ayer compré siete libros, leí uno de ellos hasta quedar totalmente dormido... tuve sueños lindos... en uno de ellos estaba con uno de los personajes, conversando acerca de las horas de trabajo en la fábrica. me dijo que se sentía explotado, que le gustaría salir y buscarse un nuevo trabajo. le dije que le podría darle uno en mi taller. sus ojos se le abrieron de sorpresa y me dijo que sí... ¿cuándo puedo empezar?... apenas despierte, respondí... de pronto, una de sus manos se puso en los dos orificios de mi nariz, empezando a sentirme sin aire... luego, con la otra mano me tapó la boca, sintiendo que me ahogaba... con los ojos le preguntaba qué le pasaba... me dijo que sólo muriendo yo podría conseguir ese trabajo... entrando en mi cuerpo dentro de mi sueño muerto... cuando todo estaba por apagarse para mí, un soplo inmenso nos sacudió, haciendo que nuestros cuerpos volaran por todos lados... lo primero que hice fue abrir los ojos, todo estaba oscuro. toqué mi cuerpo y estaba completo. me paré y caminé a ciegas hasta tocar una de las paredes del lugar que era mi cuarto... encendí las luces y me senté a descansar, pensando en el loco sueño que había tenido... no cerré los ojos por temor... apenas amaneció, me cambié y salí de mi cuarto rumbo a mi trabajo... entré y saludé a todos... era extraño, estaba muy contento y con unas ganas inmensas de laborar... ya en la hora de la merienda, escuché por los parlantes que mi jefe me llamaba. dejé lo que hacía y corrí por las escaleras hasta entrar en la oficina del jefe... este estaba de espalda, dibujando algo sobre una pizarra blanca, junto a una señora de edad avanzada, pero ambos muy elegantes... siéntate, escuché. me senté en una silla y luego esperé. la señora salió y yo me puse a ver las cosas de la oficina, que de cierta manera me parecía familiar... cierto, ustedes tienen toda la razón... este cuento termina así: voltea mi jefe y este era yo... y yo, estaba dentro del cuerpo del sueño que tuve la noche anterior... sonreímos y luego de darnos las manos salí de la que fue mi oficina... para una persona nacida de un sueño, no estaba nada mal la vida que llevaba... apenas me echaba en la cama, dormía y allí, dentro, estaba toda la familia de mi amigo que lo veía frecuentemente, conversando acerca de tantas cosas como el trabajo que teníamos cuando despertábamos...