Has vuelto a escribir como si estuvieras de vuelta de todas las grandes mentiras de la literatura. Y entonces te has mirado en el espejo, o en el escaparate de la pescadería, y has dicho:


yo






qué






coño







hago





aquí.







El punto, ".", de después del "aquí" es fundamental.


He buscado tu mirada en mis recuerdos. La he encontrado. No he podido escribir sobre ello.

Titulares periodísticos de guerra en otros lugares. El currículum que se me pega a las manos. El paseo de vuelta a casa. Me entrevistó una chica que tenía la mitad de edad que yo. No creo que tenga el trabajo.

Alguien dice que parezco "descontento".

Sólo estoy reventado por dentro.
Y por fuera...
nadie ha preguntado. El tiempo entre autobús y autobús. Caen gotitas, pero lo peor es el viento: sientes como entra por la espalda - nadie sabe por dónde sale. Me cruzo con alguno más, que intenta seguir con su vida. Le miro, a la cara, intentando saber
cómo debe ser
la mía.