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Inicio / Cuenteros Locales / yuukoichihara / \"Las espinas de la rosa-Las estrellas en el cielo y el primer adiós-\". Capitulo 2

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“Las espinas de la rosa”
-Las estrellas en el cielo y el primer adiós-
II
-Nos quedamos calladas sin decir nada, solo observando, yo mas que nada mientras sentía que algo se había roto en mi interior, no podía definir a ciencia cierta que era lo que estaba mal ahora en mi, pero mientras mas veía las muestras de cariño entre Jimena y Mónica mas sentía que no era tristeza, era otro sentimiento. Evidentemente querer decir que no me importaba en todos los sentidos lo que significaba esa escena era una completa mentira ya que me sentía celosa y molesta.
Pero sabía que no debía estarlo ya que Mónica y yo no éramos nada y ninguna estaba atada a la otra por algún hecho, más bien eran palabras, pero ahora esas palabras se volvían contra mí y me provocaban que me sintiera así.
Ivonne me toco el hombro y movió la cabeza indicándome que nos encaminaríamos a los dormitorios por otro camino. Por primera vez me gusto estar acompañada de Ivonne, ya que no se que hubiera pasado si me en ese momento solo estuviera yo. Caminamos en silencio, atravesamos el camino cerca del gimnasio e Ivonne por fin hablo.
-Creí que no te comportarías, en si estaba cronometrando el tiempo hasta ver alguna reacción tuya.
-Pero si tu me dijiste que…….
-¡Si, si! ¡Ya lo se!, pero se que eres impaciente y a veces impulsiva, en verdad creí que tú irías a reclamarle, pero lo único que hiciste fue bajar la mirada, como si te diera pena en lugar de enojo.
-¿tan simple soy?-le dije deteniéndome y poniéndome algo melancólica.
-¡Vamos mujer, tú me prometiste no hacer drama!, aunque me habría gustado el que tú te hubieras encaminado por donde estaban ellas e un sarcástico saludo las enmudeciera, si, eso me hubiera gustado, o al menos es lo que yo hubiera hecho.
-Bueno, la verdad no hubiera hecho eso, en si, no estaba pensando en eso-respondí brevemente.
Llegamos a los dormitorios y subimos por las escaleras, caminamos por el pasillo y entramos cada una a su habitación sin haber dicho nada desde que estábamos enfrente del gimnasio, parecía que Ivonne había podido leer entrelineas lo que yo no quería decir y sobretodo no lo hacia porque no quería verme llorar, así que también junte fuerzas y me ahogue el llanto que sentía me iba a brotar de un momento a otro y que no quería que nadie viera.
Entre a la habitación. Lei estaba sentada en su escritorio escuchando música y repasando los apuntes de historia para el próximo examen. Me saludo y yo lo hice igual, me avente a la cama boca abajo y suspire lentamente.
-¿Te ocurrió algo?-pregunto.
-Pues…….
Las palabras fueron cortadas de mi boca cuando el sonido de una persona quien tocaba la puerta apareció. Yo abrí los ojos, sorprendida y claramente sin poder evitar la agitación que me provoco el escuchar ese ruido. Mire a Lei quien se extraño por mi comportamiento. Se levanto a abrir la puerta y antes de que colocara su mano sobre la perilla la detuve en seco, la hale al baño donde le dije apuradamente mientras nuevamente el sonido de la puerta se volvió a escuchar.
-Escucha, te lo explicare después, pero necesito un favor…….
-Si, tú dirás- respondió
-Cuando abras la puerta, si la persona quien toca es Mónica, le dirás que no me has visto, que no he llegado y que no sabes donde estoy ¿de acuerdo?
Lei asustada un poco por mi reacción asintió con la cabeza y se dirigió a abrir la puerta mientras yo me enclaustraba en el baño, dejando un poco la puerta abierta para poder ver y escuchar lo que decía Lei y claramente la persona quien tocaba.
La puerta se abrió y Mónica apareció tal y como lo sospechaba en el otro lado de la puerta.
-Hola, emmm, ¿se encuentra Natalia?-dijo mientras miraba a Lei.
-No, no se encuentra-respondió secamente Lei mientras sujetaba el canto de la puerta.
