Si algún día hablara en voz baja con la arena
donde dibuje tu estela, en aquella playa,
me contaría el misterio de tu piel morena
y de cómo anocheces el sol con la mirada.

Y saldría la luna blanca, envidiosa y llena
de ver tus manos acariciándome la cara
como solo sabe la brisa, con los dedos de seda,
y haría de la noche un profundo sueño sin calma.

Si algún día hablara en voz baja con la distancia,
le diría que son los años inútiles sin tu esencia
y que la primavera se convierte en una mala palabra
cuando unir nuestros labios, es solo una quimera.

Y me guardo las horas y los minutos de silencio
donde se guardan las cosas amargas y viejas
y cada mañana de lluvia, persigo solo las olas
del mar de tiempo que se llevo en secreto tus huellas.