Tras el caer de mis cabellos.

La incertidumbre inunda mis ojos,
Que entre lágrimas y dudas
Bañan mis recuerdos y mi almohada
En la que tantos sueños compartimos.

Mi mente se pierde en bosques que,
Si antes gozaban de vida y color,
Hoy, sin ella, sin sus primaveras,
Están secos.

Junto a la soledad, única amiga inmortal,
Mi corazón grita latidos desesperados
Y mi aire derrama fervientes suspiros
Que ella, lejos de mi, no escucha.

Cuantos atardeceres borrosos veré
Y cuantos amaneceres más maldeciré.
Si tantas lunas perpetuas, como cadenas,
Iluminan el argento caer de mis cabellos.

Si aun me quebranto en sollozos y memorias
Que citan nuestra lejana unión:
“Hasta que la muerte los separe…”
Pero esta, tan distante, llegó demasiado pronto.

NATSU