no se creía que fuera heterosexual, le miró a la cara y le dijo, pero si tú eres marica, él le contestó arrimandose y arrinconándola contra columna que hacía esquina. Tuvo que notar dos ángulos que la apretaban, el de cemento y el... que también parecía cemento. las tetas no estaban mal, y ante el contacto de su mano de la teta y también en medio de la discoteca ella le paró aunque de esa forma poco convencida. cuando aquello a subir de intensidad y la gente ya hacía un círculo alrededor, excepto el barman que no podía ver pues hacía minutos que permanecía absorto cavilando sobre su recién adquirido pedido de bragas usadas proveniente de Japón, en ese momento sonó el despertador del bolsillo de su mejor amigo y la tía se tuvo que largar, el tío, andando con una pronunciada cojera debido a su recién crecida tercera pierna, alcanzó a decirle antes de su huída que por qué no le daba el teléfono, a lo que ella contestó, que para qué, si en ese local todos los tíos son unos cerdos. él dijo que estaba dispuesto a ser todo un cerdo por ella, ella que ya tenía una piara. él que qué significaba piara. ella que lo dejase, que no importaba, que se tenía que ir. él que la acompañaba, ella en un momento de enajenación le apuntó el teléfono en el reverso de un flyer que anunciaba para el sábado las actuaciones de Kiwi Light, de Diva Kiara y de una artista invitada de mayor renombre que las anteriores, pues a ésta la conocían en el supermercado. él le mandó un mensaje al día siguiente, ella no lo contestó, él se masturbó compulsivamente todo el día dándose un festín de amor autosuficiente, dejando manchas para cinco temporadas de c.s.i.