Viernes 7 de Mayo de 2010, 11:44 PM Bogota Colombia.


En un cuento muy muy lejano vivía una princesa, hermosa, lista, perspicaz, ojos color esmeralda, cabello liso y sedoso, las curvas de su torso hacían que cualquier hombre entrara un estado de estupidez infinita, en fin todas aquellas cualidades que el escritor desea en una mujer, pero esta linda princesa carecía de una historia que contar, pero a fin de cuentas era linda, y en el cuento en donde viva la princesa era lo único que importaba.

Pero como era posible que tal descripción de una princesa no tuviera por lo menos una historia que contar? La respuesta es simple: el cuento en donde ella vivía no permitía que se crearan mas historias para la princesa, toda la gente de este cuento, solo la quería para mostrar, exhibir y contemplar, y pues al fin y al cabo ella era la princesa, y esas debían ser las funciones de una princesa.

Hasta que un día la princesa le dijo al escritor del cuento, “sabe que señor escritor, váyase a comer un tarrao de mierda”, el escritor muy sorprendido, (además de ser un poco masoquista), se arrepintió de haber imaginado una vida tan monótona para ella, pero luego pensó que el cuento donde ella vivía, era así, y el no podía hacer nada para, que eso fuera diferente.

“Las cosas son como son, aquí y allá, si aceptas lo que eres vas a ser mas feliz”, le dijo el escritor a la princesa, y la princesa, llena de ira y confusión, le respondió “usted es triplehijueputa, que le cuesta cambiar el cuento?”, “este cuento no me gusta, haga algo por amor de dios, usted me creo para verme sufrir?”, el escritor no tenia respuesta para esta última pregunta, solo quería que su cuento siguiera, no importaba si la princesa era feliz o no.

La princesa, se calmo, y reflexiono sobre las palabras del escritor, “las cosas son como son” , ella pensó que era muy injusto, pero que podía hacer la princesa para crear otra historia para ella?, no sabía que hacer, y entonces la desesperación reemplazo la furia, y luego de la desesperación fue el miedo, el miedo de tener que realizar la misma historia, una y otra vez, entonces el escritor viendo la situación de la pobre princesa, decidió que le iba a dar una y solo una historia mas, y entonces se abrió para ella un gran regalo, como en el nacimiento de venus de botticelli, solo que es vez no había una linda mujer, había un gran cigarrillo bien enrollado de marihuana.

Y la princesa vivió feliz por el resto de sus días...