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¡Si! Existe un lugar donde los niños sin juguetes pueden ir por un poco de alegría.es un lugar muy amplio que hay en el cielo como una biblioteca en donde los estantes están todos llenos de juguetes de todo tipo y para todos los gustos, además existe un gran jardín que se extiende mas de donde cualquier niño ha llegado antes. Ese lugar por su puesto nunca cierra pues solo se puede llegar a el cuando estas dormid y niños de todo el mundo van a dormir a todas horas. Hay allí dos tipos de ángeles, los primeros se encargan de cuidar el lugar y otros tantos se encargan de jugar con los niños presentes.

Ahora bien, como todo lugar existen reglas que deben ser acatadas al pie de la letra: debes ser compartido, amistoso y por supuesto, debes dejar los juguetes que tomaste en el estante que le corresponde.Asi entonces, el no cumplir con alguna de estas reglas implica una grave falta.

Adriana conocía perfectamente estas reglas, solía ir todas las noches a aquel lugar en el cielo pues a pesar de que su familia no era pobre, la gran cantidad de hermanos egoístas que tenia, le impedían siempre tener algo con que jugar.

En sus últimos viajes hacia ese lugar, le había tomado mucho aprecio a una hermosa muñeca que reposaba en una de las partes altas de los estantes, sin embargo ella siempre le pedía a uno de los ángeles que le ayudaran a bajarla, esto le daba ventaja al tenerla pues no todos los niños tenían la valentía de pedir ayuda, así como lo hacia Adriana.
Llego a ser tanto su pareció por esa muñeca que un día, ignorando las reglas, la tomó entre sus brazos y decidió despertar, en ese momento sintió como su cuerpo dentro de su cama recuperaba su fuerza y con ella, la sensación de estar abrazando su juguete.
Sin embargo, de alguna forma sus fuerzas se fueron disipando y la sensación de sueño se apodero de su cuerpo nuevamente. Así se vio de nuevo en la gran biblioteca con un ángel cuidador enfrente de ella.

-ya sabes las reglas, no puedes llevarte ningún juguete- dijo el ángel mientras tomaba a la muñeca y miraba a la niña con ojos serios.

Adriana bajo la mirada, esperando a que pasara el regaño. Pues solo era eso, un regaño. No obstante un repentino pensamiento tomo por sorpresa su mente, decidiendo llevarse a la muñeca sin importar que ya no pudiera volver, solo llevársela. Ya despierta, estaría segura guardada en el segundo cajón del ropero, junto a los zapatos blancos que nunca he vuelto a usar. De esta forma arrebato de las manos del ángel a la muñeca y volvió a despertar.

Nuevamente la figura de la muñeca se materializo entre sus manos, mientras que la luz del sol disipaba su sueño. Aun así la sensación del despertar volvió a fugarse tan repentinamente como llego y Adriana fue devuelta en presencia del ángel, el cual tomo nuevamente a la muñeca en su mano.

-no debiste hacerlo, ya no podrás volver aquí. Dijo el ángel mientras Adriana era devuelta a su cama.

Cuando por fin pudo despertar, se dio cuenta de que esa noche, había crecido.

Texto agregado el 26-05-2010, y leído por 158 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
26-05-2010 La devolvió a la cama, ahhah, verdad! ya se descubrió quien puso a la niña Paulette de nuevo en su recámara. se ejercerá toda la fuerza de la ley ese malandrín eh? marxtuein
26-05-2010 Original, y con un buen término, que no recordé mientras lo leía. Felicitaciones simasima
 
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