Curioso es que al paso de los casi treinta años que nos separan, por un libro de caras, al cual estaba renuente a mantener abierto, me haya encontrado en tan pocos días una respuesta buscada hace ya tanto, pero tanto tiempo antes, que he olvidado por un momento lo que deseaba encontrar. Me imagino te ha pasado lo mismo y entonces, al paso del tiempo, has perdido las palabras para decir cosa cualquiera… Afortunadamente y acaso no por tu causa directa, he encontrado más de un par de brazos abiertos que con júbilo me reciben a su puerta, con todo y ser un completo desconocido a estas alturas del reencuentro.

No puedo evitar querer luchar un poco por el tiempo perdido, me hubiese alegrado sobremanera leer unas letras tuyas, pero bueno, si en todo este tiempo no hiciste nada,… qué más da que te mantengas al margen ahora con todo y esto, ¿no? Las curiosidades del caso parecen demasiadas, aún ahora que bien de sobra sé que no hay coincidencias, esto se llevará en la sangre. Me he convertido en un ser que se oculta tras las letras que diáfanas me muestran algunas veces fuerte, algunas otras vulnerado; he pensado valía la pena aclarar (al menos para mí) las cosas lejos de matices sentimentales.

Reconozco que el escrito que le precede a éste, y no en orden sino en temática, dista mucho de ser lo que pienso hoy día. Tantas flechas han cruzado por mi mente, que nunca imaginé necesitarte. Corrí el riesgo del rechazo, la negativa, el olvido, la indiferencia y la correspondencia fallida, asumo las consecuencias de mi arrojo; sé muy bien más de lo que esperaba y cierto estoy que aún hay mucho difuso incluso en la sombra de la distancia y la neblina del tiempo. ¿Hasta dónde hará falta que te atrevas a salir del auto encierro? Como casi siempre pasa, uno toma las medidas necesarias a falta de acción o reacción; necesitaba encontrar a mi familia y lo he logrado, acaso sea demasiado tarde para considerarte vengas incluido.

Afortunadamente de ti no requiero, ni que te preocupes por cuanto he logrado sin tu aliento y apoyo, bastante supe has sufrido por ese humo de amor quemado, que frío arde por dentro. Esto me permite seguir con una duda menos y muchas noticias nuevas, unas tristes y lamentables, otras de vida que sonríe como hace tanto tiempo ignoraba pudiese yo, de menos eso debe agradecerse. No veo la mínima posibilidad de volver la vista atrás como si no hubiese encontrado nada, y es por ello que estas letras no te corresponden, sino a las buenas personas que estoy conociendo y por conocer, a quienes con todo el gusto y la alegría, puedo llamar familia. Es una pena que aún no me conozcas.