(El perfume de la lluvia)

El perfume adormecía mi piel, el día continuaba, la lluvia súbita caía, ella señalaba su caída su sonido me llamaba a unirme con ella en seguida. Su perfume me debilitaba, comencé a sentir caricias extrañas recorrer mi piel eran efímeras, venían y se iban. Su voz era como un diluvio de emociones incontrolables.

—Necesito de ti… ¡Oh! Necesito de ti cariño. ¡Oh! amada saborea mi vida.
— ¡Oh! amado piérdete en mi, escóndete en aquella bruma.

Dejé que su perfume me debilitara, arrastrándome a un ambiente distinto, donde sus manos me masajeaban y hacían bailar mi cuerpo también, él en todo momento se comporto como tal y mis ojos observaban como sus labios describían el llamado de la lluvia.

— ¡Oh amada escuchas como la lluvia nos llama! Quiere danzar desnuda con nosotros también.


M.G.W