¿Qué pretendes?
No quiero hacerte daño. Me dices que
de este modo, te sientes vivo y
agradecido... no comprendo, dices que
nunca lo hice.

Sólo provocamos caos
juntos, una extraña y enferma forma
de sentir. Soy el culpable de tu
retorcida felicidad. Utopía!. Esperamos,
esperas que se haga realidad.

Estamos en el subterráneo, donde nadie
puede oirnos... Donde solo nuestros
pensamientos distorcionados provocados
por un corte de circuitos tienen cabida.

¿Entiendes lo que trato de decir? porque
yo no entiendo nada.