-Ya veo-repuso Mónica mirando su reloj-¿no la has visto? Porque busque en el comité y la biblioteca antes, además la busque en el aula de música ya que dijo que estaría ahí y como no la encontré me imagine que estaría aquí contigo.
-No, ya lo ves, no esta y no la he visto, desde que ella se va al comité con Ivonne, pues la verdad solo la veo como a estas horas, pero tal vez esta con Judith o con Ivonne
Sentí que el nombre de Judith estaba de más en la respuesta de Lei, aunque pude notar cierto enojo en la cara de Mónica al escucharlo.
-Ya veo, quisieras decirle cuando llegue que la vine a buscar y ojala que la pueda encontrar en la cena, la verdad quisiera hablar con ella, gracias y perdón por la molestia-dijo y se retiro.
Salí del baño hasta que Leilani cerro la puerta principal, me recargue sobre ella y Leilani se cruzo de brazos esperando una explicación.
-¿Por qué evitas a Mónica?
-Ivonne y yo la encontramos con otra persona.
-¿Con otra persona? ¿Con quien?
-Con Jimena, la amiga de Judith……ellas…..ellas se estaban besando.
Lei se rio un poco y se sentó en la cama.
-¡Vamos!, no me hagas esas bromas, que pones una cara tan seria, has de haber visto mal, se supone que Mónica se pelea con Judith por ti, o ¿no?, entonces ¿como crees eso?
No quite mi cara de seriedad ya que no era ninguna broma como lo planteaba Lei, así que dejo de insistir en cuanto vio que era enserio.
-¡Oh!, perdona, yo creí que……..lo siento, la verdad no lo imagine. Pero no puedo creer lo que me dices.
-Si, yo tampoco, en si Ivonne no me quería dejar ver, fue algo cómico ella me escondió detrás de un árbol para que no nos vieran-dije riendo, pero no era una risa normal, era una mezclada con melancolía y se notaba el nerviosismo en ella.
-Pero deberías hablar con ella, quizá se trate de un malentendido.
-Es lo que no quiero hacer……si voy a hablar con ella como le planteo el que la vi con otra persona, además, ella esta en todos su derecho, y si ella decide hablar, ella tratara de negarlo y obviamente me molestara mas el hecho de que ella no me dice la verdad.
-Déjame entender…..quieres decir que prefieres no saberlo de los labios de Mónica solo porque tratas de evitar una confrontación, ¿le tienes miedo a Mónica?-pregunto Lei.
Al momento en que yo iba a responderle que no la puerta volvió a ser tocada, lo cual me provoco una reacción rápida escondiéndome de nuevo en el baño, deje la puerta entreabierta y observe por la rendija que quedo entre la puerta y el marco. Lei abrió la puerta y a medida que se abría, mi corazón quería salirse de mi pecho el cual se controló cuando al abrirse en su totalidad la persona que estaba para del otro lado era Ivonne. Ella entró despreocupada.
-¿Dónde esta Natalia?-pregunto a Leilani apenas entro
-Aquí adentro-respondí desde la cómoda seguridad que el baño a oscuras me brido anteriormente.
-Sal ya, no era Mónica-me reprendió Lei.
Salí del baño, Ivonne se me quedo mirando y después se acerco a mí para mirarme aun mas cerca, casi podía sentir la respiración de ella sobre la mía.
-Ella fue a mi habitación a preguntarme acerca de ti, que si no te había visto, con quien estabas, parecía un interrogatorio, me la saque de encima diciéndole que estarías por el invernadero y parece que dejo de insistir. Por como saliste delo baño, no tengo que preguntar, te escondiste en lugar de afrontarla.
-Y ¿Qué le iba a decir?
-Pues…….no se cualquier cosa, no puedes esconderte por siempre, por lo menos tendrás que ir a cenar y en cualquier momento tienen que hablar, la verdad no se de que te quejas, recuerda que Judith las encontró casi en una escena igual, lo diferente es que la que te lo hizo es Mónica.
“Gracias Ivonne, me acabas de levantar el animo”-pensé una vez que Ivonne termino de decirme su regaño personal.
