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El Señor Gutierrez gusta ser llamado así, señor Gutierrez así simplemente Gutierrez. No hace falta tuteo alguno, ni falsos requisitos de igualdad. El señor Gutierrez llego adonde llego convencido de que no todos son iguales. Los hay señores y los hay siervos, los hay aptos y los hay mulos. Nada de sutilezas en el pensamiento de Gutierrez, cada cual se hace cargo de su propia suerte.
Gutierrez esta casado con una rubia de su edad, digamos que cerca de los cincuenta, a la que pago por un buen par de tetas y culo levantado con hilos dorados y botox y colágeno allí donde haga falta. La señora Gutierrez es la madre de los hijos de Gutierrez y tiene un personal trainer llamado Ariel, que es a la vez su amante. Guitierrez sabe del affaire y no le da importancia, aún más paga extra a Ariel para que la mantenga distraída mientras él hace de las suyas. La familia Gutierrez es una familia feliz.
El señor Gutierrez, marido considerado y hombre que no cree en la igualdad, esta caliente con la gerente de la sucursal bancaria que lleva las cuentas de su empresa. Pero ella, una treintañera de buen lomo y ojos grandes color esmeralda, no le da ni la bola, a pesar de las ofertas insistentes y generosas de Gutierrez. Un día Gutierrez se entera que la gerente, que se llama Analia, se ha peleado con el novio ya que lo encontró en la cama con su mejor amiga. Ella, le han dicho, esta profundamente despechada. Gutierrez piensa en aprovechar la oportunidad. Sin embargo, decide no ir él al frente para correr el riesgo de ser rechazado nuevamente. Pergeña un plan para el cual se sirve de los servicios de Ariel, un autentico galán de la estupidez humana. No necesita nada más. Es sencillo, Ariel tiene que seducir a Analia, invitarla a salir y ofrecerle pasar un fin de semana en una estancia en San Antonio de Areco, donde Gutierrez se hará presente en plan de seducción. No es que le falten mujeres o recursos a Gutierrez, simplemente esta caliente con Analia, lo cautiva su indiferencia.
Ariel comienza a ir al banco para abrir una caja de seguridad. Gutierrez lo produce. Compra trajes caros para Ariel, un rolex y le pone a disposición una cuatro por cuatro nueva que Gutierrez guarda en su campo de Areco. Ariel avanza rapido. A los pocos días de ir al banco ya tiene su primer cita con Analia. La invita a comer en un restaurante de San Isidro y luego de la cena la lleva al casino de Tigre a jugar punto y banca. La segunda cita es días después en un cine Palermo y luego unos tragos en un bar de San Telmo. Esa noche tienen sexo. Al amanecer Ariel la invita a pasar el fin de semana en la estancia de Areco algo que Analia acepta.
El viernes por la tarde, luego del horario de trabajo Ariel pasa a buscar a Analia y se dirigen juntos a Areco. En un tramo del camino Analia lo masturba mientras Ariel conduce canchero por el camino. Llegan al anochecer. Ariel le dice que se trata de la estancia de un amigo y que posiblemente el este ahí y que era un gran tipo que le iba a caer bien. Sorpresa la de Analia cuando descubre al señor Gutierrez, sospecha instintivamente y se nota su incomodidad. Gutierrez ni lento ni perezoso cambia de plan, golpea a Analia en la mandíbula y la noquea. Con Ariel (quien obedece ciegamente a quien tiene el dinero porque por algo lo tiene) la llevan al gimnasio y la en una camilla con esposas en los brazos y pies. Cuando despierta se encuentra con Ariel atado en una barra vertical, desnudo y con la boca tapada. Gutierrez vestido de cuero con su pija colgando hacia fuera y en una jaula una mujer cubierta de látex que se masturbaba con un consolador. Gutierrez le dice a Analia que es una pena que todo tenga que ser así, pero que a él le cuesta escuchar un no y que si quiere poseer algo lo obtiene. Analia tiene la boca tapada y no puede hablar.
-Te gustaba este pibe? Le dice Gutierrez señalando a Ariel atado y desnudo.
Gutierrez tiene un hornillo encendido con carbones y en el un fierro ardiente de esos que se usan para marcar las vacas. Lo retira del hornillo y lo aplica a las pelotas de Ariel, que se sacude como un mono salvaje sin poderse desatar, se escucha un gruñido apagado de Ariel, de Analia y de la enjaulada que se masturba rabiosamente. Ariel se desmaya. Analia ruega con los ojos.
-No rogues turra. Perdiste tu oportunidad de hacerlo por las buenas. Te ofrecí el mundo y me rechazaste. Este infeliz te trajo para mí y vi el miedo en tus ojos. Me dejaste sin opciones. Ahora se que vas a hacer lo que quiera para complacerme, pero dudo que lo que yo quiero sea de tu agrado.

Punto seguido Gutierrez tomo unas tijeras de jardín y corto los pezones de Analia. Sus tetas se abrieron como una flor que se desgaja. Enseguida aplico sobre las heridas el fierro ardiente para que cicatricen. Con el mismo fierro aún ardiendo y Analia en estado de shock sello los labios vaginales de la mujer, por ultimo con un punzón vacío la orbita de sus ojos. Caía sangre hacia las mejillas de una Analia inmovíl y destrozada. Gutierrez se masturbo y acabo en las cuencas vacías de los ojos. La mujer enjaulada acabo con un gruñido de loba. Gutierrez la saco de allí. Ella fue hasta el cuerpo destrozado de Analia y meo encima. Luego se dirigió al cuerpo colgado de Ariel y beso los huevos chamuscados, un minuto después clavo un puñal en sus pelotas.
El señor Gutierrez beso a la mujer y solo le dijo:
-Feliz cumpleaños querida .
La señora Gutierrez se sintió como nunca e hizo entre los cuerpos sangrantes y chamuscados el amor con su marido.

Texto agregado el 21-01-2011, y leído por 138 visitantes. (2 votos)


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