Lloro en horizontal para disfrazar lagrimas de dientes
Y ocultarme en sonrisas que te regalo a sollozos
Me baño en tierra santa para limpiar mis múltiples pecados
Lavo con recuerdos mis nostalgias y mis años perdidos

Mis oídos atienden a la llegada de susurros que nunca llegan
Y mis poros se abren para recibir caricias que solo el viento ofrece
Mis ojos en carmín ven a través del tiempo y el pálido granito
Mi desquebrajada voz cruza tres tierras, tiempo y cielo

Hundidas mis frías manos en su césped queman la tierra santa
Y mis sonrisas escurren a cantaros en tibios rocíos
Mas perdido que nunca, me encuentro contigo, con tu nombre al menos
Y me aferro a ese poquitito de calor que sudan tus flores

Tus antenas lapidarias conservan tu frecuencia, aunque limitada
Con fuerza suficiente para atraer a este, tu fiel jardinero hijo



Jaime Carcaño.