-Pues hablare con ella, como lo tenía previsto, pero no tocare el tema, no quiero hacerlo.
-Nadie te ha dicho que lo hagas-añadió Lei-lo único que debes hacer es hablar normal con ella tratando de fingir que paso lo que crees que.
-Lo malo es que no creímos ver lo que paso, en si paso, yo estaba ahí y no me pareció muy……no se como decirlo, lo inicio que si se es que esto también es bueno para Natalia, así sabrás que decisión tomar. Por una parte Mónica te engaña, pero te quiere. Por otra parte s Judith solo le queda un semestre que de seguro estará muy ajetreada, pero no te engaña y claramente te quiere, así que debe ser un punto de más para Judith o ¿no?
-Creo que ella no define por puntos, Ivonne-dijo Leilani.
-Natalia-dijo Lei-lo único que debes estar pensando es lo que quieres creer, tú puedes creerte la mentira de que no paso nada, de que se trataba de otra persona y que ambas la confundieron porque ya se estaba poniendo obscuro, es decir, a sus palabras en si o puedes creerle a ese nudo en el estomago, todo depende de lo que quieras ponerte enfrente. Es cierto que si en verdad era ella tu no puedes hacer nada para reclamarle algo que ella hiciera, porque ella para salir del problema te diría cosas hirientes y entonces todo lo que te guardaste desde que la viste te va a hacer llorara de mas.
Sin decir nada mas, Ivonne salió de la habitación por Alejandra quien se había quedado en la suya y las cuatro bajamos cuando llego la hora de cenar. Al llegar tanto Judith como Mónica se encontraban ya en sus respectivos lugares con sus correspondientes acompañantes. Jimena quien llego un poco tarde paso a nuestro lado y me saludo afectuosamente acercando sus labios a mi mejilla, sentí enojo. Mire la reacción de Mónica quien solo se limito a mirar desde su asiento, sonriendo después a lo que parecía ser el comentario de Brenda.
En la cena trate de estar tranquila y sin nada que alterara mi estado de ánimo, salvo la muestra de afecto de Jimena. No pude evitar olerla cuando se acerco a mi, era débil, pero pude percibir la esencia de Mónica en ella. Aunque si sentía enojo por esto, en parte me sentí aliviada, era como un beso indirecto de Mónica hacia mí.
Salimos de la cafetería y caminamos por el sendero de adoquines hasta los dormitorios, Vanesa ya nos había alcanzado. Ivonne miro el cielo cuando Alejandra hizo referencia a él, era un cielo pacífico, el frio de esa noche era casi imperceptible, la luna casi en su plenitud se alzaba en el manto obscuro que brindaba el cielo, con un cierto halo de místico alrededor suyo.
-¡Natalia!-la voz de Mónica que provenía de más atrás de donde todas estábamos paradas mirando el cielo se escucho.
Mire a Ivonne quien solo se mordió los labios, se dio la vuelta y pareció decirle algo a Vanesa quien inmediatamente llamo a Leilani y a Alejandra. Lei solo me miro y me deseo suerte casi susurrando, yo asentí con la cabeza. Ellas caminaron poco a poco alejándose de mí mientras Mónica se acercaba cada vez más.
-Hola. ¿Cómo estas Mónica?, perdona por no haberte ido a buscar, pero tuve que hacer ciertas cosas y se me fue el tiempo-dije apresuradamente.
-Si, no hay problema, fui a buscarte a tu habitación, pero tu compañera me dijo que no habías llegado y que no te había visto, en si pase a verte al salón de música, pero ya te habías ido.
-Si….
Conteste pero había una sensación que me impedía estar en paz y me obligo a bajar la mirada.
-¿Qué te pasa? Siento que hay algo que me quieres decir, no me mientas, puedo verlo en tus ojos, estas ansiosa y eso se nota. Como te dije fui a buscarte a tu habitación, y después de que tu compañera me dijo que no te había visto de una manera sospechosa fui a la habitación de Ivonne y ella también te negó, lo cual me hizo preguntarme que te había pasado ya que cuando entre a los dormitorios antes de subir a tu habitación, Erika y Brenda me habían dicho que te vieron subir junto con Ivonne y que no parecías estar muy biwen.asi que te lo pregunto una vez mas, ¿Qué te pasa?
