Corrían los 90`...era un niño normal, me gustaba el fútbol y los autos, íbamos a la cancha para ver jugar a mi papá.
La liebre tenia una puerta trasera. En el ultimo asiento me sentía un corredor, (la palanca de cambios era el seguro de la puerta)...primera...segunda...tercera...RUUUMMM...
aceleraba, ¡GANABA LA CARRERA!, cuarta...repentinamente, quede suspendido en el aire, afirmado solo por mi mano, mi padre rápidamente tomo mi mano libre lanzándome hacia adentro, ayudado por otros pasajeros...el conductor nunca se percato.
Para mi fue como volar, para mi padre, casi un trágico accidente, para el conductor un día normal.