Mar de dudas, corazón de roturas, mente insana que destruir a los demás siempre procuras.
Por tu sangre corre el mal y por tu razón el relámpago criminal.
Cada minuto de tu vida enlazas con el pulso de tu enemiga, de esa a la que llamas tu querida, perjudicando todo su ser.
Vives con ella y cuando te da la espalda la bala ó el puñal la clavas sin dudar.
En lugar de hablar te sometes a abusar de tu mascunilidad sin darte cuenta de que es cobardía y no otra cosa lo que estás ejecutando con ella.
Bajas al bar a tomar algo y ese algo se convierte en un trago largo, en una dosis que te cambiará y te hará realizar acciones que después incluso negarás.
¿ No has visto nunca el cartel rojo de para y no continúes ?.
Ella es algo más que un objeto sexual, es una persona con mente y corazón como tú.
Tratarla mal repercutirá en tí también, te causará problemas con los demás y tu conciencia no te dejará nunca en paz.
Confías en que nunca se revelará, confías también en que a tu lado siempre se quedará, pero nunca piensas que puede un día cansarse y dejarte con la puerta abierta de par en par.
Si hiciste algo incorrecto, vuelve y pídela disculpas, trata de entablar amistad y no crear caos.
Se humilde y pide perdón, seguro que el amor nacerá de nuevo otra vez.
Procura ser un hombre y respetar a quién Dios te dió a tu lado.

Tienes toda la vida para amarla, cuida a tu mejor amiga y dale lo que necesita, eso que en el fondo no es más que tú.

Escrito por Carlos Them contra la violencia de género.