-Nada, no me ocurre nada-respondió sin darle la cara.
-¿Acaso no me tienes confianza?-pregunto tomando mi mano derecha en la suya.
“No hagas eso”, “no lo hagas, por favor” “no me hables así, que provocas que no quiera enojarme contigo”, estas y otras cosas parecidas decía en mi interior a medida que ella hablaba, el calor de su mano enlazada a la mía. ¿Hay algún limite para algún sentimiento como lo es el amor?......hace daños, muchos daños a los quienes toca, daño a otros, incluso a si mismo. No podía sucumbir al odio, creí que era mejor dejarla cicatrizar como una quemadura, de ese modo, no importara lo que pasara no iba a ser capaz de olvidarme tan fácilmente.
Retire su mano de la mía y la mire a los ojos para responder a su pregunta. Vi que Brenda venia acompañada por Jimena y Judith quienes se extrañaron en vernos ahí.
-No, no te la tengo, no quiero hablar más por hoy, así que me voy, espero no te moleste. Buenas noches.
Camine y deje a Mónica con la palabra en la boca ya que parecía quería decirme algo, no se que, pero a pesar de que quería saber que era no me deje llevar tan fácilmente.
Llegue a la habitación donde estaban todas sentadas esperando a la expectativa. Las preguntas obvias se vieron venir, sin embargo ya había recuperado un poco la calma.
-Por ahora hiciste bien-dijo Alejandra-es mejor dejar que las cosas se calmen un poco, si en verdad ella te quiere tarde o temprano por lo que nos cuenta sabrá que tú la viste con Jimena y vendrá a pedirte disculpas.
-No quiero disculpas-respondí.
Tal y como lo había pensado, ella no se apareció esa noche ¿seria que en verdad aceptaba su culpa sin siquiera haberle mencionado nada? ¿Ella supo que la vi junto con Jimena tan solo decirle “No, no te tengo confianza”?. En la noche me la pase pensando el por que me había lastimado tanto el haberla visto acariciando a otra, era una especie de impotencia y me sentí en parte engañada ya que no sabia a ciencia cierta si las veces que ella me había hablado acerca de la seriedad de lo que ella sentía por mi eran verdad. El sueño no me venia, era como si el estar en la cama que habíamos compartido una vez me molestara incesantemente, tome la almohada y camine la avente al piso donde me tire para recostarme mirando el techo. Ella estaría en el piso de arriba en esos momentos, me preguntaba si acaso ella también estaría despierta repasando la breve conversación que tuvimos y si ella se estaba preguntando la extraña forma en la que actué.
Al día siguiente hacia mas frio que de costumbre en la mañana, me levante del piso helado, cierta claridad se filtraba por la ventana, el cuerpo de Lei yacía en su colchón, al parecer a ella le había entrado una especie de flojera el levantarse a correr como suele hacerlo muy de mañana. Yo había conciliado un poco el sueño ya que lo que me despertó fue el frio que corría en el piso alfombrado. Me levante y camine al baño, encendí la luz y me mire al espejo.
Me metía a la regadera, el agua caliente me parecía perfecta para deshacerme del frio que había erizado un poco mi piel. Ya estaba preparada cuando Lei apenas se había despertado, me dio los buenos días, le devolví el saludo y la apure ´para que se alistara mientras yo arreglaba su cama.
El sonido del agua cayendo se opaco brevemente alguien tocaba a la puerta, mire fijamente. No podía creer que fuera Mónica, aunque existiera la posibilidad, de cualquier manera el tratar de evitar la situación me provocaba o me daba el titulo de cobarde, además no perdía nada con escuchar lo que tuviera que decir. Camine a la puerta y antes de que la persona quien tocaba tocase de nuevo, gire la perilla. Jimena apareció ante mí. Ella sonrió como suele hacerlo.
-Hola Natalia, sospeche que te encontraría ya despierta, ¿podemos hablar?
Salí y cerré la puerta, quede de frente a ella quien rápidamente fue al grano.
