REALIDAD
Ocho y media suena el despertador, otro día nuevo pero otro mismo día de trabajo, paso a la cocina para tomar mi desayuno lleno la taza con café y mitad de leche, le pongo un poco de azúcar, llevo pensado toda mi vida que la azúcar te ayuda a despertar, no sé si es cierto pero yo lo creo, me como un par de galletas y algo de fruta, cada vez que me acuerdo de comprarla claro. Me voy vistiendo mientras voy pensando ya en el día que me queda de trabajo y pienso otro día mas, enciendo la televisión y veo un poco la actualidad del este mundo, tampoco puedo concentrarme en las noticias, voy caminando por la sala de un lado a otro porque sigo pensando en luego, en la hora de entrada al trabajo, la tengo ahí metida como si un chip electrónico fuera introducido en nuestro cerebro, pienso llego tarde, mi mente me hace ver que ya no llego a pie y pido inmediatamente un taxi, muy rápido y caro por cierto. La llegada al trabajo entre saludos y caras diarias, que al paso de los días las tienes más analizadas que la tuya propia, son ellos, tus compañeros con esos que pasas más tiempo que con tu pareja o familiares pero a los cuales siempre se les desconfían o por lo menos no se les da confianza hasta muy entrada la relación laboral, nunca se sabe cuando alguien está hablando mal de ti o cuando alguien te quiere ganar el puesto, es una jungla la cual quedan algunos que son como yo o parecidos que ven el trabajo como algo importante pero no vital como la palabra dice VITAL o en otras palabra relativo a la vida, pues no, ese no es mi planteamiento de vida, pero bueno cada cual es libre de pensar y vivir su vida como quiera y a su mejor elección sin molestar a nadie, tengo compañeros y compañeras que ven el trabajo como su propia vida, no se dan cuentan de lo importante que es la simple respiración del ser humano , no tiene tiempo para pensar en ellos mismos solo son maquinas, que necesitan ese sueldo ínfimo y que esclaviza al ser humano, pero suficiente para el conformista que teme quedarse sin vida, porque hay otros como yo que aun siendo trabajadores piensan que el trabajo es algo secundario, lo primero es la vida, el oxigeno el agua y el sueño son mi verdadera vida, y a ella la tengo que amoldar con un trabajo para poder subsistir en este mundo falso y con una degradación consumista, con muy poca visión de la vida “a la antigua” a la vida de antes ,cada vez son menos escuchadas esas palabras que oíamos en nuestros antepasados, que tiempos aquellos, los cuales no había trabajo, no, no había todo lo que tenemos ahora ,no, eran pobres y comían lo que había, pero en esas casas con esas familias unidas, siempre unidas, ese calor el cual es apagado cada año, cada siglo por nosotros mismos por nuestra obsesión de avanzar a un futuro incierto, perdemos todas nuestra raíces, el olor a leña ,el olor a cal, es cerrar los ojos y ver los labios de mi abuela contándome historias de las de antes, de esas que no se te olvidan, de esas que las ves en blanco y negro por qué es lo único que tienes grabado en la memoria, por culpa de la foto que tiene la abuela en la cómoda de un familiar tuyo, es el único recuerdo de la época, es solo eso, una época la cual ya no se verá ni se sentirá como entonces, las cosas son del momento , son para quien las disfrutan, las épocas son para vivirlas, contar historias y sobre todo intentar ser feliz y hacer fe de ello a los demás.
Vive hoy, siente la vida desde el alba hasta el atardecer no pares de mirar arriba allá al cielo y preguntarte ¿hasta cuándo? ¿Por qué? ¿Y para qué?

HADARO