Cuántas maneras pueden existir para decir adiós a un amante quebrajado
en el mutismo delirante de sus labios que destellan, palabras y canciones.
Cuántas lágrimas cumplen la cuota permitida por el amor desmembrado
en el misterio eterno del corazón cuando este duele.
Cuánta dolencia que agrieta las cortinas de mi existencia día a día
antes de volver a ver la desnudez de tu piel lúcida,
descrita y explicada en un cumulo de badana,
con sus contornos sublimes arropados por los suaves rasos,
que trascienden y sucumben a tu fragancia.
Y aunque todo evidencie mis nostalgias de tí
padezco amores, inesperados y resueltos,
súbitos y complejos,
que me traen tu ausencia permanente,
con esa sed que seca mi lengua,
que provocas con tu agasajo letal
y me trae aletargada
¡Qué hacer con mi delirio!
si no puedo tenerte
¿Dormir.. hasta no recordar tu nombre y olvidar tu beso?
¿Recogerme de noche y borrarte de mis huesos tatuados de ti?
Aunque mi corazón se resista y te saque de cuajo
para no sentir cómo corre por mi la sangre atiborrada de pasiones,
luminosa cuando estas cerca, cargando de alegrías mis minutos,
incurable y vacía después de tus partidas
porque siempre vuelves a irte y las incesantes despedidas
me han dejado entumecida de frio
con tu fatigosa ausencia, que me desgasta y me dice que no eres mío

Por Alexandra E.S.I