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El Licenciado Mena

Mientras me pintaba los labios, miré la figura que estaba al otro lado del espejo. No me veía nada de mal…..Tengo un rostro agradable, me dije,…una bonita figura y un par de pechos muy atractivos,, sin necesidad de operación, herencia de mi madre. Me había puesto el último vestido elegante que me quedaba. Miré la hora, eran las ocho diez. Mi entrevista era a las nueve y media. Tenía tiempo todavía .Fui al cuarto de mi madre me despedí, tomé mi bolso y salí. Caminé tres cuadras y tomé el camión. La verdad es que estaba muy nerviosa, esta era mi décima entrevista. Por alguna razón siempre me rechazaban, claro está que para cada entrevista nos juntábamos más de cien personas. La crisis estaba dura y para nosotros peor. Mi madre enferma de una trombosis desde hace seis años, tenía todo un lado paralizado, estaba todo el día en cama y su única entretención era ver televisión. Las medicinas ya se le estaban acabando, debíamos la luz, el gas y el agua. Tenía que encontrar un empleo con urgencia, ya estaba desesperada, no sé que vamos a hacer si hoy no me lo dan, sería fatal. Sé que no debo ponerme negativa porque la gente se da cuenta. No recordaba cuanto tiempo que no salía a comer o a tomar la copa, todas mis amigas me habían abandonado. Como no tenía dinero, ya no me buscaban y si alguien me hubiese hablado al celular, no lo podía saber, hace mucho tiempo que no tenía saldo. Hasta mi novio me pintó los cuernos con una amiga que sé que siempre le tuvo ganas. Mi padre se fue de casa cuando mi madre enfermó. Al principio nos ayudaba con algún dinero, eso fue como dos años, después nunca más supimos de él. Cuando enfermó tuve que dejar de estudiar para cuidarla. Mis tíos se pusieron de acuerdo para darnos dinero y poder dedicarme solo a cuidarla. Hace seis meses que dejaron de darnos ayudarnos, fue cuando decidí trabajar.

Mis nervios aumentaban al ver como se acercaba la hora de la entrevista. Si me hubieran educado de otra manera, en el periódico hay muchos ofrecimientos para masajistas, damas de compañía, incluso gente que ofrece viajes. Pero no, no podría, es algo mayor a mis fuerzas, preferiría pedir limosna.

El edificio era muy elegante, en la fachada decía INVERSIONES MONTERO S.A. DE C. V. Según el aviso necesitaban una asistente para analista financiero. Me dieron la cita para hoy. Entré y me presenté con la recepcionista, miró una lista y me dijo que esperara que me iba a llamar. Me senté en un elegante sofá. Lo más extraño es que no habían más postulantes era la única, salvo que estuvieran en otro lugar, pero no, todo se veía tranquilo. Ahora ya no estaba nerviosa tenía pánico. Era mi última esperanza, estábamos quebrados, prácticamente en la calle. Lo peor era mi Currículum, nunca había trabajado, lo único que tenía era un seminario de Relaciones Publicas que había tomado en la universidad que por alguna razón fue gratis. Además duró solo dos días. Mis esperanzas no eran muchas. Me pasé la lengua por los labios, tragué saliva. En ese momento la recepcionista me llamó, quedé paralizada, me volvió a llamar y como pude me levanté. –vaya a la oficina del Lic. Mena , que esta en el segundo piso dos oficinas a la izquierda del elevador-. Subí temblando llegue a la oficina y no me decidía tocar. Hasta que con mucho esfuerzo toqué –adelante- me dijo. Entré era una bonita oficina con muebles de madera que se veían de buena calidad. Un señor muy elegante me recibió con una sonrisa –siéntese por favor – me dijo. Me miró detenidamente de arriba a abajo y dijo-Así que usted es la señorita Magaly Martínez, veamos, tiene usted problemas de horario?-, no Lic. Contesté, Con quien vive? Solo con mi madre, volví a contestar. Según su Currículum usted no tiene ninguna experiencia, pero no importa, la persona que necesitamos no necesita experiencia sino ganas de trabajar y que no tenga problemas de horario ni que sea muy delicada. No entendí mucho lo de delicada pero le contesté – estoy dispuesta a poner todo mi esfuerzo en el trabajo- Muy bien, creo que reúne las condiciones que necesitamos ahora depende de usted.- me dijo. Me dieron ganas de abrazarlo estaba feliz, no lo podía creer, me habían dado el trabajo. Con cara de agradecimiento le pregunté ¿Cuándo empiezo y que tengo que hacer? –puede empezar ahora mismo con la capacitación, Su labor es acompañar al ejecutivo financiero a sus citas con los posibles clientes y mostrarse lo más amable posible, hacer todo lo necesario para que el negocio se cierre. Si el cliente la invita a cenar, debe de ir con él, si la invita a otro lugar debe de ir. Lo más importante es que firme el Contrato. Se le va a pagar para que haga todo lo que el cliente quiera, ¿Qué le parece? Me quedé un rato en silencio estaba impactada, no lo podía creer, lo que quería era una prostituta. No, no, mil veces no. Yo no soy así, que se ha creído. La necesidad es mucha pero no para llegar a estos extremos. Me paré lentamente y lo único que logré decir fue –no, creo que se equivocó de persona. Usted lo que quiere es una mujer sin escrúpulos,….. adiós.

Me salí choqueada, vejada, no lo podía creer. Había escuchado que contrataban gente así, pero siempre pensé que eso pasaba solo en las películas. Me senté en una plaza y me puse a llorar hasta quedar vacía. Estaba dolida, me habían tratado como a una cualquiera. Cuando ya me había calmado tomé el camión y me fui a casa. Cuando entré me llamo la atención el silencio, no se escuchaba la tele de mi madre. En realidad no se escuchaba ningún ruido. Asustada subí su cuarto y la encontré llorando. ¿Que te pasa mamita?, la tele no sirve me contestó, ¿Cómo que no? La fui a revisar y efectivamente no encendía. Quise encender la luz. Para ver mejor y nada. De improviso todo se hizo claro, nos habían cortado la luz., fui al baño y no había agua, quise encender la estufa y no había gas. El refrigerador no me preocupaba mucho porque estaba vacío. Y ahora que?
Una angustia tremenda me embargó, la quiebra total, Sin dinero sin medicinas, sin comida. Una idea pasó fugaz por mi mente,¿Y si nos suicidamos? Pero inmediatamente la deseché. Y ahora que vamos a hacer……………..

Ocho diez de la mañana, Me miro al espejo .No me gusta lo que veo. Tengo cita con el Lic. Mena ayer le hablé y acepto hablar conmigo nuevamente.


FIN

Texto agregado el 05-05-2010, y leído por 73 visitantes. (2 votos)


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