-Mónica me gusta, sin embargo, hay un problema, ese problema eres tú. Se que ayer nos vieron tu amiga Ivonne y tu, la verdad no creo que quieras saber como paso. Y quiero decirte que lamento que hayas visto eso. No te preocupes Mónica no sabe nada acerca de que ambas estuvieron espiando y supongo tú no se lo dijiste ayer, así que seré breve. No se en que terminara esto ya que tu le gustas, y ella a mi, peo de ti depende que yo de el siguiente paso, así que ¿te importa si yo salgo mientras con ella?.....
Todo lo que me había dicho había sido un golpe directo, ni siquiera me dio oportunidad de reaccionar. Inconscientemente dije que no, lo cual q ella le provoco una risa dibujada en la cara de oreja a oreja, retirándose después y dejándome ahí.
Entre de nuevo a la habitación más perpleja por mi ausencia de sentimientos que por todo lo que me había dicho Jimena relacionado a Mónica.
Leilani se estaba vistiendo. Me miro y se extraño.
-¿Quién era?-pregunto.
-Jimena…….Jimena vino a hablar conmigo-respondí sentándome sobre la cama.
-¿Y?...... ¿te dijo algo acerca de Mónica?
-Si, si me dijo, pero, la verdad todo me confundió desde el momento en que comenzó a hablar, parecía que no quería darme tiempo para pensar en algún reclamo o algo así.
Termine de decirle lo que Jimena me había dicho con las mismas palabras que ella había usado, Lei también estaba sorprendida. Salimos de la habitación y nos encaminamos a la cafetería. Lei estaba aconsejándome acerca de que hacer, yo por mi parte no sabia. Jimena podía decir miles de cosas pero la única que debía decidir también a parte de mí, era Mónica.
Nos sentamos al lado de Ivonne y de Alejandra quienes habían llegado primero, no dijimos nada acerca de lo que había pasado. Los chistes de Ivonne nos distrajeron un poco. Las clases pasaban una a una sin embargo yo estaba algo distante, tanto que los profesores me llamaron la atención mas de dos veces en ese día. No hice más que divagar en mis sueños un poco e imaginar escenarios en los cuales Jimena estaba con Mónica. Si no me uniera ningún lazo a Mónica me hubiera planteado la idea de que ambas hacían una buena pareja, pero encontraba una pequeña, una diminuta excusa para no aceptar el hecho que Jimena me había dicho. Tuve un tiempo más que suficiente para pensar acerca de ello. Era claro que no era la dueña de Mónica ni ella mía, pero me sentiría culpable si trataba de usar a Judith como una escapatoria a esa desdicha.
Al término de las clases Franchesca nos acompaño a comer, yo no disponía de mucho apetito, cosa que a Ivonne no le pareció despreciable la comida que había en mi bandeja y pidiendo permiso aprovecho el momento.
Acompañamos a Franchesca al salón de música donde ya la profesora le estaba esperando, ahí nos encontramos con el viejo Ignacio y con la directora quienes no saludaron cortésmente, a pesar de que casi no veíamos a la directora el simple hecho de que apareciera ahí me dio escalofríos, aun recordaba la manera en que la conocí ese día que llegue al instituto. Después de esa escala Ivonne y yo nos dirigimos al comité. El ambiente estaba algo compuesto, el sol a pesar de ser tapado por algunas nubes se las había ingeniado para que el día no fuer mortalmente frio como lo seria iniciando diciembre.
En su interior las únicas que habían llegado eran Mónica y Judith quienes se callaron apenas llegamos y abrimos la puerta sin tocarla antes. Judith volvió a sonreír después de que su expresión revelaba una molestia. Mónica tomo su saco ya salió sin decir una palabra. Ivonne quería preguntar, lo podía ver en su cara, tenía ese gesto petulante que a veces la acompaña.
-¿Porqué estaban peleando?-pregunto sin consideración alguna.
-Le pedí de favor que hiciera un encargo, pero ella se niega, y después estábamos hablando de otras cosas y salió el tema de Natalia y las cosas se salieron de control…. ¿porque no vas por ella y la convences de que haga lo que le pedí?-dijo preguntándome
-Mmmmmm creo que mejor lo dejo así, por el momento no quiero hablar de ella, ¿te parece?, que tal si nos concentramos en otra cosa. ¿Quieres que hagamos algo?
