Respira el humo del cigarro
Y duerme con el amanecer,
Escucha tu soledad en el silencio,
Observando a la luna esconderse
Para darle pasó al sol,
Te cubres la mitad del rostro con tu mano
Y recuerdas aquella libreta,
Con la que llenabas de pasión alegría y poesías,
Ahora se distingue por el color amarillento
Y el olor a viejo,
Pero todo pierde importancia
Por la amargura que sientes,
Enciendes otro cigarro,
¿Cuantos llevas? Uno, dos, tres, o acaso seis,
A quien le interesa…
Te recuestas esperando un sueño tranquilo
Que te alejé de tus problemas,
Que ingenuo…
Empiezas a ceder al sueño,
Pasa algún tiempo y una tranquilidad temporal,
Hasta ir descendiendo por un abismo,
Tu corazón palpito más y más fuerte,
El miedo invade todo tu ser,
Llenándolo de soledad,
De pronto escuchas una melodía,
Al principio casi no se distingue
Aunque cada vez suena con más claridad,
Que triste melodía,
Escuchas cada instrumento,
Te preguntas de donde proviene,
Cada vez es más alto, que pasa
Te preguntas si es un sueño
Y llegas a la desesperación total,
Es cuando llega al éxtasis de la melodía,
Te envuelve en un escenario esperanzador
De vida, alegría, emoción de poesía pura,
De repente abres los ojos acompañados
De una respiración agitada,
Observas en la ventana un pajarito cantor,
Que se detuvo un momento para velarte el sueño
Para después volar sobre el cielo azul.