. Veo que alguien a quien tu quieres pero sientes que ella no se da cuenta. Por ahora ya que tratas de concentrarte en lo que tienes que hacer, ayudando a las personas que te lo piden y a las que no. Sueles vagar mucho y soñar despierta ya que crees que tu talento natural te va a ayudar demasiado, y normalmente suele ser viable, pero no abuses demasiado de esto. En un futuro cercano llegara alguien por la que tus sentidos serán aturdidos, alguien que esperas. En la vida te ira bien, solo trata de no desaprovechar las oportunidades que se te aparezcan.
De igual manera como había pasado con Franchesca, Ivonne se levanto iluminada y colocándose a mi lado lo único que pudo hacer fue sonreír.
-Te toca-dijo.
Mire a Isabel quien me pidió que me sentara. Yo no quería hacerlo ay que no creía en esas cosas, y llevada por Franchesca y Lei hacia el asiento, extendí mi mano izquierda a Isabel quien apenas la toco y comenzó a verla fue interrumpida por la profesora de algebra quien ingresaba al salón. La gente se disipo del lugar y ocuparon sus respectivos asientos. Yo me levante de la silla y antes de retirarme Isabel me miro con una cara picara que me acuso intriga. Lei e Ivonne también la vieron y me miraron con cierta duda.
-Hoy te va a suceder algo-dijo sin borrar de su cara la sonrisa que había puesto.
No hice caso de nada y me ubique en mi lugar a tomar clase. Minutos después la mano de Ivonne proveniente de atrás con un papel en ella apareció cerca de mi cara. Cogí el papel y lo abrí.
“¿Tienes curiosidad de saber que es lo que te va a pasar?”, eso era lo que venia escrito en el papel. Era claro que si tenía curiosidad aunque pensaba que podía ser cualquier cosa no necesariamente Isabel tenia que ver visto algo. Tome mi lapicero y apoyada en mi libreta escribí debajo del recado de Ivonne “No”.
Después de clase Isabel se levantó de su asiento y salió del salón. Lei se giro hacia mí.
-No tienes curiosidad.
-Si, si la tengo, pero no creo en esas cosas y si algo me va a pasar hoy prefiero no saberlo.
Era claro que el arte de adivinar la suerte normalmente era considerado como inferencias, ese punto de vista lo compartía con las tres, sin embargo ellas insistían en que no tenia nada d malo saber, y en el fondo creí que era cierto eso. Sin embargo sin tomar la mano de Ivonne o Franchesca yo sabia que Ivonne era algo arrogante y que Franchesca estaba enamorada de alguien, así que por esa razón no quise ahondar más en estas cosas, al menos durante las clases. Sin embargo pareciera que al destino le gusta golpearme en la cara cuando trato de seguir la lógica de vez en cuando.
Al salir de clases me encamine sola al comité dejando a Ivonne con Franchesca y Alejandra mientras que Lei se iba a la actividad extra que tenia en la tarde. Al entrar al edificio me tope con Irais, tratamos de esquivarnos moviéndonos de un lado a otro pero parecía que estábamos bailando. Una de las dos tuvo que ceder y yo me detuve para que la chica de ojos verdes pasara. Me dio las gracias e inmediatamente se echo a correr. La vi alejarse y al hacerlo retome mi camino por las escaleras, subí uno a uno los peldaños de la escalera hasta el cuarto piso; después de unos minutos de subir estaba frente al a puerta, la toque con mi puño cerrado, no hubo respuesta verbal, pero lo que si huno fue el ruido seco de un objeto que caía al piso el cual al escucharlo me apresure a entrar.
En el lugar la figura de Mónica era la única que estaba presente y ahora me añadía. El objeto que estaba en el piso y el cual había provocado el ruido era un cúter con la navaja deslizada además de unos listones de colores que estaban doblados a la mitad. Mónica tenia elevada la mano derecha con el dedo índice extendido, de l el líquido rojo lo bañaba lentamente a medida que lo recorría de arriba abajo.
-¿Qué paso?-pregunte.
Sabia que era algo muy tonto ya que dadas las circunstancias y las cosas que estaban pasando la pregunta que había hecho no era de lo más acertada, aunque para abrir el tema de conversación era lo más indicado.
-Me corte-respondió-trataba de cortar esos listones, pero lo hice mal y termine así.
-Espera, deja voy por una gasa y algo de alcohol.
Cerré la puerta y me dirigí al botiquín que había al lado de la alacena. Cogí la gasa y la botella de alcohol, además de una bandita para colocársela en la herida. Le pedí que se sentara y una vez que lo hizo me acuclille ante ella, destape el alcohol y moje la gasa con el líquido. Tome su mano y antes de que acercara la tela con el alcohol ella me interrumpió.
-Creo que para estos casos un beso en la herida era más que suficiente.
La cara de alegría que ponía era algo molesta ya que no tenia sentido lo que decía y sus palabras me hicieron sentir incomoda. Algo que me recordaba que al entrar no había sentido nada extraño.
-No digas eso, aquí voy.
Coloque la gasa mojada sobre la herida limpiándola. Mientras lo hacia sentía sui mirada sobre mi y eso me hacia sentirme algo contrariada.
-¿Qué hiciste el fin de semana?-dijo de pronto.
Su pregunta no solo era para romper el silencio que se había originado , mas bien quería saber si en verdad yo podía decirle la verdad, lo cual no me molesto ya que sabia perfectamente que no había hecho nada malo.
