TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / mibicivuela / aër

[C:463945]

Existe un viento que a veces surge desde adentro como fuente inagotable manantial, y se enraíza en el centro justo del paso que ha de ser dado con soltura. Así, la caminata raíz de viento se vuelve entonces remolino, y luego nube, gota cristalina que baña la pradera con fulgores y arcoiris. Porque la hierba brota siempre bajo los pies cuando un viento como ése acarrea sutilmente una semilla.

Hay un viento que existe.

En la ladera montañosa, donde el valle es el refugio sagrado de unos seres -más allá de la máscara importa tan sólo la presencia- dicen que un día, Golak, el niño más pequeño de la aldea, pudo remontar el aire urgido de mareas y alzar un vuelo digno de leyenda.

Cuenta la historia.

Un día como cualquier otro, que de pronto ya no era un día tan cualquiera -quien haya prestado atención sabrá que siempre comienzan así los sucesos importantes-, en plena estación de la vendimia, Golak andaba inquieto, yendo de un lado a otro, buscando El Gran Tesoro que imaginaba escondido en alguna parte.
Los demás niños ante la inminente perspectiva del desencanto -que mejor sería decir rotundo aburrimiento-sumado a la desconfianza de no hallar jamás eso que imaginaban como un baúl lleno de oros y de alhajas, pronto fueron abandonando la aventura, y se fueron yendo hacia otra parte a jugar quién sabe a qué.
Golak.
Solo.
Llegó entonces a la cima de la colina.

-No escarbes desesperadamente, niño. En vano la mirada busca asilo. De nada sirve correr en busca de señales; y sin embargo todo lleva siempre a alguna parte. Quizá sea demasiado pronto, pero de seguro entenderás. Viento al viento; y el mundo gira por sí sólo.
Golak, con los ojos abiertos como ventanas, alternaba el horizonte todo cumbres rocas nubes y el rostro de ese anciano incierto que le aconsejaba no sé qué cornos y se desvanecía tras un.
-Recuerda siempre despegar, hijo. Si un globo no suelta el peso suficiente, difícilmente alzará vuelo; un barco demasiado lleno es probable que se hunda.
El niño quedó inmóvil pensando en el viejo. La mirada suspendida en el vacío.
De repente se vio a sí mismo como un cruce de distancias.

Y una puerta.



Recién al rato de pasar una y otra vez -sin resultado evidente- de un lado al otro de esa especie de portal abandonado, abertura olvidada en el medio de la nada, marco inútil, madera, óxido, bisagra; leyó en el pestillo la siguiente inscripción.
Antes de la metáfora, el universo. Luego, aún más infinito.
Y entonces descubrió un camino donde hubiera sólo hierba barro piedra y algún ave soltara al pasar algún sonido.
Corrió.
Saltó.
Trepó.
Y al fondo del sendero encontró un árbol milenario.

Primero fue la explosión semilla brotando frágil verde embrión atravesando la cubierta quebrantada, dando paso al expansivo brotar tallo estirándose como cuello en busca de la luz -entonces todo sucedía bajo tierra- para multiplicarse en ese abanico extendido crecer de tallos hojas y, a su vez, animando a la contraparte sustento raíz a sumergirse intensamente en la fuente indiscutible de nutrientes. Así en la tierra como en el cielo, la entonces planta, absorbía y liberaba en flujo constante el hálito alimento que sostiene, firme y sutil, la vida entera.
Luego tan sólo tiempo para que la débil planta se convirtiera en un árbol majestuoso.
Y así fue.

Hizo falta una tormenta para quebrar una rama y cambiar de súbito el curso de ese río vertical lleno de afluentes nervaduras, curvando y retorciendo, dando forma y concentrando el movimiento sempiterno del árbol -aunque la mayoría lo vea quieto inmóvil- en camino hacia los cielos. Y fueron necesarias más tormentas y estaciones para fortalecer la corteza recubriendo cada año un nuevo anillo. Una que otra sequía para incitar a las raíces a alcanzar aguas más profundas. Y la paciencia infinita para albergar en su frondosidad la múltiple y diversa manifestación de las especies.
De punta a punta el microcosmos árbol vibra ahora acompasado al batir de alas de un ave que deja por vez primera el nido, mientras un bichito tras la cáscara traza túneles laberintos y una lombriz en las raíces se salva de ser pisada por un niño que, trepado en la base robusta del tronco, examina la manera más fácil de llegar hasta la copa.

Ahí estaba el pequeño Golak. Colgando. Suspendido en equilibrio. Abrazándose al tronco si amenazaba una caída. Sonriendo. Agitado. Saltando de rama en rama sin vacilaciones y embebido en una única ascensión de vértigo y alegría.
Así subía. Desafiante y extasiado. Siempre al borde y sin embargo. Una mano hallaba siempre donde asirse para izarse. Y llegar al fin hasta la cima.

Existe un viento. A veces. Y basta con tan poco. Alcanza dar un paso. Como remolino. Surge desde adentro y entonces. Sólo un paso. Y ese viento te rodea como un halo.
Hay un viento que es pura presencia, vuelo ignoto, elevación impostergable. Te acaricia con su estela y te empuja tiernamente hacia el abismo. Pero no caes. Sutilmente te sostiene. Qué frescura y alborozo corre entonces por el cuerpo como un río avanzando sin dudar hacia la cascada. Qué deleite de explosiones como espasmos cubren la piel y las entrañas, de júbilo y celebración del volar y de la vida.

Por encima de la copa frondosa todo ramas hojas asomaba Golak la cabeza y medio cuerpo, contemplando el círculo horizonte pleno mundo entero. Las montañas, a lo lejos los tejados de su aldea, las corrientes del deshielo cuesta abajo, las desconocidas tierras, la distancia mar de nubes. La existencia. Y él encaramado en lo más alto de un árbol legendario.
Sintió entonces la brisa, la promesa -unas voces que le hablaban en una lengua extraña, arcaica y ancestral- la caricia que lo invitaba a confiar y dar el paso decisivo.
Lo dio.
Y el viento brotó de pronto con toda su potencia y espirales. Envolviéndolo. Colmándolo. Fundiéndolo encantadoramente con ese aire urgido de mareas. Y voló.

Texto agregado el 26-09-2010, y leído por 170 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
27-09-2010 Yo también volé con Golak, con todo este viento remolino vehículo. Los demás se lo perdieron, los de siempre, los que no perserveran en la ilusión. ME ENCANTÓ!! La_Aguja
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]