Mi fertilidad espera agazapada, recubierta de espumosa miel fresca,
Corrosivos, tus labios, humectan la sequedad de mi conciencia....la verdad era la distancia... la verdadera distancia es cuando nos sentamos en la espera....
Prometo guardarte en la cofradia de mi silencio si jugamos a encontrarnos bajo el onirico velo de tu deseo
mientras tanto... te mantienes al margen de mi recuerdo, a la merced de la mismisima necesidad parida en el tormento de tu propio desencuentro.
Yo... observo.