Habla

-Ah, es que Rodríguez ahora es prestamista
Marcela asintió.

Yo soy demasiado cobarde. Entre mis múltiples súplicas a Dios y a las supersticiones se encuentran un poquito más de valentía y fortaleza, la vida me enseñó a vivir de la fe y de la esperanza, Nietzsche murió antes de los 60 años y supongo que falló en convertirse en el súper hombre que su pensamiento predicaba. En estos tiempos actuales, la gente debería estar en mayor comunión con su espiritualidad. Nos hemos dejado absorber por el ritmo de la ambición y la imposición, el que confía en Dios es débil, el que tiene paciencia es mediocre, nos entregamos a las modas y a las apariencias y dejamos el sentido común a un lado. Aún así no me declaro inocente, yo estoy delirando a cada rato, por cualquier tema, por cualquier cosa, pasa esto, debería ser esto, toca hacer esto, pero no puedo hacerlo.

-Igual Rodríguez no es que aparente algunas cosas que lo puedan poner en riesgo. Recuerdo haber estudiado con una niña cuya madre era prestamista, ellas vivían en el San Patricio y a la señora la secuestraron. Si Rodríguez no se le da por hacerle algo extravagante a la casa de Caracolí no pasará nada.
-Bueno pero eso es solo la entrada- siguió Marce luego de tomar un sorbito del café- mi Mamá quiere que hables con Antonio.
-¿Y por qué yo? Manden al pelao’ al sicólogo, o no, al siquiatra mejor dicho. Yo solo no puedo quitarle los problemas, además, ¿se han molestado en averiguar de dónde saca la droga?
-Mi Mamá piensa que Antonio verá en ti un ejemplo a seguir.
-¿Y qué hay de mi novio? Imagino que tu Mamá querrá que Antonio crezca y se case… Con una mujer.
-Creo que ella quiere ir paso por paso –Marce volteó la cabeza, mirando hacia el mostrador de la cafetería- si logra quitarle la drogadicción, luego querrá lavarle el cerebro para convertirlo.
-Yo tenía la edad de Antonio cuando estaba emprendiendo ese camino de descubrirme a mí mismo, entonces vi un documental sobre los orígenes de la homosexualidad. Entonces una de las personas que aparecían allí era un supuesto exgay. Entonces, cuando se le preguntó cómo logró cambiar algo que no se puede cambiar, el señor usó una metáfora muy inteligente. Cuando dejas de fumar, y miras un fumador, y lo vez haciendo lo que una vez hiciste, disfrutaste, pero te hacía daño, en lugar de fumarte un cigarrillo, simplemente no lo haces. No sé si su esposa e hijos saben que ese señor todavía es homosexual.
-Pues por algo el señor usó la metáfora y no fue directo.
-El tipo tuvo suerte, o bueno, no sé cómo serán las chicas heterosexuales en la cama pues porque eso nunca me interesó, aunque conocí chicos gays que tuvieron sexo con niñas en alguna oportunidad. A lo mejor la esposa del tipo era una cristianita mojigata y a la hora del sexo solo necesitaba el movimiento rítmico y ya. Con mi mejor amiga bromeaba diciendo que la única manera de que yo tendría sexo con ella es vendándome los ojos y encintándole los senos.
-¡Si eres desagradable! Además me estás haciendo cambiar la imagen que tengo de Milena.
-Yo no le veo nada malo… ¿Cuándo quiere tu mamá que hable con tu hermano?
-Tan pronto como sea posible.

Mientras terminábamos los cafés, yo volteaba la cabeza y miraba como las personas hablaban animadamente, sentadas en esas cómodas sillas de cuero, luego yo recordé el eterno drama que hemos tenido mi mamá y yo, de actuar como si fuéramos de clase alta, ser de clase media y rodearnos de clase baja. Decía mi mamá que mis tíos de parte padre pensaban que ir a un café como este a hablar un ratico eran cosas de ricos.