2 de Mayo de 2010

Otra previsible causa de extinción.

El Armagedón social

Asistimos impotentes, asombrados e impactados, como espectadores, a escenarios de violencia y caos, que nunca antes fueron presenciados por la Humanidad.
Las Sociedades de hoy, están pobladas de individuos inútiles, que pretenden obtener los mismos beneficios que los útiles.
Una persona que trabaja toda su vida aportando a la Seguridad Social, y percibe una Jubilación, que hoy es considerada como Renta, para aplicarle impuestos, es asediada por individuos que jamás aportaron ni aportarán al estado por impuesto alguno.
Éstos sujetos, deberían ser obligados a permanecer fuera de los distritos sociales, en comunidades cerradas, junto a sus semejantes, para que desarrollen tareas de supervivencia que no afecten a quienes son contribuyentes cabales.
La rapiña, el asalto, el copamiento, la agresión artera a los ancianos que acaban de cobrar su Jubilación o Pensión, es un acto aberrante, cometido por quienes apropiadamente deberían ser tildados de Demonios.
Estos antisociales, deambulan libremente por las ciudades, eligiendo a sus víctimas con total discreción, ocultos tras los objetos materiales naturales o artificiales que consideren convenientes para cometer sus tropelías, en el Imperio Romano, la Edad Media, o la China moderna, son ajusticiados en el mismo lugar de los hechos, para que su osadía termine junto con su vida.
La Extinción de la Especie, pende de hilos muy débiles, algunos de los cuales ya se están cortando.
Intolerancia, falta de respeto, apatía, ignorancia, envidia, odio, desconsideración, no reconocer a las Autoridades, desprecio por los menos aptos, la fuerza recupera terreno frente a la racionalidad, las multitudes tienden al desmán, los delincuentes se unen y planifican su actuación, la mayoría le teme al trabajo y las obligaciones.
Estas son barreras que mantienen a las sociedades armadas como tales, e impiden que el caos se imponga sobre el orden.
Cuando esas barreras son derribadas, ocurren cosas muy feas, que atentan contra los elementos sociales útiles, que son quienes llevan la mochila de cumplir con las obligaciones tributarias, pagar puntualmente los impuestos y ayudar a aquellos que necesitan un apoyo imperioso. Los que sienten lástima ante el dolor ajeno y contribuyen a paliar las necesidades de quienes quedan sin nada por una tragedia.
Éstos son los más, pero son sumamente vulnerables, de allí que cualquiera puede destruir la sociedad completa, con atacar certeramente a la Clase Media.
Porque los de arriba se quedan sin clientes, y los de abajo sin una cobertura imprescindible que no le darán los de arriba.
Esta brecha constituye un precipicio, donde se precipitarán los contribuyentes mayoritarios, haciendo colapsar a los Estados.
Un Armagedón que no provendrá del Espacio, sino que ya ha comenzado entre nosotros.
El Ser Humano Racional, en realidad no razona, o si lo hace, no es en bien de la Especie sino en provecho propio o en beneficio personal.
La Especie como tal, no cuenta para nadie, de ahí, que al no ser considerada, no exista como objetivo a ser preservado, ya que los escenarios naturales y el planeta mismo se nos deben y no requieren mantenimiento.
Los Grandes Inversores, los Grandes Científicos y los Defensores brillantes de los ecosistemas planetarios, son especialistas en mirar para otro lado y hacerse los distraídos, mientras sus bolsillos se van llenando de dineros provenientes de las falsedades, las medias verdades y el discurso vacío.
Mientras el Petróleo inunde las cañerías, la Droga llegue a destino y los Ejércitos tomen posesión de Armas y Bombas, el Planeta continuará con su fauna y su flora intactas, y la biomasa no pierde terreno frente a la agresión química, el talado de árboles, el avance de los desiertos, y los hábitats destruidos.
Todo es invención de los pesimistas de siempre, enemigos de un progreso que no podrán detener.
