| Me han condenado.
 
 Porque fui, hacia ti sin querer nada,
 solo entregaba mi amistad
 sin medir la ausencia que llenaba
 con tus tardes enlazadas.
 
 Hace más de un siglo que al pasar el día
 no tenía miedo de volver
 a enfrentarlo, sin cara, sin rostro,
 con las ausencias que no
 se pueden superar en la lejanía.
 
 Soy poeta en sus risas, soy deleite
 de sus penas, de sus alegrías,
 contemplando la luna en pleno día
 acariciando el cielo allá en la lejanía.
 
 Busco en mi corazón, este miedo de  amar,
 así como tú, el miedo a perder la libertad
 en páramos verdes, donde solo estas
 esperándome, talvez  para empezar,
 o simplemente verme pasar
 por esos lahares sin parar.
 
 Me han condenado,
 es la noche quien se ha quedado, el día esta tan lejos,
 con sus rayos de luz, con  su calor escondido
 sin poder verlos ni sentirlos, yo.
 
 No quiero acostumbrarme a estar en ti,
 olvidarte sería como olvidar
 que hay un aire para respirar,
 no quiero ponerme a prueba,
 este juego se esta volviendo turbulento,
 puedo llegar a enloquecer como el viento.
 
 Y un buen día podrías llegar a ver,
 mi alma desnuda con vigor junto al juego
 peligroso de ver un nuevo amanecer
 junto a la noche callada incitando nuestro ser.
 
 
 .*N.N*.
 
 
 
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