Viaje a la simpleza




Cuando mi alma,
siente la necesidad imperiosa
de viajar a la simpleza,
abordo mi máquina del tiempo
para huir hacia el pasado;
y me alejo de esta ciudad
de acero y de concreto,
y me traslado al adobe
a la madera nativa de los árboles
a las tejas de greda
a la gente de campo y su corazón de pueblo
a la sonrisa descalza, al saludo sincero
al agricultor y su arado, al sendero de tierra
al niño que juega, con juguetes de madera en el barro.
Llego entonces, a mi campo Chileno.

Y mi alma descansa, y mi corazón se contenta
y las estrellas me reciben crepitando por las noches
e indicando sonrientes su existencia eterna.

Y me incorporo nuevamente a la vida
y ya no estoy cansado como entonces,
porque ya no he de luchar contra nadie
como un gladiador de circo Romano.

Ya estoy en la madre tierra…
que me acoge, que me consuela,
y que me incorpora sin preguntas
ni prejuicios…
a sus venas.




Valentino Malatesta