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Amor celestial
Jaime, joven, astuto y sagaz para su corta edad. Vive en un pequeño pueblo, cerca a este hay un inmenso bosque, hermoso y rico por su flora y fauna,
Cierto día, sin que sus padres se percataran, decide conocer el bosque y sin que nadie lo vea corre hacia él, internándose. Todo lo sorprende: los gigantes árboles, la inmensa cantidad de guaduas, el vuelo de las palomas; los pájaros carpinteros; las ardillas; los conejos; las culebras boas, los monos, los titis y venados.
Fascinado escucha el ruido del agua que corre por un arroyo y el rumor del viento que se filtra entre los árboles.
Es mediodía, siente hambre y como puede se sube a un árbol de guanábana, coge una y se la come. Calma su sed con el agua fría del arroyo. La noche lo envuelve, sorprendido ve como la luna camina entre los árboles. Escucha inquieto el croar de las ranas y el canto de los búhos. Cansado se duerme en un claro del bosque al pie de una ceiba.
Al siguiente día, se pone a jugar con los momos y los titis, así como con los morrocoyes y les busca frutas en el bosque y les da de comer.
El niño sobrevive cuatro días y tres noches.
En el pueblo, sus padres, hermanos y familiares se encuentran muy entristecidos y angustiados, lo han buscado por todas partes, sin tener éxito.
La comunidad se organizan en cuadrillas y se internan en el bosque tratando de localizar a Jaime.
Pasan los días y sus esfuerzos son inútiles. Consideran que el niño no pudo sobrevivir. Abandonan la búsqueda.
Su familia no pierde la esperanza de encontrarlo.
Al anochecer del cuarto día. Jaime comienza a desesperarse y grita angustiado:
- ¡Mamá, papá, vengan por mí, ayúdenme por favor, quiero regresar a casa!
Al cabo de unos instantes, escucha una voz joven femenina, le dice:
-¡No llores, no te asustes, yo te llevaré a tu casa, pronto estarás con tu familia!
El personaje se acerca a Jaime y sonriendo toma su mano, le comienza a platicar y él se va calmando y le toma confianza.
Después emprenden la marcha y pronto llegan a los linderos del Bosque.
- Jaime, nombre de aquel que sigue a Dios, hasta aquí te acompaño, enfrente está tu casa, siempre seremos amigos, me dio mucho gusto conocerte y ayudarte. ¡Adiós!
- ¿Cómo te llamas? pregunta Jaime.
- ¡Ahora me llamo Ángel!
¿Y el niño que llevas en los brazos quién es?
Ella se quedó callada.
Jaime regresa con su familia.
Sus padres lo reciben con sorpresa y enorme alegría, haciéndoles diferentes preguntas. El solo contestaba que estuvo en el inmenso bosque jugando con animales y disfrutando del aire puro y de la riqueza de su vegetación.
Esa noche todos duermen tranquilos.
El domingo siguiente, la familia visita la iglesia.
El niño sorprendido le dice a su padre:
- Es Ángel, que está sonriendo y con los brazos abiertos, es idéntica la persona que me salvó. ¿Dónde podemos encontrarla? ¡Somos amigos y quiero que la conozcan!
- ¡No lo sé, hijo! Vamos a buscarla. .
Transcurrían los días y los meses, Jaime no encuentra a la persona que le salvó la vida.
Visita seguido a Ángel que está en la iglesia de su pueblo y le platica, porque se le parece a la que lo ayudó:
- ¿Dime dónde puedo encontrarla? ¿Qué debo hacer?
No obtiene respuesta.
Una tarde en sus visitas a la iglesia, el niño escucha:
-" ¡Gracias Jaime por venir a visitarme, quiero decirte que yo soy la criatura que buscas!
-"¡Por fin te encuentro, dime quién eres! ¡Estoy muy agradecido!