-Si, ahora que lo mencionas si, quiero que Ivonne y tu vayan a la biblioteca y ayuden a Lucia que es la encargada ella tiene que irse y no hay nadie que la supla, así que si pueden ir se los agradecería.
-Está bien. Iremos-respondió Ivonne.
Salimos del lugar y bajamos las escaleras. Caminamos hacia la biblioteca y ahí se encontraba la pobre chica de anteojos, de tez blanca, la cual era muy blanca, parecía que el sol jamás le había pegado en la piel, sin ofenderla parecía estar muerta antes que otra cosa. Ella recibió con gratitud el que le fuéramos a ayudar y nos explico brevemente lo que teníamos que hacer si alguien quería hacer uso de un libro, lo cual no teníamos dificultades ya que la habíamos visto trabajar muchas veces y sabíamos cuales eran los pasos normales.
Después de un tiempo atendiendo algunas alumnas, no me esperaba que Mónica entrara ala biblioteca, apenas la vi acercarse desde la recepción a través de las puertas de cristal, me agache para no ser detectada. Solo estaba de rodillas a Ivonne quien permaneció de sentada en los bancos altos de detrás del mostrador.
-Hola ¿Qué haces aquí? ¿Y Natalia?
-Bueno, veras estoy…..digo, estamos aquí porque Judith nos lo pidió, ya que tu no quisiste venir a suplir a la pobre chica.
-Esta bien, no hay necesidad de que te pongas como Judith y ¿Dónde esta Natalia?, no trates de mentirme-dijo.
Antes de que Ivonne respondiera parecía que las cosas se estaban uniendo, la voz de Jimena quien también se acerco ala recepción y con una voz perceptible desde mi posición que le decía a Mónica “Podemos hablar a solas”. No se que gesto o respuesta le ha de haber dicho Mónica a Jimena quienes se retiraron después de que Mónica le dijera a Ivonne que me avisara ella quería hablar conmigo. Un leve puntapié de parte de Ivonne me hizo levantarme, era una señal inequívoca de que el peligro había pasado.
Me levante apenas pude. Ivonne miro alrededor como tratando de cuidar que nadie me viera.
-Se fueron, y tú de nuevo te escondiste. ¿No piensas ir tras ella?, por lo menos muestra cierto interés , mujer, no la vas a tener una oportunidad como esta otra vez, una en la que le sorprendes y ella no puede negar nada, así que ve, anda ,yo me ocupo de esto.
-Pero yo……
-Nada de pero yo, ¡ve!-dijo Ivonne exaltada
Las palabras de Ivonne en lugar de alentarme me parecían que eran ordenes, ordenes que a ella le parecería interesante ya que el resultado cualquiera que fuese era solo para saciar su curiosidad, aunque debía admitirlo, yo también sentía esa curiosidad, la curiosidad de saber si era verdad todo lo que Jimena me había dicho y sobretodo si Mónica pensaba igual que ella.
Salí de la biblioteca sin la menor idea a donde se habían podido dirigir, así que empecé a vagar por la escuela, no tuve que andar mucho ya que pude verlas cerca del invernadero, me retraje un poco y trate de evitar ser vista por alguna de las dos, ayudándome de uno de los rosales que se encuentran fuera. Las dos estaban conversando serias y por lo que parecía la que mas hablaba era Jimena quien estaba de espaldas a donde estaba yo escondida, Mónica solo estaba escuchando con los brazos cruzados, como dando a entender que no le importaba nada de lo que Jimena dijera. Escuche atentamente la conversación.
-Ya lo sabes-dijo Jimena-lo de ayer para mi significo algo y se que para ti también, no se que tratas de hacer respecto a esto.
-¿Tengo que hacer algo?, si, si lo tengo que hacer pero lo que yo haga no será contigo, ya te lo había dicho, la única que me gusta es Natalia. Se que lo que paso entre nosotras ayer fue algo estúpido, no se que decir-respondió Mónica poniéndose cada vez mas seria y adquiriendo un tono algo desesperado en su voz.
