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Salud muchachos



Irrumpir en una conversación de caballeros -con todo lo que ello implica- era para la moza de aquel lugar algo que le traería aparejado una serie de consecuencias, comenzando por decir que todos nuestros ojos volvieron a clavarse otra vez -recalco otra vez- sobre su terrible e infartente humanidad, había un par de razones por las cuales hacerlo, y cada vez que ella marchaba daba algún otro argumento nada despreciable.
Lo vi. En los ojos de Torres, en los de Juan, en los ojos de José, a Pablo no le vi. Pero supongo que si así hubiese sido me dirían lo mismo que los del resto de los comensales, al fin y al cabo yo debería mirarla con la misma expresión de deseo.
Torres se imagino casado y con hijos, a Juan no le conozco tanto como para decir que haría con semejante mujer, José seguramente daría alguno de los ocho dedos que le queda por una noche con ella (algún día sabrán a que me refiero como perdió los dedos José), el que esta a mi izquierda (no es casualidad) vaya a saber que cosas se le habrán pasado por la cabeza.
Fue tan solo un instante en que ella se sintió mas observada que durante toda la noche, creo que le fueron suficientes esos segundos -y soy generoso al considerar que fueron segundos- para darse cuenta de nuestros pensamientos tan dulces y tiernos como depravados y despojados de todo tipo de cuidado. Hizo una sonrisa como para informarnos que conocía algo de lo que pensábamos y nos dijo que alguien nos estaba buscando, en eso la figura alta y despojada de todo tipo de armonía - la misma que la mujer antes citada nos había regalado aquella noche- irrumpe en el lugar y con gesto del deber cumplido arriba a la mesa, pide una silla y pregunta que se puede comer.
- Ya nos vamos Gonzalo -dijo alguien-
-Quiero comer algo. -dijo el recién llegado
-En el club te picas algo.
Unos segundos mas de sobremesa y decidimos seguir en otro lado, al salir saludamos sabiendo que ella sabia lo que pensábamos, nuestros deseos, cuales eran nuestras intenciones con ella, y saludo tímidamente mientras acomodaba alguna mesa, algunos vendrían a comer mas tarde.

Texto agregado el 13-07-2004, y leído por 164 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
14-07-2004 Narras muy bien pero con 377 palabras me quede hambriento. Saludos golpha
 
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