Georgie Porgie (Parte II).
Por: AlalanisDi Raniani

Tras seis meses de habitar en Sutrain, Grace comenzó a extrañar la vida en Inglaterra, los paseos por las aceras llenas de gente, el café de la esquina al que solía acudir cuando la tarde era lluviosa como la de aquel día, su familia, las fiestas que frecuentaba con una hermosa cabellera llena de rizos y con un elegante vestido con corsé, los diamantes discretos que adornaban su cuello, el bailar, un paseo por los jardines y todas las comodidades de las que solía carecer desde su arribo a Sutrain.

Georgie Porgie, por otro lado, al ver cómo se iba enfriando la relación con Grace comenzó a recordar la mirada de Georgina cuando él se marcho de esa choza, la insistencia de ella en acompañarlo, su mirada tierna y juguetona de cada conversación y él cariño con el que ella le preparaba su comida y le cantaba en las noches (la verdad Grace no tenía dotes para cantar, por lo que era una de las cosas que más echaba de menos).

En cuanto a su vida marital, él no podía quejarse del todo, Grace seguía siendo una maravillosa mujer con él y le tenía todos los cuidados que se le tienen a la persona que uno ama, pero aún así la mirada de ella se iba oscureciendo como se oscurece la selva cuando cae la noche, la sonrisa se le estaba extinguiendo del rostro y a pesar de los ánimos y las ansias por engendrar un hijo, ella no lo había conseguido.

Fue entonces cuando llegó una carta de sus superiores, quienes solicitaban su presencia en Taungoo (un lugar muy cercano a Birmania), debido a que el comandante a mando de esa zona había enfermado y perecido hace unos días. Para esto, Georgie Porgie aceptó la misión encomendada, no sin antes mandar unos días a Grace a Inglaterra, para ver si de éste modo ella volvía a recobrar la felicidad en su rostro.
Ante esta noticia Grace empacó rápidamente sus objetos personales, le pesaba no poder viajar junto a su amado, pero eran tantas las añoranzas que tenía por regresar junto a su familia que pronto se dispuso a marchar rumbo a Inglaterra.

Durante la ausencia de Grace en la casa, Georgie Porgie no pudo más que extrañarla, le había encomendado que fuera a ver al doctor Laurent (intimo amigo de la familia de Georgie) para descubrir el motivo por el cual ella no podía quedar embarazada. Así lo hizo Grace, tras su llegada a Inglaterra y los sollozos de su madre por reencontrarse con su hija acudieron al doctor.

El doctor era una persona simpática para su edad avanzada, rápidamente al ver que se trataba de la esposa de Georgie se dispuso a revisarla. Y cual fuera el destino cruel que le aguardaba tras esa visita… Ella tenía una infección en las vías vaginales que la habían dejado estéril y que le estaba haciendo un gran daño a su organismo.

La estancia de Grace se prolongó en Inglaterra, no sin antes mandarle una carta a su marido de la situación en la que se encontraba. Por ese motivo Georgie Porgie decidió pedir un permiso especial para ir a acompañar a su mujer debido a que la iban a tener que operar.

El viaje fue largo y muy tenso para Georgie Porgie, lo más penoso es que su esposa no resistió mucho tiempo y su enfermedad se fue acentuando cada día, por lo que a la llegada de Georgie Porgie le dieron la noticia de que ella había fallecido.

El velorio fue muy triste (como suelen serlo todos los velorios), la sensación de soledad que llevaba por dentro Georgie Porgie lo hicieron empacar tras el entierro de su esposa y embarcó rumbo a Taungoo.

Al pasar un mes en la selva, en compañía de su amigo Gillis, decidió viajar de pronto hacia Birmania, en búsqueda de Georgina. Su amigo intento persuadirlo, pero Georgie Porgie lo convenció de que ella era la única capaz de terminar con su tristeza y soledad. Sin decir palabra más se dirigió adentrándose en la selva en busca de la mujer que tanto lo había amado un día, con la esperanza ciega de que ella lo seguiría esperando.

Durante su recorrido no pudo más que imaginarse los diversos escenarios a los que se enfrentaría, por un lado quería ver con ansias la expresión de alegría que reflejaría el rostro de ella, por otro lado, temía que ella estuviese viviendo con alguien más.

Pobre Georgie Porgie, nunca se imagino que lo que esperaba era muy distinto y más doloroso para su persona. Llegó a la aldea y se dirigió a casa de su padre, quien violentamente lo amenazó con una cuchilla y quien lo culpó de todo el daño producido a su familia.

Fue entonces cuando Georgie Porgie se enteró de la huída de Georgina de la aldea, de que lo había buscado hasta encontrarlo y de que se había alejado a su suerte en el bosque con el alma destrozada y sin esperanzas de vida. También se enteró que unos habitantes que paseaban por la selva la encontraron moribunda, ella no quería dar datos de su procedencia ni quería ayuda para sobrevivir. Su cuerpo estaba extremadamente maltratado y lleno de rasguños ocasionados por las plantas de la zona, se le notaban los huesos de tan solo verla de pie y los ojos estaban tan ojerosos que parecía un cadáver andante.

Aún así los viajeros lograron saber de dónde provenía por la lengua en la que ella hablaba y la llevaron cargando hasta su aldea. Fue entonces, tras varios días de cuidados de sus padres y noches llenas de llanto de parte de ella que se dio por vencida a esta vida y dio su último suspiro.
Georgie Porgie al ver cuánto daño había ocasionado en su vida y al darse cuenta de que las dos mujeres que lo habían amado al grado de abandonar sus deseos e ilusiones, no pudo más que dejar un ramo de flores en donde yacía Georgina y se marchó rumbo al río más cercano para terminar también con su existencia.