"Cuando tu pedías auxilio, yo soy un ángel de Dios en esta iglesia. Por misterio del Cielo, solamente yo te oí. Sentí mucha angustia de no poder ayudarte y pedí por ti. "
En segundos un milagro ocurrió:
-¡Se oyó la voz del Señor que dijo!:
-¡Ángel, ayuda a los desamparados y en especial a los niños!
Una luz intensa lo envolvió de inmediato y se fue bajando del muro hasta tocar el piso.
¡Se volvió a escuchar la voz del Señor!:
- " ¡Ángel tu caridad te ha transformado para siempre. Conviértete en ángel, ve al bosque y salva a Jaime!."
- Cumplí mi cometido y te entregué a tus padres.
Poco después, por mandato divino, regresé al muro de la iglesia, como un ángel.
La voz del ángel deja de escucharse.
El niño, sorprendido regresa contento a su casa y comenta con sus padres, lo sucedido.
En el pueblo se corre la voz.
¡Nadie le encuentra explicación!
Jaime iba todas las tardes a la iglesia de su pueblo. Se sentaba en una banca enfrente a Ángel a rezarle y platicaba.
Una tarde, su sorpresa fue mayúscula, Ángel, ya no estaba en el muro. Muy triste se sentó en su banca.
- ¡Dónde estás! ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no me lo dijiste?
Nadie contestó.
Lloroso regresó a su casa y les contó a sus padres lo acontecido. Ellos no supieron que decirle. Solo pretendieron consolarlo. No fue posible. El niño comenzó a enfermar y se temió por su vida.
Una noche de diciembre, antes de Navidad - otro milagro ocurrió: Ángel se le apareció a Jaime, en su cuarto. Su imagen era resplandeciente. Se le acercó a la cama, le tomó una mano y le dijo:
-¡ El Señor me ordenó que viniera a visitarte, se que estás muy enfermo!.
Escucha con atención, voy a contarte el milagro que en mí, hizo el Señor:
Tú sabes que en el muro de piedra veía, sentía y oía al mundo que me rodeaba. Conocí a todos los habitantes de tu pueblo. Supe de sus necesidades, de sus lamentos y ruegos y oré por ellos.
Al anochecer de la última tarde que estuviste conmigo, ocurrió otro milagro.
¡Se volvió a oír la voz del Señor que dijo!:
"- ¡Ángel, baja de tu muro!"
Tu piedad y amor han transformado la piedra de tu origen, en esencia virtual del cielo. Tendrás la tarea de socorrer a las almas necesitadas. El mundo será pequeño para ti. Te llamarás La Virgen del Perpetuo Socorro. ¡Ve y cumple tu cometido!.
- Jaime, tu eres el primer niño en saber que ahora soy un ángel de verdad. Siempre estaré contigo en tu vida, protegiéndote y ayudándote. Soy tu amigo, llámame cuando quieras. No me olvides.
La Virgen del Perpetuo Socorro se inclina sobre la cama del niño y toca su frente. Jaime se queda dormido.
A la mañana siguiente, sus padres muy sorprendidos ven que el niño ya no tiene fiebre. Está muy sonriente y no delira.
- ¡Papá, Mamá, vengan! Quiero contarles que soñé con un ángel y me hice su amigo!
Los padres sonríen ante el bullicio de Jaime.
La madre abre la ventana del cuarto y sorprendida, ve tres plumas blancas, increíblemente luminosas, que vuelan velozmente al Cielo con la brisa. Y un fuerte aire frío con un aroma indescriptible. Inmediatamente se alistan para ir a visitar a la virgen del Perpetuo Socorro a la iglesia, para sorpresa de ellos en los pies de la virgen, esta el pañito que la mamá le ponía con agua en la frente para bajarle la fiebre…. ¡Milagro..! ¡Milagro….! dijeron sus padres y todos los feligreses de la comunidad.



Texto agregado el 12-06-2011, y leído por 100 visitantes. (0 votos)


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