-Salí con mis amigas al zoológico. Por cierto me encontré a tu prima…….me parece que se llama Barenca.
-Si, ella me lo conto apenas llegue de un compromiso que tuve con mis padres. ¿Te divertiste?
-Claro, la verdad fue divertido-respondí.
-¿Mas divertido que tu cita con Judith?
La pregunta me parecía mas para incomodar que solo por curiosidad, pero no sintiera amenaza alguna en cuanto a lo que tuviera que responder.
-Si….eso creo.
Retire la gasa del dedo de Mónica y aun sangraba, traté de agarra la mano de ella asiéndola de la muñeca, pero su reacción fue el retirar su mano y acércala un poco a su cara pare ver como seguía saliendo un poco el liquido rojo. Parecía ser que ella no se sentía cómoda con que yo o alguien le tomara las muñecas y pensé que podía deberse a que en esa zona a pesar de que ella tenia su saco cubriendo sus muñecas se podían sentir las cicatrices del suceso que ella trataba de ocultar. Sabia de sobra que no debía hacer un comentario ni nada parecido para que ella no supusiera que yo ya estaba enterada de lo que le había sucedido, así que me levante de mi posición y le di la gasa par que terminara de limpiarse.
Ella la recibió con su otra mano pero en lugar de hacer lo que suponía que debía de hacer, se levanto de la silla y aproximo su dedo hacia mi cara, para ser mas precisa a la boca. Mi reacción natura fue hacerme un poco para atrás.
-Lámelo…….quiero que lamas mi dedo.
-¿de que estas hablando?-pregunte desconcertada.
Trate de darme la vuelta pero ella lo evito y acerco mas su dedo a mi boca, sin forzarme a hacer lo que pedía. Un sonrojo fortuito salió de mi ya que sus ojos me miraban, me rogaban que lo hiciera para que ella fuera feliz. Por otra parte parecía ser que mi cuerpo quería que lo hiciera.
La punta del dedo estaba a escasos centímetros de mis labios que se abrieron lentamente para que mi cara se acercara a su dedo y mi boca antes de que se cerrara hiciera que el calor que provenía de ella lo bañara. El sabor de su sangre se disperso sobre mi lengua.
Ella saco su dedo y lo miro.
-Ves. Te dije que pararía el sangrado.
Mónica se acerco a mi , ahora acercando su boca a la mía pero sin juntarla, haciendo que el aire caliente proveniente de su nariz el cual exhalaba con mayor frecuencia haciendo que mi cuerpo entrara en ese trance que solía pasar cuando estaba enfrente de alguna de las dos.
Sus ojos jugaban con los míos; mirándolos fijamente con esa cualidad que ella tiene para mirar fijamente y mi facilidad que tengo para apenarme haciendo que cerrara mis parpados. Al hacerlo pude sentir inmediatamente como su boca húmeda estaba sobre la mía y sus manos me encerraban en un círculo que hacían sobre mi cintura acercándome a ella donde su escote se pegaba al mío. Fue algo imprevisto ya que cuando ella lo hizo sentía que Mónica podía sentir mí sensibilidad en forma de latidos a través de mi ropa y que se mostraba a medida que sus besos se empezaron a hacer más profundos.
La lengua de Mónica invadió mi boca jugando entre ellas y el roce de nuestros cuerpos parecían estar incitándome más y más a medida que estábamos besándonos. Sentí que mi mano se dirigí a su cintura, con ella podía sentir la presencia de sus curvas. Ella se despego de mi boca y fue besando mis mejillas hasta abrirse paso a mi cuello.
Lo lamia lentamente, recorriendo todo palmo de lo que su lengua abarcaba. Una de sus manos se quito de mi cintura para que fuera a los botones del saco que quito torpemente para que al final el saco azul cayera junto al listón rojo que estaba en mi brazo izquierdo.
Seguía besándome esto hizo que mi ser cambiara rotundamente ya que ahora quería quitarle la ropa. No sabía que pasaría en esos momentos
Así que desabroche su saco que también cayo al piso junto al mío, parecía ser que mientras mas tiempo estaba a su lado las inhibiciones desaparecían de mi y ansiaban salir de mi los deseos que tenia tal vez muy en mi interior.
Sin embargo no hay nada que no dure para siempre, al menos cuando se esta en una situación como la mía.
Ella poso sus manos en mi espalda baja y empezaron a descender a través de ella para llegar a mi trasero, las cuales se divertían tocándolo, rozándolo descaradamente y agarrándolo para que pudieran acercarme más a ella.
Era muy obvio para mi lo que ella pretendía hacer ahora ya que mi piel sintió como la falda empezaba a ser levantada por sus manos, sin embargo, la puerta se abrió de improvisto.
Nos separamos al acto. En la puerta parada sin ninguna reacción, estaban Judith e Ivonne quienes entraron. Judith levanto su ceño y se encamino hacia su escritorio. Sentí como al pasar en medio de nosotras un aura de resentimiento se paraba, nos helaba la sangre. Ivonne estaba de pie ahí sin decir nada.
-Perdonen, no quise interrumpirlas, las dejamos.-dijo al darse la vuelta y encaminarse a la puerta.

Texto agregado el 15-04-2010, y leído por 69 visitantes. (0 votos)


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