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Marzo 2011. Que tu canto con el mio…

El pitido anuncia la próxima llegada de La Bestia, o El Tren de la Muerte, así llaman los centroamericanos al sistema de trenes, una de las travesías mas peligrosas que cualquier persona puede hacer.
La estación de Arriaga, Chiapas se prepara para recibirlo.
Las decenas de migrantes salen del albergue “Hogar de la misericordia”; otros más lo hacen de entre la maleza, que en señal de respeto detienen su avance al pie de las vías del ferrocarril, todos revolotean como palomillas alrededor de un foco.
Todos son un manojo de ilusiones buscando arrebatar una oportunidad a su flaco futuro.
Es el ferrocarril Chiapas-Mayab de la Costa que llevará a decenas de migrantes a Ixtepec, Oaxaca, y de ahí “pues nadie sabe”; “todos queremos llegar al norte, aunque pocos sabemos en dónde estamos”.
Casi la totalidad desconoce la geografía mexicana.
No importa la hora que sea, el sueño no los vence; a la una y cuarto de la madrugada se escuchó el rugir del tren y el golpeteo de los vagones en la estación de Arriaga, cuarenta y cinco minutos después continuó su camino hacia Oaxaca con cien migrantes centroamericanos abordo. La mayoría de ellos viajarán atados al lomo del vagón “porque si nos dormimos nos caemos”. Muchos son primerizos en la aventura migratoria.
Finalmente “la pobreza nos expulsó”, afirma un nicaragüense de apenas veinte años de edad, en su camino hacia el norte de la república, toca un pueblo llamado La Patrona, cercano a mi lugar de origen en el Estado de Veracruz, donde existe un grupo pequeño de mujeres que hace algunos años ha hecho suyo el compromiso y la tarea de preparar alimentos para los migrantes centroamericanos que viajan montados en los techos, escaleras y cualquier superficie que les permita transportarse hacia la frontera con Estados Unidos buscando cruzar en busca de trabajo o en busca también de algún pariente que salió de su pueblo rumbo al norte y no se ha vuelto a saber de él.
Las mujeres preparan una sencilla porción de arroz blanco y frijoles negros que colocan en bolsas de plástico; otras lavan botellas de plástico y las llenan de agua para amarrarlas de dos en dos en un hilo que permite tomarlas fácilmente a la pasada del tren.
Una vez preparado el bastimento, se acercan a las vías del tren para ofrecer mientras baja la velocidad de la máquina, el agua y el alimento.
Con alegría extienden sus manos hacia las personas que a su vez toman el abastecimiento con gusto y agradecimiento.
La tarea de entregar lo preparado dura apenas unos minutos, es el final de varias horas de trabajo en comunión mientras conversan, ríen y cuentan anécdotas, las edades de las mujeres van desde los veinte o quizá menos hasta los setenta y tantos años.
La emoción que dejan en su trabajo es premiada con el objetivo alcanzado: repartir toda la comida.
Agitadas, a veces lastimadas las manos por el instante en que la bolsa o las botellas pasa de sus manos a los migrantes, nada disminuye la satisfacción de regalar un poquito de dicha y satisfacción a quienes sin más equipaje que su determinación se lanzan en una aventura donde la inseguridad es el temor mayor.
Por un segundo se establece un lazo y la esperanza se anima en las miradas y en las sonrisas de quienes dan y quienes reciben.
Cuando el mundo nos muestra la crueldad de acciones violentas por todas, cualquiera o ninguna de las razones: combate al crimen, luchas internas entre perseguidos, luchas de liberaciones de un pueblo, violencia doméstica, abuso físico, verbal o financiero, encontramos en las mujeres de este pueblo un paisaje humano del que me gustaría formar parte.
Quizá a muchas se nos ha olvidado por dónde pasa el tren en donde viajan las ilusiones, la esperanza, el porvenir y a muchas con poder se les pierde la oportunidad de brindar lo elemental a quienes viajan con nada más que necesidad y sueños por la vida.
Desde BC, mi rincón existencial…quiero sonriente amiga, que el tiempo nos sea abundante, que tu canto con el mío, se confunda con los millones de voces que lo cantan en el mundo.
Andrea Guadalupe.

Texto agregado el 14-03-2011, y leído por 121 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
14-03-2011 Te has dado a la tarea de ilustrarnos muchas situaciones que desconocemos o pasamos por alto de una manera muy admirable. Con un estilo nítido,personal y de categoría supongo que has atrapado a muchos lectores que como yo esperan siempre por tus escritos. Te felicito. Aytana
14-03-2011 Una gran obra hacen muchos en silencio, cuando le pertenece a los que gobiernan, cuanta verdad que nos hace reflexionar.Muy bueno!***** silvimar-
 
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