La denuncia siempre llega tarde, frenada por interesados señores, deseosos de obtener inmensos retornos de sus inversiones.
Yo digo: ¿Alguien pensará algún día en la Especie?, en su futuro, a nuestros descendientes, ¿quién puede garantizarles una larga vida sin penurias?, una vida digna, o simplemente la Vida.
Aunque nadie se percate, hemos pasado la etapa de desorden agresivo, y comenzamos a transitar por la Apatía.
La apatía es un estado que no permite reaccionar ante el insulto, la violencia, el ataque personal, y mucho menos comprometerse en acciones contra terceros, y ni siquiera denunciarlos.
Mientras no se metan conmigo, ni con mi familia, no intervengo, delato, ni persigo.
Que cada cual asuma su defensa propia, caso contrario, sabrán quien soy yo.
Esto literalmente es un abandono de persona, que no puede ser probado ni castigado.
Es un cancro que comienza a comerse a la Sociedad desde adentro.
La responsabilidad civil cesa, cuando un menor delincuente, no puede ser tocado por un mayor de edad, golpeado o detenido.
Esta condición le otorga al menor, un poder y una impunidad total, para cometer fechorías y tropelías de cualquier tipo, contra personas indefensas, disminuidas o minusválidas.
Una forma de obtener recursos fácilmente, para drogadictos, alcohólicos, vagos y ociosos, sin temer a quienes presencien sus actos vandálicos, ya que no pueden intervenir como defensores de sus víctimas.
Un Peligro real de extinción que se suma a la Sociedades Modernas, es el de la aprobación de los matrimonios gay´s.
Es evidente que parejas del mismo sexo no pueden engendrar hijos, por lo cual se produce un corte en la continuidad genética de hecho.
Aunque opten por adoptar criaturas, éstas deben provenir de matrimonios heterosexuales, por una razón natural.
Los gays existieron desde siempre, pero tenían su auge en los lugares donde faltaban mujeres.
Hoy superabundan por doquier, y de algunos ejemplares, pasaron a ser un importante porcentaje de la Humanidad.
Este acontecimiento, sumado a la esterilidad masculina y femenina, a los que deciden no tener hijos y la alarmante cifra de jóvenes que mueren en accidentes, nos deja muy poco margen para el optimismo, en cuanto al futuro de la Especie Humana.
En los países pobres, y en los ricos, las posibilidades de una vida digna para los adolescentes y los niños, se evaporan junto a los capitales que escapan de los países.
El que nace en la pobreza y crece en ese ambiente, tiene pocas posibilidades de cultivarse y estudiar.
Por éste motivo aumentan las poblaciones de indigentes e ignorantes.
Por más voluntad que tengan de salir de su condición, es una cuesta llena de obstáculos y frenos de todo tipo, que aprovechan los que se alimentan de la sangre y el sudor de los necesitados.
La enfermedad, la desnutrición, los parásitos, los insectos y las alimañas, cobran cada año su cuota humana entre los más vulnerables.
El fuego del Armagedón social es azuzado por interesados señores, que tiene esperanzas de que las cosas continúen así, y no cambien.
Aunque el número de humanos aumenta, la genética disminuye su calidad, y las personas no pueden exigir a aquellos que los están explotando.
El caos es previsible, desde el momento en que los propios integrantes de los ejércitos, viven en condiciones miserables, y ven a sus hijos pasar hambre y frío.
La dignidad, sólo alcanza a las altas esferas, los políticos y los que han llegado a profesionales especializados.
Lo demás no existe, y debe pagar con penurias su derecho a una vida llena de carencias y miseria.
Acabo de controlar mi casilla de correo electrónico, en la bandeja de entrada hay cuatro mensajes, en la carpeta spam 26 mensajes ofreciéndome Viagra porque aparentemente los jóvenes de hoy, tienen problemas a partir de los 40 años.
El Armagedón social está entre las posible causas de extinción de la Especie.
Sólo es de desear que Dios se manifieste, en un acto de Justicia Divina, antes del final.