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Todo indica que hay buen tiempo, un clima excelente donde finalmente no lloverá. El sol asoma de a momentos. Nadie me sabe explicar porque las luces de la ciudad hoy están encendidas a pleno medio día. A lo lejos se escucha una trompeta imitando la sirena de los bomberos.
Voy caminando por la calle con sobretodo de invierno.
Pero me encuentro con un compañero que hace tiempo no veía, pero que antiguamente significó mucho para mi, modificando la agenda completa pues en realidad pensaba regresar temprano, ya fue que arreglamos que ésta misma noche iremos a ver una carrera al hipódromo donde él tiene un caballo en fija que dicen que no pierde.
También tiene a su disposición una tropilla de dos mil caballos de pura sangre, que a orden del empleador, habría que trasladar para su posterior venta, eso me informa haciendo extensiva una invitación especial a mi esposa, y me ruega que por favor lo ayude a manejar la tropilla cuando los corran a otro campo.
Voy a montar un caballo que es como un gallo blanco. Con mi señora esposa, solamente con algunos colaboradores, nosotros solos nos encargaremos del destino de quinientos caballos del total de dos mil, los deberemos arriar hasta el haras del propietario donde quedaran alojados.
Pusimos perros adiestrados, burros y vacas que oficiaron de empalizada, pero logramos el objetivo.
Pero después, cuando por fin nos pagaron, nos llevamos de regalo el caballo que yo monté, que ahora es mío, digamos que me lo quedé sin pedir permiso y no lo pienso devolver.
Luego de caminar unas cuadras llegué a la plaza de estacionamiento donde guardo al animal y en contraposición a lo que indican los carteles salí trotando hasta llegar a mi destino.
Donde me espera el dueño del animal, con un tráiler que yo le regalé. Entonces tuve que rogarle que no lo haga, que por Dios no lo lleve que de alguna manera se lo he de pagar.
Finalmente aceptó la propuesta y nosotros en recompensa lo invitamos a comer frutos de mar, de chuparse los dedos, en el living de casa con el caballo presente también comiendo pero alfalfa. Pero pasa que como el señor es tan millonario sintió rechazo y prefirio zarpar cuanto antes.

Texto agregado el 24-10-2010, y leído por 127 visitantes. (0 votos)


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