-¡Natalia, Natalia!, ¿Qué tiene de especial ella?-pregunto de repente y algo enfadada Jimena quien se llevo las manos a la cintura.
-No es que tenga algo o no lo tenga, simplemente me siento más cómoda con ella.
-Pero ella no te quiere, no lo dijiste tú misma ayer ¿Qué cambió?
Yo me sentí como una persona realmente idiota, es decir, por la extraña costumbre que tengo de dejarme llevar por mis sentimientos me sentía de esa manera, ya que solo basto con decir que se sentía más cómoda conmigo y que ella creía que no la quería. Algo de mise transformo cuando Jimena se adelanto antes de que Mónica le respondiese, la sujeto de la mano y la jalo contra ella y la beso. Mónica la aparto pero ella, a pesar de que por estatura Mónica le llevaba ventaja por algún par de centímetros Jimena no cedió al forcejeo de Mónica.
Yo salí del rosal y me dijo rápidamente a donde estaban, aun no sabia que es lo que iba a hacer, pero sujete a Jimena y aparte a Mónica de ella, parecía que estaba defendiendo a Mónica por un arranque de celos más que por lo que estaba ocurriendo.
-¡¿Qué crees que haces?!-dijo Jimena quien se altero de inmediato.
-No te voy a permitir que la trates así, ella a la quien quiere es a mi y te agradecería que la dejaras en paz.
Deje a un lado el enojo que sentía y solo pude tomar a Mónica y caminar con ella jalándola hacia donde yo quería, ya que para este punto Mónica no opuso resistencia; desde que la había separado de Jimena el semblante de ella cambio de un estado de agitación a la sorpresa. Por cierto, me había parecido curioso el hecho de que la respuesta heroica que le había restregado a Jimena no hubiera provocado ni una reacción en ella, sin embargo sabia perfectamente lo que había dicho. Después de caminar sin un destino, sentí un jalón proveniente de la mano de ella. Ambas nos detuvimos
-¿…..Tú, ya lo sabias?-pregunto.
-Si, las vi el día de ayer-conteste sin darme la vuelta pero aun sujetando su mano-por esa razón yo…….por esa razón yo te estaba evitando.
-Lo siento, yo no quería, pero no pude evitarlo, ella no significa nada para mí.
-Sinceramente, no quiero hablar de eso ¿de acuerdo?, solo te ayude ya que las cosas se podían salir de control. No es que tú no pudieras controlarlas, es que simplemente parecía que no las querías controlar.
Me di la vuelta, el rostro de Mónica había adoptado un leve color rojizo en las mejillas un leve color que me hizo pensar que la quería y las palabras que le había dicho a Jimena eran ciertas en su totalidad.
-No me veas así, haces que me sienta mal y quiera olvidar lo que vi.
-Si eso es verdad, porque no sueltas mí mano, porque aun me tienes unida a ti. Creíste que yo te dejaría, lo que hice estuvo mal y se que no te hace gracia. Debes saber que tampoco me hace gracia cuándo te veo con ella.
-¿Ella?, te refieres a Judith, entonces, ¿esto es como una venganza?
-No, no lo es. Pero sabes, estoy muy feliz, porque te pusiste de nuevo celosa por mí.
Me arranco un sonrojo y una rabieta ya que se empezó a reír debido a lo que ella consideraba una ironía, no hice nada y ahora la quien la jalaba era yo, la coloque frente a mi y la abrace, ella no se opuso y eso me hacia muy feliz.
Trataría de olvidar lo que había pasado, ya que si hubiera estado en su lugar no sabio que habría hecho. Era claro que el no tener un lazo que nos uniera fuertemente hacia que esa relación se tambaleara fácilmente, de eso estaba consciente, a pesar de que quería enfadarme con ella ´por permitir que alguien mas la tocara no podía.
-Prométemelo. Prométeme que no permitirás que nadie te toque de nuevo, por lo menos no enfrente de mí, no quiero ver que alguien lo haga, porque me provocan ganas de llorar y de enojarme, y no me gusta esa sensación.
-Te lo prometo-contesto pasivamente cerca de mi oído.

Texto agregado el 24-06-2010, y leído por 115 visitantes. (0 votos)


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