La temperatura ideal de una cerveza es poner un litro de cerveza congelada y otro tanto de cerveza natural. También es muy interesante cocinar un estofado de carne con cerveza artesanal fabricada por uno mismo, sin tanto colar el líquido y esas cosas extravagantes.
Estoy con las agujas de un suero a base de cerveza, y lágrimas con espuma de cerveza emergen por los ojos. Un sueño esa pesadilla. No mentira. En realidad estoy agonizando en un hospital de frontera, donde aquí no hay nada más que buena voluntad, no obstante puedo observar al médico indio luchar por devolverme la vida, pero me parece que no hay caso; mientras tanto estoy encomendando mi alma, pobre de mí, donde encima prevengo al cielo de que he sido un hombre pecador, en varias determinadas ocasiones, en todos los sentidos habidos y por haber, donde no pude dominar el espíritu, ni la moral, encausando mi destino como debe ser, bajo los reglamentos divinos; pero aclaro que no me estoy burlando de nadie, simplemente aclarando y solicitando mucha comprensión; ahora más que nunca pienso que la vida es muy valiosa y merece nuestra buena predisposición, pero además la aceptación del conjunto.
Pero esperen, por milagro de pronto comienzo a respirar con suavidad, y ya han dejado de masajearme el corazón con corriente eléctrica. Diviso a lo lejos una sonrisa de triunfo de una enfermera. Hay un clima de algarabía en el recinto, hasta yo mismo ahora tengo cosquillas cuando me tocan.
Al despertar definitivamente, por el hecho de sentirme muy incómodo, con un fuerte dolor en la articulación del hombro, tuerzo mi cabeza en dirección del respaldo y observo con sorpresa que estoy esposado a la cama. Un par de agentes custodian la entrada a la habitación.
Y al caerme la ficha me dije: Cabezón, ten calma, cierto es que antes de caer abatido por la policía, nos cruzamos en fuerte lucha, donde en combate terminamos con la vida de un policía, además de varias personas que nada tenían que ver con el enfrentamiento.
Prometo para la próxima venida, y en lo que quede de ésta, comportarme de manera muy decente, como dios manda y reclama.